Casi todos recordaremos la historia de Casandra: la sacerdotisa de Apolo que rogó al dios griego que la dotase del don de la adivinación, demanda que fue atendida a cambio de un encuentro sexual. A la hora de la verdad, ella decidió no cumplir su parte del trato y el dios no le retiró su poder pero la condenó a que nadie creyese sus profecías. Desde entonces, se denomina "casandras" a las personas capaces de anticipar el futuro pero no de convencer a sus contemporáneos de la solidez de sus análisis. En el caso de la Unión Europea, se da una circunstancia llamativa: quienes más acertaron fueron políticos e intelectuales situados en los extremos, tanto del izquierdo como del derecho.
Empecemos, por ejemplo, en el Reino Unido, donde se da un caso realmente indiscutible. Me refiero al famoso discurso conocido como 'Ríos de sangre', en el que el político conservador Enoch Powell criticaba las facilidades a la inmigración masiva, anticipando los problemas del multiculturalismo. Persona de gran cultura, comenzaba citando un verso de La Eneida de Virgilio y profetizaba que los británicos terminarían convertidos en extraños en su propio país. El discurso fue demonizado al instante y Powell fue cesado, pero esta intervención todavía se condena y se recuerda como un ingrediente clave en la victoria del conservador Edward Heath en 1970, ya que conectó con las preocupaciones de muchos británicos de a pie.
La intervención de Powell fue alabada sobre un escenario por la estrella de rock Eric Clapton, levantando una fuerte reacción pública en su contra. Recordemos que Powell pronuncia su profecía el 20 de abril de 1968, poco antes del estallido del Mayo del 68 francés y por tanto en un clima de alto voltaje contracultural. Como señala el periodista Javier Bilbao en el suplemento "Ideas" de La Gaceta, el británico no exagero ni un ápice, sino que se quedó corto: "Para Birmingham (lugar donde tuvo lugar el discurso) él supuso una proporción de dos quintos (40%) de población inmigrante y descendiente, pero en 2021 era ya del 52%. Una ciudad por cierto conocida ahora por sus celebraciones del fin del Ramadán, la mayor congregación de musulmanes al aire libre de Europa, con más de 140.000 participantes por edición. Respecto a Londres, calculó que llegaría a haber un tercio de población foránea, pero en 2011 era ya un 40% y dentro de 8 años sobrepasará a la nativa. La percepción de que Londres ha dejado de ser una ciudad inglesa no es (o no sólo) propia de hooligans borrachos de clase baja mil veces parodiados, también es compartida entre otros por el mismo John Cleese, de los Monthy Pyton", destaca. Quien tomase en serio a Powell (muy poca gente) llegó bien preparada a las elecciones de 2014 donde el UKIP de Nigel Farage fue el partido más votado de Gran Bretaña. Y también al resultado del referéndum del Brexit en 2016.
Bruselas como disolvente de Europa
Respecto a España, si alguien supo anticipar ciertos problemas tabú sobre la Unión Europea fue Jorge Verstrynge, un político que pasó de la secretaría general de Alianza Popular durante la Transición a la militancia en la formación izquierdista Podemos. Hace unos días estuvo compartiendo un análisis de las elecciones europeas en la taberna-librería Casamata, situada en el centro de Madrid. “Yo nací en 1947 y cuando tenía 15 años íbamos a las fronteras a arrancar los letreros de los países: ‘Bélgica’, ‘Francia’, ‘Luxemburgo’, ‘Holanda’…Era nuestra protesta por una guerra que acababa de terminar y que aparentemente era hipernacionalista. Entonces se pensaba en una Europa unificada. Éramos tontos porque una Europa unificada es imposible: tú puedes unificar un país como Estados Unidos porque no tiene historia. Juntas Oklahoma con Vermont y Misisipí porque qué más da porque no tienen nada que reivindicar. Ya es complicado unificar Portugal con España, imagina la tarea de unificar Francia con Alemania o Alemania con Polonia o Polonia con Rusia, con todos los conflictos que tienen detrás”, apunta.
El neofascista Jean-Marie Le Pen y el comunista Georges Marchais estaban convencidos de que la inmigración masiva y la globalización terminarían con las singularidades de Francia
Más madera: “Además de ser imposible, esa unificación no sería buena. La única posibilidad sería una Europa de las patrias, una Europa confederal, todo lo contrario de la que tenemos ahora donde mandan los cantamañanas profesionales diplomados. La gente pasa totalmente de Europa y lo vamos a ver en las elecciones de este domingo con la alta abstención que se va a registrar. Cuando yo era secretario general de Alianza Popular, Ronald Reagan me dijo que había que luchar contra la Unión Soviética porque era el imperio de los mil años, que siempre iba a durar. Una década después, se estaba desplomando”, recuerda.
Verstrynge fue también pionero en señalar que la inmigración masiva era un problema explosivo, que la élite política europea no estaba mirando de frente. “La legitimidad europea de de 1945, basada en la lucha contra el fascismo y luego en la lucha contra el comunismo, ya no existe. En Francia, cada día, un tipo se acerca a otro y le pega una cuchillada en el estómago. Ya no hay autoridad, se ha terminado. Europa se basó en el lema ‘Ni capitalista, ni comunista’ pero eso ya no está. Ahora vamos a lo inmediato: conseguir más dinero a fin de mes sin mirar al largo plazo. Yo nací en África y viví veinte años en Marruecos. El Islam me retó muy bien, pero es una religión conquistadora y vengativa. Espero que no ocurra nada ahora en los Juegos Olímpicos. Marine Le Pen tiene una última oportunidad de victoria porque después de las próximas generales habrá cambiado la estructura de la población. Hoy te plantas en la Port de la Chapelle de París y es imposible ver un blanco. Les pido que no me interpreten como alguien racista, sino como alguien acojonado”, ruega a la audiencia.
Sobre el comienzo de los problemas migratorios de Francia, señala un momento histórico concreto. “No estoy hablando de cruzadas, ni de pitos ni de flautas. Si no hubiésemos dejado al capitalismo hacer lo que le daba la gana no estaríamos en esta situación. ¿Por que hay en Francia tanta inmigración hasta el punto de que ya es una olla a presión? Porque al señor Georges Pompidou se le ocurrió que como Francia no había sido bombardeada no había que renovar el parque industrial sino traer mano de obra barata. Pide a los cónsules que le manden marroquíes y argelinos dispuestos a trabajar por una mierda de salario para mantener la competitividad francesa. El problema es que esa mano de obra se queda a vivir en su país, no todas las francesas quieren casarse con ellos y traen mujeres islamizadas de allí para formar familias. Entonces llevan a sus hijos a la escuela laica y no les gusta nada que allí les enseñen a dudar de Dios”, recuerda.
Por supuesto, hubo muchas más ‘casandras’, tanto de izquierdas como de derechas, casi todas con enfoques políticos extremos. El neofascista Jean-Marie Le Pen y el comunista Georges Marchais estaban convencidos de que la inmigración masiva y la globalización terminarían con las singularidades de Francia. En España, sucedió algo parecido: tanto Julio Anguita como Blas Piñar tuvieron claro que el ingreso en la Unión Europea iba a disparar el paro, crujir los derechos laborales y propiciar que las principales empresas nacionales fuesen vendidas al capital extranjero, empobreciendo a millones de familias españolas. ¿Ha habido en nuestro país un verdadero debate sobre los beneficios e inconveniente de la Unión Europea o hemos aceptado su bondad como un dogma? Podemos demonizar cuanto queramos las opciones extremas pero esta claro que no siempre se equivocan en sus diagnósticos.
Susanam
Hay cosas que son evidentes
Hermes
Víctor Lenore debe ser amigo de Verstrynge. De otra manera no se entiende esta loa, este señalar la agudeza de un personaje patético. Son multitud quienes han anticipado los problemas cuyo descubrimiento el autor atribuye a la sagacidad de Verstrynge. Pero, simplemente, han sido siempre tildados de antieuropeístas o de fascistas, o de ambas cosas a la vez. El sabrá qué le debe a este agitador pijoprogre profesional.
Max P. Palla
Lástima que no hayáis incluido una foto del vociferante Enoch Powell con su bigotito en el texto: el miedo que da aclara perfectamente quién es. No se puede blanquear a Enoch Powell, y nunca mejor usada la expresión: Ese discurso fue una apelación al odio racial, con mentiras groseras (la viejecita que es la única blanca de su calle, injustamente insultada porque solo alquila habitaciones a blancos, lo de la escuela del hijo de uno de sus representados no había más que un niño blanco), generó disturbios, y motivó su justificada expulsión del gobierno y del partido Conservador, que según él había abandonado su esencia, su tradición aristocrática para ponerse en manos de tenderos. Powell demandó al Times por calificar el discurso de "demoníaco" pero retiró la denuncia cuando el juez le exigió que presentara confirmación de sus afirmaciones. Fue un ra cesta inmenso toda su vida, criado en la academia, defensor del Imperio Británico (con mayúsculas: semejante obra cultural y desinteresada no merece menos), autodefinido cómo "racialista" y un clasista, que creía que sus valores eran trascendentales, grabados en el cielo, eternos, no como el resto. Desde jovencito quiso ser gobernador de la India, hasta estudió urdu, pero, maldita sea, la India se hizo independiente sin preguntarle. Propuso cambiar la ley para controlar que la emigración fuera blanca. Siendo ministro de Sanidad se negó a recibir a los padres de los niños afectados por la talidomida, a prohibir su uso o a castigar al fabricante e incluso a recomendar que no se usara. Dijo también que aceptaba a los médicos inmigrantes, pero sin los mismos derechos que los nacionales. Acabó en los Unionistas del Ulster, con histérico Ian Paisley de jefe, pidiendo la anexión de Irlanda y disparates parecidos. No le faltaba de nada al tipo. Fue inmensamente popular y no es de extrañar: encarna perfectamente el ra cismo subyacente en esa sociedad colonial incapaz de asumir su legado, que ve al inmigrante como un peligro. Los demás sabemos que todo lo bueno viene del mestizaje, que no ha habido jamás una sociedad sin inmigrantes, y que casarse entre primos y aislarse no es buena idea.
Norne Gaest
En Europa, como en España, existe la corrección política, el consenso progre que a veces ha dicho Abascal. Ese consenso, que dominan las izquierdas, es buenista, sentimental, grandilocuente, inobjetable teóricamente. Pero luego está la realidad. Solo unos datos de España: desde hace décadas la delincuencia violenta y organizada, mayormente es cosa de extranjeros o clanes de etnias minoritarias. La delincuencia española ha sido cosa de enfermos por drogodependencia. Aparte esta la corrupción política, claro, también muy extendida, "de cuello blanco". Hace décadas el único terrorismo era el nazionalista vasquista. Pero en el siglo XXI tenemos el peligro terrorista islamista, de inmigrantes legales e ilegales. España es para los islamistas Al Andalus, un mito y una tierra propia a recuperar, con la paciencia que les caracteriza y mientras reproduciéndose mucho más que nosotros, y a sumar los que vienen llegando. Solo la inmigración hispana, también desatada, puede contener en parte la islamización de España. Pero otras naciones europeas no tienen esta suerte. En España Vox ha sido el primer partido que ha denunciado la inmigración ilegal y la islamización, y ha sido prontamente demonizado por la corrección política como ultraderecha.. Este mismo artículo evita nombrarlo y se remonta a Enoch Powell, Blas Piñar y Verstrynge. Ahora se ha añadido Alvisse y tres cuartos de lo mismo: a buscarle las cosquillas a ver como creamos un muro de condena mediática que contenga a sus a menudos indignados votantes y su denuncia del buenismo y la corrupción sistémica. El sistema se ha mostrado ciego ante los peligros de Occidente, pues no solo se limita a ser inoperante, sino que demoniza a los que alertan de tales males. Una de las noticias de hoy es la prevista arribada masiva de cayucos a Canarias. ¿Saben de alguna medida contundente española para frenarlos? ¿La opinión pública está informada? ¿Alguien se atreve a mandar la Armada para poner frente a este coladero y además evitar el chorreo de dinero a Marruecos y otros países africanos? No, como el dinero público no es de nadie, mejor someterse al chantaje moral del buenismo. El tinglado que tienen montado les va bien económicamente y les da tranquilidad moralmente. De los medios de comunicación y su contribución a este desastre lo dejamos para otro día, que bastante he escrito.
Reliable1
Era para Erondatt la cita, sacada del libro recién publicado de Antonio Hernández-Mancha "Secretos de mi partido". Después de 35 años acaba de conceder una entrevista al periodista Carlos Herrera en la Cope esta mañana, donde le responde cuestiones de los años que van desde 1980 a 1990. Igual a los jóvenes sofistas con los que delibero en este foro no saben ni quien es. "Verstrynge salió de AP después de que Fraga lo cesase al considerar que estaba involucrado en un complot para sacarle de la presidencia del partido que él mismo había montado. Fue lo que se denominó la operación Chirac, en la que se trató de que Fraga aceptase la candidatura de su partido al Ayuntamiento de Madrid una vez constatada su incapacidad para vencer al PSOE en las urnas. Corría el año 1986. Ahí vino Antonio Hernández - Mancha después." Del Confi.
Max P. Palla
Y por cierto: la filosofía esa de Verstrynge de "se puede unificar USA pero no se puede unificar Europa" es infantil y ridícula: se unificó España, se unificó Alemania, se unificaron Francia,Suiza, Hungría, Italia, todas diversas, se unificó Rusia, etc. ¿Que pasa? ¿que las regiones, los antiguos reinos de esos países no tenían cada uno su cultura?
Reliable1
Oswald Spengler en 1933, en su obra Años decisivos, dejó escrita la siguiente frase: "La Rusia soviética será sustituida por cualquier otra Rusia. Pero con ello sólo quedará vencido el bolchevismo de estilo marxista, y el bolchevismo ruso-asiático crecería sus trabas gigantescamente". Oh, wiseman, qué me dice Vd. a esto, es una "casandra"? Saludo cordial.
ser o no ser
Siempre me causo repelús Jorge Verstrynge. Ha paso del tiempo y si no entramos en fanatismos políticos, es una de las mentes mas brillantes de estos tiempos tan convulsos.
Sin_Perdon
Coincido con todo, y aumento la apuesta. Los franceses podían ignorar lo que se les venía encima, podían ser engañados con que el multiculturalismo era algo positivo, que la llegada de "nuevos franceses" era algo que enriquecería la nación y la haría más próspera y segura (en algo acertaron, hoy la potentísima selección francesa de fútbol es eminentemente africana), pero ¿Y nosotros?. Nosotros llevamos años viendo en el resto de Europa los peligros, riesgos y desafíos de llenar nuestras ciudades de millones de personas DIFERENTES, que piensan diferente, se expresan diferente, tienen objetivos diferentes, creencias diferentes,... (Ya lo dijo Abascal el problema no es el color de su piel, es lo que tienen en su cabeza) y aún así seguimos tragándonos la píldora azul del buenismo multicultural. Es más, los datos de violencia, paro, inseguridad, pobreza, atraso, ruptura del orden social indican que se debe masivamente a estos "nuevos españoles". La izquierda siempre ha solido estar peleada con los datos crudos, el problema es que el centro-derecha tampoco parece querer entenderlos. Aunque si vemos que los populares europeos están entregados al globalismo y sus agendas se entenderá mucho mejor. El problema son los MILLONES de ciudadanos que votan creyendo que los que traen el problema, van a solucionarlo.
Erondattt
Muchos, demasiados, pronósticos eran evidentes. Lo que enfatiza la sensación que empapa la época de presunta patología, o 'Patocracia' como apuntan algunos. También 'Idiocracia' y demás apelativos vinculados. Los analistas necesitan recurrir al vademécum psiquiátrico con cada vez más insistencia para poder explicarse este sepukku colectivo occidental. Aunque no sea necesario...los fundamentos de la corrosión cultural occidental no son ningún arcano ni enigma. Sus autores y su agendas son perfectamente identificables.