Las citas slow son una realidad. Seguro que has oído hablar del 'slow fashion' o el 'slow food', tipos de ropa y de comida que vuelven a lo tradicional, lo local y lo artesano. Pues bien, en el mundo del amor y del 'ligoteo', también se ha puesto de moda tomarse las cosas con calma antes de iniciar una relación de pareja.
Cuando en el siglo XV el duque francés Carlos de Orleans, tras haber sido encerrado en la Torre de Londres, empuñó papel y pluma para enviarle un escrito a su amada esposa Bonne de Armagnac estaba, sin saberlo, escribiendo la primera carta de amor de la que se tiene constancia a día de hoy. Una epístola que iba a convertirse en tradición para los enamorados y que, con el paso del tiempo, nos daríamos cuenta que sería el comienzo de lo que hoy es una tendencia en las relaciones de parejas: el 'slow dating'.
¿Qué son las citas 'slow'?
Amar sin prisas, conectar realmente con otra persona y que los sentimientos sean los verdaderos y únicos protagonistas. El acelerado mundo actual y la virtualidad en la que estamos sumergidos pareciera que nos han quitado las ganas de amar con intensidad y de entregarlo todo. Por eso, hoy más que nunca, urge retomar el romanticismo e incluso se ha puesto de moda en el mundo de las citas online.
“El universo del 'dating online' ha cambiado significativamente y ahora es asumido de manera mucho más natural. Pero en los últimos años, hemos observado que cada vez son más las personas que dejan a un lado las prisas y las relaciones de usar y tirar, para ir más despacio y disfrutar del momento en ambientes respetuosos y amables. El 'slow dating' viene a ser la manera en la que muchos, muy especialmente los jóvenes, quieren ahora asumir sus relaciones. Conocerse, conectar y sentirnos a gusto y motivados antes de pasar a otros terrenos, esa es la clave de todo”, explica Laura Solé, Country Manager de Adopte.
La pandemia ha contribuido a reforzar esa nueva tendencia. Una encuesta realizada recientemente por la app de citas en sus canales sociales reveló que tras el confinamiento el 70 por ciento de los solteros que antes buscaban encuentros esporádicos prefieren ahora por relaciones duraderas, evitando las relaciones casuales o esporádicas también conocidas en el argot de estos asuntos del amor en tiempos de internet como 'fast-dating'.
¡Adiós a las citas rápidas!
La era del 'simple swipe' en las apps de citas versa en relaciones superficiales y pasan por alto aquellas maravillosas conversaciones personales y profundas, el sentir un interés real por el otro y la oportunidad de mostrar nuestro lado más auténtico, sin que las mariposas en el estómago vuelva a revolotear para sonrojarnos. Pero hay quienes confían en Cupido y quieren retomar el romanticismo. Ser protagonistas del 'slow love'.
¿Una carta en estos tiempos? Sí es posible y es más usual de lo que la gente se imagina. En contraposición con las citas circunstanciales y de apenas algunos encuentros, el intercambio epistolar que inició Carlos de Orleans 600 años atrás, se erige como una de las claves más innovadoras en estos tiempos en los que los WhatsApps casi acaban con el lado más romántico de las parejas.
Te escribe… le respondes. Te comenta que su día ha sido un poco raro. Te interesas por lo que le ha pasado y, a continuación, horas de charla. Al otro día, ¡mariposas en el estómago! ¿Te escribirá o no? Aparece y le preguntas qué tal lo lleva hoy. Le inspira tu preocupación. Y así, muy lentamente, se teje un intercambio de sentimientos, ideas, pensamientos… te abres al mundo. Así es cómo funciona el 'slow dating'.
¿A qué se debe su auge?
¿Por qué está teniendo tanto éxito en estos tiempos donde las prisas y lo práctico son nuestra forma de vida? Uno de los motivos es que queremos volver a sentir. En medio de esta vorágine, los placeres efímeros han quedado en segundo plano para dar paso a las emociones que nos hacen sentir vivos. Necesitamos recuperar las relaciones de verdad, las relaciones que empiezan por ser amistades para acabar siendo íntimas y que, de alguna manera, nos hacen creer que el mundo tiene un sentido para nosotros.
Un complemento, no una simple pareja. Las diferencias nos hacen únicos y ¿por qué no? Más atractivos. Eso de buscar a alguien que sólo tenga los mismos intereses es una buena fórmula, pero ¿funciona siempre? Es lo más común, pero hay quienes prefieren jugar al yin y yang y atreverse con algo sea contrapuesto para lograr un verdadero complemento. “Queremos relaciones auténticas, que nos dejen aprendizajes y que no estén determinadas por normas. Ya no buscamos perfiles con ‘coincidencias’ en gustos, sino que nos llamen la atención por lo que son porque esto es lo que nos abre la puerta a nuevos mundos”, afirma Solé.
Interesarnos por el otro, esa es la clave. Conversaciones intensas, apasionadas y que pongan en evidencia el interés por el otro es lo que determina el éxito de una relación. Al inicio, todo es de color de rosa y hay que intentar que el otro sienta que le escuchamos y nosotros mismos también sentirnos así. Poco a poco van surgiendo las conversaciones más trascendentales, en esto tampoco hay que correr. No hay cosa que produzca mayor atracción que preocuparse por otra persona, interesarse por lo que hace y siente. Esto no sólo conquista, también es un bálsamo para la autoestima.
Experiencias inolvidables, las grandes protagonistas. Los momentos que dejan huella son los que tienen un gran valor en nuestras vidas, así como las personas que nos acompañan. Estamos ahora en un momento en el que apreciamos más que nunca el tiempo y reafirmamos esa expresión de que el tiempo vale oro. Una pareja o un ligue con el que cada encuentro sea una cadena espectacular de anécdotas es un tesoro y es la razón por las que muchos se decantan por ciertas personas.