Siempre se ha pensado que el propietario de una vivienda alquilada no puede entrar bajo ningún concepto sin el permiso de los inquilinos que habitan en la misma. Antes del comienzo del alquiler, casero e inquilino, pactan una serie de normas y reglas a cumplir a través del contrato de alquiler. Duración, fecha para el pago de la mensualidad del alquiler, cláusulas, normas de convivencia, etc... Es muy típico que los inquilinos se pregunten si el casero puede entrar a la vivienda cuando este precise. Está instaurada la creencia de que bajo ningún concepto un propietario puede acceder a una vivienda alquilada sin permiso, pero esto no es del todo cierto.
Hay una excepción que recoge la ley por la que el propietario sí puede entrar al inmueble sin contar con el permiso previo del inquino, eso sí deberá notificarlo. Los contratos de alquiler ceden la posesión legítima de la vivienda a la persona que habita en la misma y por tanto, el propietario no cuenta con el poder para entrar al inmueble cuando lo considere oportuno.
La excepción legal por la que el propietario sí puede acceder al inmueble
Gracias al artículo 21 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) los propietarios pueden entrar a su vivienda alquilada para realizar cualquier arreglo o reparación urgente que pueda afectar a la habitalidad o integridad de la casa. En esta situación, previa notificación a los inquilinos, el casero podrá entrar la vivienda (normalmente acompañado de técnicos y profesionales) con el fin de detectar los daños y reparaciones y por consiguiente, acometer los pertinentes arreglos.
El casero puede pactar con el inquilino futuras visitas
Otro método por el que los caseros pueden entrar a la vivienda es pactar, de palabra o a través del contrato, futuras visitas cuando tenga que volver a alquilar el piso. La intención de enseñar el piso a futuro debe hablarse antes de firmar el contrato para que cuando llegue el momento a futuro, no haya problemas entre ambas partes.