El estrés no trae nada bueno. Aunque bien llevado se pueden conseguir buenos resultados, lo cierto es que puede perjudicar gravemente la salud: problemas gástricos, respiratorios, taquicardias o temblores son algunos de los posibles efectos. Los estudiantes de carreras sanitarias están sometidos a mucha presión desde el inicio de sus estudios, tanto es así que los provoca problemas de salud.
Según se ha puesto de manifiesto en los Diálogos EFE Salud organizados, y junto con la Asociación Valenciana de Derecho Sanitario (ADSCV), el 25% de los profesionales de medicina sufren un problema de salud mental diagnosticado. Tal y como explica el presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunitat Valenciana (ADSCV), Carlos Fornes, la clave radica en la prevención: concienciar a los alumnos del trabajo que les espera y de lo exigente que puede llegar a ser la carrera universitaria.
Problemas de salud desde antes de empezar la carrera
Aunque la presión y el estrés se mantienen de forma constante desde el inicio de la carrera universitaria, lo cierto es que los estudiantes de profesiones como la medicina, farmacia o fisioterapia ya se encuentran muy afectados al entrar a las facultades. Esto se debe a las altas notas de corte y exigencia a la que se someten los dos años previos: en Bachillerato deben sacar la máxima nota posible, al igual que en la EBAU.
El director de la Oficina de Salud Mental y Adicciones de la Comunitat Valenciana, Bartolomé Pérez, considera "una barbaridad" la nota de corte de 13,4 para poder entrar a estudiar un Grado de Medicina. "En la facultad ya hay bastantes estudiantes con problemas", afirma el director. Y puede ir a peor: puede llevarles a sufrir trastornos obsesivos-compulsivos.
Resulta paradójico que los jóvenes que estudian para cuidar de la salud de los demás sufran, desde un inicio, problemas de salud mental debido a la alta presión a la que se ven sometidos. Estas condiciones les acompañan desde que comienzan a estudiar Bachillerato, pasando por la preparación de la EBAU, el estudio de la carrera universitaria y, finalmente, la residencia. Sin descanso, los estudiantes deben decidir qué caminos quieren tomar, algo que también puede afectarles. "Pasan de un sistema de empolla, empolla, a decide, decide", explica Pérez. En el primer año de residencia "empiezan a decidir, y eso es un factor de riesgo tremendo", añade.