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'Por todo lo alto': Emmanuel Courcol llega a España con una fábula solidaria, conmovedora y divertida

El filme logró la puntuación del público más alta en la historia del Festival de San Sebastián

  • Fotograma de 'Por todo lo alto' -

Emmanuel Courcol presentó en la pasada edición del Festival de Cannes su cuarta película, Por todo lo alto (En fanfare, en su título original), una historia que se presentó en el certamen de autor por excelencia como una fábula musical con una base social dispuesta a conmover y divertir a todo el patio de butacas sin trucos fáciles ni artificios. 

Meses más tarde, y tras su exitoso estreno en Francia, participó en la sección Perlas del Festival de San Sebastián donde obtuvo la máxima puntuación del público en toda la historia del certamen donostiarra. Ahora, llega a los cines españoles con la misma inercia de cine popular capaz de hacer vibrar a todos los espectadores. 

Por todo lo alto cuenta la historia de Thibaut (Benjamin Lavernhe), un director de orquesta de gran fama internacional que un día descubre que tiene un hermano, Jimmy (Pierre Lottin) que trabaja en un comedor escolar y que además toca el trombón en una banda de música. Cuando el célebre músico observa las habilidades musicales de su hermano trata de reparar la injusticia. 

Según ha relatado a Vozpópuli Courcol en una entrevista en videoconferencia, la idea de esta película, coescrita junto a Irene Moscari, bebe de su propia historia, en la que sus hermanos juegan un papel muy importante (como demostró en su primer largometraje), según cuenta, y en cuya infancia la música clásica también ocupó un lugar muy especial. "Los hermanos y los vientos estaban ya dentro de mí. Además, tenía ganas de unir dos universos, tanto sociales como musicales", ha señalado.

Del mismo modo, el guion ha sido escrito teniendo en cuenta "la sensibilidad musical", al avanzar con movimientos y ritmos como si se tratara de una "composición musical". "Es totalmente intuitivo y está ligado a la sensibilidad musical y a la percepción. Es comparable a una partitura", ha destacado Courcol.

En su escritura del guion, el director de Por todo lo alto es muy consciente del espectador al que se dirige, algo que se traslada al patio de butacas, donde hasta el momento todo el mundo ha vibrado con una historia emocionante y divertida que, no obstante, no pierde de vista el sentido autoral a pesar del éxito cosechado. 

"Tanto en el guion como en el concepto intento ponerme en el lugar del espectador. Para mí, hacer una película no es un acto egocéntrico, no me considero un genio que tiene razón por encima de todo, a quien poco le importa lo que piense el público y que solo quiere mostrar su obra maestra. Lo que me importa es que llegue cuanto a más gente mejor. Pero eso no impide que sea una película personal, que el guion o la película sea mío", ha resaltado el director.

De actor a director

Preguntado acerca de ese descubrimiento familiar y la manera en la que ha explorado los sentimientos que puede despertar una situación como la que viven estos dos adultos con nuevos lazos familiares, Courcol hace referencia de nuevo a sus propios orígenes, pero también a su profesión primigenia, la de actor, en la que siempre se ha alimentado de su propia vida. 

"Antes de director fui actor y estoy acostumbrado a meterme en la piel de los personajes. Cuando un actor tiene un personaje proyecta sus emociones en él y se reinventa a través de él. Es lo que hago cuando escribo un guion. Sondeamos nuestras vivencias e intentamos compatirlas con los personajes. Como si cuando escribimos el guion ya fuera un trabajo de interpretación, y vamos construyendo las relaciones poco a poco con nuestras imágenes", revela.

Por todo lo alto también contiene una carga social, al presentar a dos hermanos con idénticas capacidades que, sin embargo, no han tenido los mismos privilegios para alcanzar las mismas posiciones laborales en su vida. Así, cuenta que, para que esta historia funcionase, estos hermanos debían partir con "el mismo capital genético" para posteriormente "poder confrontar lo que les ha ocurrido a los dos". "Ambos nacen con oído absoluto y una sensibilidad musical extraordinaria, pero el destino hace que sean diferentes. Es una relación muy compleja en la que hay culpa, envidia, pesar y celos", apunta el cineasta. 

 

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