Hay que reconocer el mérito de quienes le dan vueltas a los objetos cotidianos para dotarles de otras funciones que les aportan un plus de utilidad. Hablando de dar vueltas, quién te iba a decir que una simple bombilla podría ejercer también como altavoz.

Si eres de los que va con la música a todas partes, aquí tienes una serie de altavoces con la premisa de sus diminutas dimensiones; dicho de otro modo, que los puedes coger como una pelota de tenis. 

Si quieres dar la nota en el sentido más contundente del concepto, aquí tienes cuatro equipos de sonido que derrochan potencias incluso superiores a los 1.400 vatios. Pero no te imagines aparatosos altavoces propios de los conciertos porque, aunque su vocación es urbana, todos ellos encajan perfectamente en el entorno doméstico. 

Si nos ponemos a aplicar el refrán de 'duros a cuatro pesetas', no demasiados productos ofrecen tecnología y componentes de primera por los 150 euros que cuesta este altavoz. Pero es que tiene truco…

Consejo para quinquis: localizar un Mini, mangarle uno de sus retrovisores e instalarle un altavoz en su interior. Consejo para el resto de la población: en vez de practicar el vandalismo y el hurto, podemos optar por el IUI Mirror Boombox, que es lo mismo (un altavoz-retrovisor de Mini) y, además, con una calidad impactante, lo mires por donde lo mires.