España ha demostrado que en materia de conservación del Patrimonio Histórico y Artístico ha hecho los deberes. La implantación de modelos de gestión maduros y sostenibles en sus principales monumentos -como La Alhambra o El Prado- ha conseguido que, lejos de verse afectados por la crisis, hayan salido reforzados, marcando récords de visitantes. Si bien hace años era Italia el ejemplo a seguir a nivel mundial, la falta de inversión y la sobreexplotación de los bienes culturales han pasado factura a su patrimonio, y las políticas de austeridad no han hecho más que evidenciar el abandono sufrido durante años.
La crisis económica se deja notar en todos los ámbitos, y el del patrimonio artistico no es una excepción. En en el país transalpino, numerosos colectivos como la asociación Italia Nostra piden cuentas a las administraciones públicas por la desatención que sufren algunos de sus monumentos más significativos. No en vano, en el Coliseo los desprendimientos se han vuelto algo cotidiano y Pompeya ha registrado 15 emergencias arqueológicas desde el año 2008, lo cual hace peligrar su conservación.
En Grecia la situación no es mucho mejor. Robos y saqueos se suceden en los museos, hasta el punto de que el ministro de Cultura ha presentado su dimisión. En el caso del Partenón, las ayudas europeas que cubren el 80% de sus gastos de mantenimiento están garantizadas. Sin embargo, las huelgas que asolan al país suponen un obstáculo para los miles de turistas que acuden diariamente al recinto, hasta el punto de que en el Parlamento se han llegado a plantear la idea de cederlo en 'leasing'.
"El patrimonio no se puede someter a 'stress', porque su valor no es reversible"
Para Mª del Mar Villafranca, Directora General del Patronato de La Alhambra y el Generalife, la clave está en el sistema de gestión. "En La Alhambra se apostó desde hace años por un modelo de gestión pública y autónoma, basado en la sostenibilidad". Un modelo que ha recibido las alabanzas de la UNESCO y que se intenta exportar a otros países.
"El Patrimonio no puede someterse a un 'stress' excesivo, ya que su principal característica es que no es reversible, no puede recuperarse manteniendo el valor del original". Para Villafranca, la Italia de Berlusconi ha pecado durante años de una mentalidad demasiado mercantilista respecto a sus bienes culturales, olvidándose de la inversión y el cuidado continuo que estas obras requieren. "Debe existir un equilibrio entre la conservación y la puesta en valor de los monumentos. Éstos no están hechos para ser explotados únicamente".
La Alhambra, un modelo autosuficiente
Actualmente, la falta de inversión pública en conservación del Patrimonio ha despertado el debate sobre la inversión privada en los países mediterráneos. En Italia, varios empresarios planean invertir en el Coliseo Romano como parte de una estrategia que denominan "refuerzo de la marca Italia", una suerte de mecenazgo que en realidad esconde los intereses de sus propias marcas. Para Mª del Mar Villafranca, se trata de un extremo que vulnera el principio de inalienabilidad que rige sobre el patrimonio. "Los bienes culturales deben ser para todos y el Estado no puede desentenderse".
De los 23 millones que adelantó la Junta en 2011, La Alhambra devolvió 25 millones
En ese sentido, La Alhambra ha demostrado ser completamente autosuficiente. En 2011, año en que se batió el récord de visitantes con 2.310.764 personas, la recaudación total del monumento ascendió a 25 millones de euros, tres millones más respecto al presupuesto adelantado por la Junta de Andalucía para ese ejercicio. Gracias a este superávit, el complejo podrá reinvertir 7 millones de euros a lo largo de 2012. "La Alhambra recibe financiación de varios frentes distintos, incluyendo dinero público para su conservación. Sin embargo, el grueso de los ingresos proviene de los visitantes, y hoy en día podría financiarse exclusivamente gracias a ellos", explica Villafranca.
España, a la cabeza de la UNESCO
España es, junto con Italia, uno de los países que más contribuye a engrosar el catálogo de bienes culturales protegidos por la UNESCO, entre los que figura la Alhambra, el Generalife y el Albayzín en Granada. Además, es el país con más ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad, 13 en total.
