Francisco Javier Cebollero, un parado zaragozano de 28 años, cansado de ofertas engañosas y de no encontrar trabajo por los medios tradicionales, lleva tres días expuesto en un escaparate de la capital aragonesa con la intención de que, por fin, alguien le ofrezca un empleo.
Curiosamente, el escaparate en el que se encuentra este joven, al lado de una tienda de su madre en el número uno de la calle de Santander, está situado a escasos metros de una oficina de empleo. Para completar esta original campaña de publicidad personal, Francisco Javier ha creado una página web -que acumula más de 3.000 visitas de todo el mundo- vídeos de apoyo y un vídeo currículum.
Cebollero está licenciado en Economía y tiene tres años de experiencia en hostelería y nueve meses en asesoría de empresas, además de formación en inglés, italiano o Excel avanzado.
Reconoce que le falta experiencia, pero asegura que lo ha intentado tanto por páginas de búsqueda de empleo, autocandidaturas a empresas o a través de amigos, e incluso ha hecho análisis clínicos en Pamplona en los que le pagaban por probar una medicación. "Todo por ganarme la vida", ha declarado a Efe.
Ahora, gracias a esta campaña, se han acercado a su escaparate dos agencias de publicidad para mostrarle su interés y pedirle su tarjeta y le están llegando correos, "uno de la Embajada de Ecuador, otro de un chico de Barcelona; me están saliendo cositas", por lo que reconoce que "la cosa está saliendo bien".
Francisco Javier ha aprovechado que su madre y su tía se cambiaban al local de al lado y tenían el anterior pagado para utilizar el escaparate, en el que se ha instalado hasta el 3 de septiembre. Después proseguirá la búsqueda de forma tradicional y si, a finales de septiembre, no ha encontrado nada serio "de cualquier cosa", su intención es coger las maletas y marcharse a Inglaterra "como hacen tantos jóvenes".
El joven zaragozano dice que al principio le costó exponerse delante de todo el mundo, pero que el primer día ya se acostumbró: "te abstraes un poco de lo que está pasando fuera", afirma, aunque la gente que pasa por ahí "se para, mira o, incluso, entra".
"Llega un momento en que la situación te come la moral", lamenta, y por ello le surgió esta idea. A pesar de que en principio encaminaba su búsqueda hacia la contabilidad, la tesorería, la consultoría o la auditoría, tras el éxito mediático de la campaña se comienza a plantear el mundo del márketing o la publicidad.
"¿Por qué no? Tengo ideas, soy creativo y creo que es una buena propuesta", señala poniendo en valor que con 200 euros ha puesto en marcha una campaña de publicidad que está teniendo "mucha más repercusión que otras". Los viandantes que pasean por esta calle de Zaragoza se sorprenden al ver a Francisco Javier con su ordenador en su escaparate, alguno hasta pensaba que se trataba de una nueva agencia u oficina, pero aplauden la iniciativa porque "algo hay que hacer".
En general, los vecinos lamentan que se tenga que llegar a ese punto para llamar la atención y que "no haya trabajo para ningún joven y se tengan que ir de aquí", comenta una mujer.