Una persecución de lo más peculiar se ha llevado a cabo en Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. Corrían las 7:00 horas de la mañana y dos individuos consiguieron entrar en una taberna forzando su puerta.
Entre otras cosas, robaron casi una docena de jamones, pero el rastro de grasa que dejaron en la calle al arrastrarlos ha delatado a los autores de este rocambolesco hurto. Según los propietarios, la Policía estuvo en su bar investigando pero que "parecían sin ganas de dar con los ladrones". Por eso, la dueña del establecimiento, ayudada por su madre, comenzó las pesquisas por su cuenta.
La familia descubrió un rastro de grasa que, según intuyó, podría corresponder al que habrían dejado las paletillas al ser arrastradas por el suelo al mismo tiempo. "Pensábamos que el rastro acabaría en un coche o algo así. Lo que menos nos esperábamos es que diera la vuelta a la calle, se metiera en un bloque de viviendas que está a unos cien metros y siguiera hasta la misma puerta de un piso de la primera planta", cuenta a Efe el dueño de Los Caracoles, Domingo Infante.
Así, los propietarios del local andaluz dieron con los ladrones. No hay duda de que tienen buen olfato para el jamón.