Durante toda la mañana, los vecinos del humilde barrio madrileño de Carabanchel no hablaban de otra cosa. La desgracia había hecho que el edificio situado en el número 5 de la calle Duquesa de Tamames se viniera abajo de la noche a la mañana. A las cuatro de la madrugada, los vecinos se despertaban alertados por el crujir de las paredes. El ruido de los cascotes hizo pensar a más de uno que, incluso, podría estar granizando. La fortuna hizo que los bomberos llegaran a tiempo y pudieran desalojarlo sin tener que lamentar ninguna víctima.
Un derrumbe anunciado
Ana, vecina del segundo piso, desvela a Vozpópuli que el mal estado de este edificio, construido en los años sesenta, no era desconocido por parte del administrador de la finca. “Hace un mes vi una grieta en la pared, le llamamos y vinieron los arquitectos del seguro de la comunidad para revisarla. Fueron mirando piso por piso”. Esta inquilina asegura que los técnicos eran los mismos que habían realizado la Inspección Técnica del edificio en 2012. Según el testimonio de esta vecina, en la revisión llevada a cabo tras la aparición de las grietas, los arquitectos, “dijeron que vendrían en septiembre a mirar los cimientos y los pilares, para comprobar si había daños estructurales”.
Una vecina: “Hace un mes vi una grieta en la pared, le llamamos y vinieron los arquitectos del seguro de la comunidad para revisarla. Fueron mirando piso por piso”
El administrador de la comunidad, por su parte, intentaba pasar desapercibido entre el tumulto de vecinos y periodistas congregados frente al cordón de seguridad. Poco después, la vecina que había accedido a hablar con este diario lo ha identificado y nos ha remitido a él para que obtener más información acerca del estado del inmueble. Sin embargo, al ser preguntado acerca de la existencia de daños previos en el edificio, este hombre ha negado en un primer momento ser tal persona y ha rechazado responder a las preguntas. Si bien, finalmente, se ha marchado del lugar asegurando que “estaba todo en regla”.
Las puertas no se podían abrir
Eran cerca de las cuatro de la mañana cuando los vecinos empezaron a escuchar cómo las paredes de sus casas se resquebrajaban. Ante los constantes ruidos, una inquilina del segundo decidió salir de su dormitorio para ver qué ocurría. “Hemos visto cómo la pared estaba toda agrietada y en la columna había una raja de dos dedos”, asegura. “Me he ido a la puerta para intentar salir de casa, pero he visto que estaban todas las paredes agrietadas y la puerta no se podía abrir”, cuenta angustiada. En ese instante, ante el miedo de que se produjese un derrumbe inminente, su pareja y ella decidieron salir al balcón del patio para escapar de la vivienda. “Me han cogido a los niños desde el piso de abajo y he llamado a los bomberos. Después de hablar con ellos, mi marido y yo nos hemos descolgado por el tubo del gas y hemos bajado hasta el primero”, relata entre sollozos. Posteriormente, veinte de los ocupantes del inmueble han tenido que ser evacuados por los bomberos a través de las ventanas.
"Después de hablar con los bomberos, mi marido y yo nos hemos descolgado por el tubo del gas y hemos bajado hasta el primero”
Julio, otro de los vecinos del edificio, de origen sudamericano, relata que en su domicilio vivían ocho personas, de los cuales cuatro son niños. Ahora, todos ellos tendrán que ser realojados en casas de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) y de entidades bancarias que tiene su a disposición el Ayuntamiento de Madrid. Todos los vecinos coinciden en subrayar, eso sí, la inmediatez de la respuesta ofrecida por el consistorio. “Si a las cuatro hemos empezado a oír los ruidos, a las cuatro y media ya teníamos hotel”, aseguran. En cuanto a sus enseres personales, los bomberos intentarán colocarlos en un lugar vigilado, cuando finalicen las tareas de desescombro, para que todos los vecinos puedan recuperar algunas de sus pertenencias.
El barrio, sobrecogido
Decenas de cámaras de televisión, fotógrafos y reporteros se congregaban ante el cordón policial, en la Plaza Seis de Diciembre. Un amplio dispositivo de emergencias había tomado esta parte del barrio, en donde el Samur ha levantado un Puesto Médico Avanzado, frente a la puerta de la parroquia. Los servicios de emergencia han desalojado también el edificio contiguo, el número siete. En total son 40 viviendas, 20 por bloque, en las que vivían 57 vecinos.
La alcaldesa, Manuela Carmena, ha prometido a los vecinos que podrán vivir en casas de la EMVS y de los bancos, mientras se reconstruye el edificio
Según ha señalado el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Calvo, los responsables del consistorio investigarán la existencia de denuncias previas y ha apuntado a que "todos los indicios que hubieran podido anticipar" el derrumbe, estarían ubicados en la planta baja del inmueble, donde hay un local cerrado desde hace años. Este negocio era un antiguo salón de bodas. Según el responsable de urbanismo, la revisión visual de la ITE de 2012 no podría haber detectado un daño en los pilares, ya que éstos tienen un revestimiento externo. También ha insistido en que, cuando se realizó la inspección, la estructura podría no haber estado dañada. La parte del bloque que no se ha derrumbado, tendrá que ser demolida. Sin embargo, los vecinos del inmueble contiguo podrán volver a sus casas después de que el edificio sea asegurado por los técnicos.
Hasta el lugar se ha desplazado, nada más producirse el colapso, la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, quien ha prometido a los vecinos desalojados proporcionarles viviendas de entidades bancarias durante el tiempo que dure la reconstrucción del inmueble. Por su parte, el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Antonio Miguel Carmona, que también se ha desplazado hasta el lugar, ha exigido al consistorio que active de inmediato un plan para revisar urgentemente las 120.000 infraviviendas que, según el PSOE, existen en la capital. Sin embargo, ha matizado que la mayoría de ellas no se encuentra en peligro inminente de derrumbe. Por su parte, el portavoz adjunto del PP, Íñigo Henríquez de Luna, ha lamentado la "tremenda catástrofe" y ha exigido a los servicios municipales que averigüen las causas del siniestro, para dar tranquilidad al resto de vecinos del barrio.