El Bikram Yoga debe su nombre a su fundador, Bikram Choudhury, que fue quien desarrolló y patentó posteriormente una serie de 26 posturas y respiraciones. Se trata de una variedad del yoga tradicional pero llevada a cabo además en una sala a 40 grados de temperatura. Si te estás preguntado para quién es esta disciplina, aquí tienes la respuesta: lo puede hacer cualquier persona, sin importar la edad o la condición física.
Esta modalidad de yoga se ordena en una serie de posturas y ejercicios de respiración. La técnica es muy importante a la hora de practicarlo, por lo que es necesario contar con profesionales que nos vayan indicando cómo hacer cada una de las posturas. Bikram Yoga consiste en 26 posturas de las 84 clásicas del Hatha Yoga de Patanjali, el que se considera tradicionalmente como padre del yoga y creador de los yoga sutras, los textos reconocidos por las escuelas de yoga que datan de hace 4.700 años.
Cada una de las sesiones es de 90 minutos y en ese tiempo se desarrollan las 26 posturas (también llamadas asanas) y dos ejercicios de respiración (pranayamas). Se conoce también como 'Hot Yoga' debido a la exigencia de realizarse a la temperatura de 40 grados en la sala y que alcanza una humedad del 40 o 50 por ciento.
Gracias al calor y a las asanas, durante hora y media se mueve la sangre y se oxigena a todo el cuerpo, trabajando además todos los órganos, tendones, músculos (el calor y la humedad hacen que se caliente más fácilmente), huesos, así como las emociones y la mente, que estará totalmente centrada en cada movimiento que vaya indicando el profesor.
Beneficios del Bikram Yoga
Gracias al calor y la humedad con las que se lleva a cabo este tipo de yoga, se produce una mayor pérdida de grasa corporal, por lo que es muy eficaz para bajar unos centímetros y unos kilos en poco tiempo. Además, esa grasa se distribuye sobre la estructura muscular. Esas dos condiciones provocan que los asistentes suden mucho y por eso ayuda también a una desintoxicación del organismo gracias a la eliminación de toxinas a través de la piel por la sudoración.
Como ya hemos dicho, no hay una edad o una condición física determinadas para practicar esta disciplina. Con una buena práctica continuada -que equivale a la combinación de ejercicio aeróbico, anaeróbico y a la meditación- podrás conseguir, además de liberar tu mente del estrés diario, un peso adecuado, un buen tono muscular, una buena salud general y una sensación de bienestar que favorecerá además que duermas mejor y te encuentres con más energía a la mañana siguiente de cada clase.
Las posturas están pensadas para generar un equilibrio y fortalecimiento general de todo nuestro cuerpo, lo que hace que se puedan prevenir algunas enfermedades o lesiones. Esta serie de posturas combina habilidades de concentración, paciencia, determinación y autocontrol, que conducen a aumentar la claridad, incrementar la autoconfianza y vitalidad.
Bikram Yoga para principiantes
Para aquellos que quieran iniciarse en el Bikram Yoga deben saber que no es necesario estar en forma para llevar a cabo las clases. Se recomienda llegar unos 15 minutos antes al centro para poder cambiarte sin prisas y no llegar estresado a la clase. Con respecto a la indumentaria, lo mejor es usar un pantalón corto y un top o una camiseta sin mangas de algodón orgánico. Evita la ropa demasiado ancha o suelta que te impida hacer algunos movimientos. No lleves joyas ni el móvil a la clase.
Piensa que vas a sudar a mares (mejor no uses perfume o crema antes de la clase), por lo que lleva una botella con agua. En cada sesión se pueden perder casi dos litros de agua por lo que estar bien hidratado antes, durante y después de la clase es fundamental para no sufrir una bajada de tensión.
Los expertos de Bikram Yoga Spain aconsejan además no ingerir ningún alimento al menos dos horas antes de la clase y llevar una dieta equilibrada y saludable de manera habitual.
El calor puede ser incómodo en las primeras sesiones, por lo que si sientes que no lo puedes aguantar, siéntate durante un tiempo, descansa y luego continúa con la siguiente asana. Es mejor no salir de la clase para que el cuerpo vaya acostumbrándose a la temperatura y la humedad. No es necesario forzar, esta disciplina requiere constancia y no hay que correr. La práctica requiere estar en silencio para sentir tu cuerpo y estar totalmente concentrado. No molestes a tus compañeros y si tuvieras que salir de la sala por algún motivo, hazlo sin hacer ruido.
La respiración es clave en todo tipo de yoga y en este más. Inhala y exhala por la nariz para controlar el ritmo cardíaco y relajar el sistema nervioso. Es normal que después de la clase te sientas muy cansado, pero eso se irá reduciendo según vayas practicando más días. Notarás que vas cogiendo flexibilidad y fuerza en cada sesión.
Algunas de las posturas más conocidas son Ardha Chandrasana con Pada Hastasana, formando una media luna; Utkatasana, la postura en la que uno se asemeja a una silla; Garurasana, la postura del águila, de pie, juntando las manos y flexionando una pierna más que la otra; Dandayamana-Janushirasana, de pie, tocándonos la frente con la rodilla, o Tuladandasana, extendiendo un brazo y con el otro cogiéndonos el pie por detrás de la espalda.
La historia de Choudhury
Como decíamos, el Bikram Yoga fue creado por Bikram Choudhury, nacido en Calcuta hace 78 años y que desde los tres años ya practicaba yoga de forma habitual. Siendo solo un adolescente, se convirtió en campeón nacional de Yoga de su país y tras lesionarse un día haciendo pesas y con la ayuda de su maestro, ideó una serie de posturas que le hicieron curarse en un tiempo récord. Así nació este tipo de yoga que en 1973 llegó a Estados Unidos y de ahí fue extendiéndose poco a poco por todo el mundo hasta comenzar a implantarse en España hace unos diez años.