Acoger la música popular en un templo de la cultura: esa es la apuesta del Círculo de Bellas Artes para la noche del lunes 31 de octubre al martes 1 de noviembre. La institución recupera su costumbre de montar fiestones con la Noche de los Muertos. Allí se darán cita varios nombres emblemáticos de una escena que en el cambio de milenio se llamó ‘global bass’, luego ‘electrónica latina’ y que el público general identifica como ‘pachanga para perrear’.
El menú sonoro, escogido por Alberto Nanclares, consiste en nombres de prestigio de dentro y fuera de la capital como Guacamayo Tropical, Sonidero Mandril y Uproot Andy, uno de esos responsables de las míticas fiestas latinas Qué Bajo en Nueva York. El cartel se completa con Sonido Sepelio (Chico Trópico + David Somellera ex-Sonido Changorama), Dembooty Club, Meneo, Tito Ramírez, Dirti Larita y Alnank Ritmos de lujo en uno de los edificios más majestuosos de Madrid.
Esta fiesta, que casi podría entrar en la categoría de festival, ocupará gran parte del espacio disponible: el vestíbulo, a planta, la Sala de Columnas en la cuarta, el Salón de Baile en la segunda… Todo con una decoración diseñada especialmente para la ocasión por los mexicanos Enraizarte, que incluye una serie de ofrendas a los muertos más reconocidos del mundo de la cultura.
Electrónica latina en el Círculo de Bellas Artes
El precio general es de 45 euros, 35 para socios de la entidad. La fiesta comienza a las 23:00 y dura 0hasta las 5:00 y la entrada incluye una consumición. Quien quiera hacerse una idea del sonido que atronará esas seis horas puede escuchar este podcast del programa ‘Delicias salvajes’ de Radio Nacional.
La trayectoria de uno de los proyectos invitados, Guacamayo Tropical, explica bien el ascenso de la música latina en la noche madrileña: “A principios de la década de los diez llamamos a una sala mítica de Madrid para proponer una fiesta. Nada más escuchar mi acento latino, me dijeron que no les interesaba. No esperaron ni a escuchar qué les ofrecía. Yo podría haber sido perfectamente un empleado de la oficina de Vetusta Morla. En 2015 esa misma sala nos estaba buscando para ofrecernos cosas en una sesión que hicimos en el Matadero por las fiestas de San Isidro”, recordaban sobre su etapa de ascenso. La Noche de Los Muertos es otro pasito en la largo camino para librarnos de la anglofilia. Mientras la capital celebra Halloween, aquí se apuesta por una tradición más cercana.
Estos días, fuentes de la dirección del Círculo de Bellas Artes han explicado que su intención consiste en recuperar y aumentar la atención para propuestas festivas como la de Noche de los Muertos. Siempre han sido míticos sus carnavales, donde acudía la clase alta de la ciudad, así como sus noches de electrónica donde se alternan las propuestas más refinadas con el macarreo de discjockeys emblemáticos de la capital como el alquimista techno Óscar Mulero. La solemnidad y abolengo de sus salas no impide que el volumen hiciera temblar más de una columna, porque incluso el público más intelectual necesita mover el trasero dos o tres veces al año.