Porque está de moda
De acuerdo, para ti, que prefieres mantenerte al margen de todo, te da bastante igual la recaudación del box-office estadounidense. Al fin y al cabo, ninguno de esos dólares acaba en tu bolsillo. Pero de todas formas apunta estos datos: los especialistas esperaban de la película una recaudación de unos 65 millones, pero al final ésta se hizo finalmente con 95 millones, reanimando la alicaída temporada de verano de manera mucho más contundente a la esperada.
Antes del estreno, mucha gente en la industria dudaba de la eficacia de Guardianes de la Galaxia, hasta ahora unos segundones en los cómics -pese al reciente reinicio de Brian Michael Bendis- y unos personajes mucho menos conocidos que los Vengadores de turno. Pero de cansancio nada, es más, había hambre de ellos. Solo pensar en los cross-over con el resto de universo Marvel, se hace la boca agua.
Por Chris Pratt
El nuevo Han Solo es la sensación del momento. Pratt no solo ha triunfado en su papel de Peter Quill, un antihéroe bastante pirado y obsesionado con su cassette de remezclas, sino que estará presente también en el reinicio de la franquicia de Parque Jurásico que acaba de terminar su rodaje, Jurassic World.
La procedencia de Pratt, salido de la escuela cómica de series como Parks and Recreation, es algo diferente a la de otros galanes modernos, y se nota en el sentido del humor que despliega el actor. El cambio físico, además, ha sido radical: Pratt tuvo que someterse a un entrenamiento brutal para convertirse en Star Lord, y en poco tiempo pasó de comer niños a tener los abdominales de la imagen.
Porque es tanto una comedia, como un filme de superhéroes
Los Guardianes de la Galaxia no van de chulos. Más bien son la panda de fracasados más absurda de su sistema solar y lo saben. No tienen nada que ver, son 99% egoístas y, pese a algunos arrebatos de genialidad, en ocasiones no se enteran de la mitad. La película de James Gunn dedica más de la mitad del tiempo a indagar en su incompetencia antes de sacar a flote su corazón de oro. Y es mucho mejor cuando es una comedia basada en la química entre sus personajes -pese a que dos de ellos son digitales- que cuando se afana en cubrir la cuota de destrucción obligatoria en todo filme de superhéroes. Como dice Star-Lord: “Somos perdedores porque perdemos, pero también porque hemos perdido mucho”.
Porque es una locura
¿Mapaches con ametralladoras? ¿Un árbol que solo sabe decir su nombre? ¿Obsesión por Kevin Bacon? Lo tenemos. Se dice que estamos ante la nueva Star Wars -un año antes de que el verdadero Episodio VII se estrene-, pero Guardianes de la Galaxia es todo lo cómica y desvergonzada que puede ser una superproducción de efectos visuales. Y no se avergüenza de ser ligera. En ocasiones, de hecho, está más cerca de parodias como La Loca Historia de las Galaxias de Mel Brooks o la más desconocida rareza que es Guerreros del Espacio, protagonizada por Robert Urich, que de una aventura puramente épica. Aunque todo llega en la película de James Gunn.
Por el Awesome Mix
Peter Quill, alias Star-Lord, escucha de manera compulsiva un cassette de éxitos de los setenta cedido por su madre por razones que no vamos a contar. Y lo que él oye, forma parte fundamental de la película: The Piña Colada Song tiene su importancia en la trama, y para derrotar al villano lo mejor es bailar a ritmo de los Jackson 5. Ya en el tráiler de la película -difundido hace meses- la acción estaba acompañada por Hooked on a Feeling de Blue Swede, y no por la típica melodía trepidante.
