Barra libre. Botellones. "Yo nunca". "El duro". El cómo emborracharse parece ser lo de menos. El 22% de los jóvenes con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años se emborracharon en el mes previo a la difusión de la Encuesta sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias 2014/2015, publicada este año. El 78,9% ha consumido alcohol alguna vez. La tendencia no es nueva, pero en 2016 se ha ganado varios titulares: menores hospitalizados por intoxicación etílica e incluso fallecidos.
El dónde tampoco parece ser problema. Esta semana, la Policía de A Coruña (Galicia) ha encontrado un "outlet de alcohol" en el que fueron identificados 18 menores de edad consumiendo bebidas espirituosas, según reseña La Voz de Galicia. Esta vez, fue en la discoteca Playa Club. Pero no se trata de un hecho puntual, según los entrevistados por el diario. Al parecer, son eventos que la empresa "publicitaba en su página web: seis consumiciones por ocho euros", desde la una hasta las tres de la madrugada.
Los titulares que involucran las palabras menores y alcohol no dejan de repetirse. De hecho, aunque la cifra a disminuido en los últimos dos años, 285.700 estudiantes con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años empezaron a consumir alcohol en 2015, según datos de la encuesta. De este grupo, 154.600 son chicas; 131.100, chicos.
La ingesta de alcohol entre menores sigue en el debate social, pero aún no tienen una respuesta legal. El Ministerio de Sanidad anunció en noviembre que buscará el consenso político para elaborar una ley que frene este consumo; el cuarto intento en los últimos 15 años.
El intento de ley
En 2001 ya hubo una reunión en Estocolmo de Ministros de Sanidad europeos. Allí se hicieron distintas recomendaciones: prohibir el consumo de alcohol en la vía pública, limitar la publicidad y aumentar los impuestos de las bebidas alcohólicas, así como controlar los puntos y los horarios de venta.
"Se ha intentado, pero se ha dejado todo en el autocontrol. El problema no es recordar la realidad; es hacer algo", dice el coordinador del Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud de PAPPS de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, Rodrigo Córdoba García. Por ello, este año vuelven a insistir para hacer ley las recomendaciones planteadas desde más de una década sean una realidad. El objetivo: lograr el consumo cero en menores.
Proponen prohibir el consumo en la vía pública, limitar la publicidad y aumentar los impuestos de las bebidas alcohólicas...
Al realizar una panorámica del último año, destacan la disminución de multas por botellón en Madrid y la disminución del consumo de drogas en la población escolar anunciada por el entonces ministro de Sanidad Alfonso Alonso, así como el fallecimiento de una chica de 12 años tras un coma etílico y varios menores hospitalizados por intoxicación de alcohol (dos de ellos, en Galicia).
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció ya el incremento de un 5% a la fiscalidad de los productos intermedios y el alcohol, tanto en la Península como en Canarias. La cerveza y el vino han quedado fuera de la subida.
Este año también se volvió a debatir sobre la propuesta de ley para controlar la ingesta de alcohol entre menores. Ya lo decía la ministra Dolors Montserrat: "Queremos progresar con paso firme y decidido en el objetivo común de consumo cero entre los menores". La intención es elevar la edad de inicio del consumo.
"Si una persona empieza a beber en edad escolar, tiene 46% de probabilidad de desarrollar problemas relacionados con el alcohol: enfermedades, accidentes, violencia…", recuerda Córdoba. Si empieza a los 21 -edad legal en algunos países-, "la posibilidad es de un 9%", insiste.
Ante este "problema social", la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) ha lanzado este miércoles una campaña en la que alerta de que el consumo de alcohol por parte de menores "es una responsabilidad de todos".
Desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria aplauden inciativas como esta, porque promover el debate social "siempre es positivo", pero insisten en que las medidas educativas "solo funcionan si hay un marco normativo que las acompañe". Queda esperar si los pasos dados este año para regular el consumo en menores rinde frutos en el futuro próximo.
