¿Hacer ejercicio por la mañana o por la tarde? ¿Qué es mejor? ¿Con cuál conseguiré antes mis objetivos? Estas son algunas de las dudas más habituales cuando nos planteamos entrenar por primera vez y adquirir una rutina de actividad física. Existen diferentes razones por las que puede ser beneficioso para el organismo entrenar por la mañana, pero también por la tarde, y también algunos inconvenientes para ambas sesiones.
Entrar a trabajar por la mañana, habiendo ya corrido o completado un entrenamiento intenso en el gimnasio “te dejará motivado y con energía para el día que tienes por delante. Esta sensación de logro también está relacionada con las hormonas de tu estado de ánimo, que se liberan cuando haces ejercicio. Con la dopamina y las endorfinas volando alrededor de tu cerebro por la mañana, seguro que tendrás un día más productivo sin importar lo que estés haciendo”, explican desde la Federación Española de Fitness.
Aunque hay buenos motivos para entrenar por la mañana, siempre debemos consultar a un profesional que nos indique si es bueno para nosotros y cómo debemos hacerlo para que no sea perjudicial. Si estás planteándote hacer ejercicio al levantarte, ten en cuenta que seguramente deberás madrugar más de la cuenta para que te dé tiempo a desayunar algo ligero, entrenar, ducharte y luego a ir a trabajar. Eso sí, no sacrifiques horas de sueño, el descanso es fundamental a la hora de cumplir los objetivos que nos marquemos.
Se necesitan unas dos semanas para que el cuerpo se acostumbre a la rutina deportiva por las mañanas y es posible que en los primeros días te sientas más cansado después del entrenamiento. Pero verás como después de este periodo inicial, solo le verás cosas positivas.
Beneficios del ejercicio matutino
Hacer ejercicio físico por la mañana conlleva una serie de beneficios que pueden tener un impacto positivo en tu día a día. Aquí hay algunos de ellos:
-Una rutina. A lo largo del día pueden surgir muchas cosas que te impidan de repente poder entrenar. Si entrenas a primera hora de la mañana, ‘te lo quitarás de encima’ y podrás seguir con tus responsabilidades. Esto favorece coger una rutina de entrenamiento y un horario fijo, algo muy positivo para tu salud general. Además, si por tu trabajo sueles viajar, también será más fácil si entrenas por la mañana y no tienes que ir a la oficina cargado con la mochila.
Otro punto positivo es que si vas al gimnasio a primera hora de la mañana, es probable que haya menos gente que a ciertas horas de la tarde que son consideradas como horas punta. Esto te ayudará a entrenar más rápido y sin tener que esperar a que otra persona deje de usar una máquina o algún accesorio o pesa.
-Aumento de energía. El ejercicio matutino puede aumentar tus niveles de energía y vitalidad durante el día, ya que estimula el flujo sanguíneo y libera endorfinas, lo que te hace sentir más despierto y alerta. Si haces ejercicio antes de ir a trabajar, te sentirás con mucha más energía y llevarás a cabo mejor las tareas diarias. Incluso te sentirás más productivo y con mayor creatividad.
-Mejora el estado de ánimo. Cuando hacemos ejercicio físico se liberan endorfinas, que son unos neurotransmisores que pueden mejorar tu estado de ánimo y reducir el estrés, lo que te ayuda a afrontar mejor los desafíos del día. Además se genera serotonina, la conocida como hormona de la felicidad, que te hará sentir mejor durante toda la jornada.
-Mayor enfoque y claridad mental. Comenzar el día haciendo ejercicio puede mejorar la concentración y la claridad mental, lo que puede ser beneficioso para afrontar las tareas diarias con mayor agudeza mental.
-Mayor activación del metabolismo. Después de toda la noche, el cuerpo no dispone de glucosa y recurre a las reservas de grasa para obtener energía. De esta forma, aunque no es determinante, realizar ejercicio ayuda a quemar grasa durante el resto del día ya que favorece una aceleración del metabolismo.
Según el National Health Service Británico, el ejercicio aeróbico puede aumentar tu tasa metabólica basal (TMB), que es esencialmente la tasa a la que tu cuerpo quema calorías para mantenerlo activo durante todo el día. Por lo tanto, si lo haces a primera hora de la mañana, podrás beneficiarte durante todo el día.
-Dormirás mejor. Algunas investigaciones sugieren que el ejercicio por las mañanas puede ayudar a regular el ciclo del sueño, lo que podría resultar en una mejor calidad del descanso nocturno. Si practicas ejercicio por la tarde poco antes de irte a la cama, seguro que dormirás peor porque estarás muy activo.
¿Debo desayunar?
Una de las preguntas principales cuando nos proponemos entrenar a primera hora de la mañana es si es mejor desayunar antes o es preferible hacer ejercicio en ayunas. Algunos expertos explican que hacer ejercicio con el estómago vacío es el mejor método, mientras que otros recomiendan tomar algo que contenga cantidades equilibradas de carbohidratos, grasas y proteínas antes de entrenar. Según 'Nutrients Journal', se ha demostrado que comer algo antes del ejercicio puede ayudar a a lograr la sesión de entrenamiento más óptima.
Lo que comamos antes de entrenar depende del tipo de entrenamiento que vayamos a hacer, la duración, la intensidad y los objetivos que tengamos. Según una revisión de 2020 en el Journal of Sports Medicine, se recomienda practicar un entrenamiento de intensidad moderada en ayunas antes de iniciar un entrenamiento más vigoroso (sin haber comido antes) para prevenir la hipoglucemia.
En entrenamientos de intensidad ligera a moderada (por ejemplo, una sesión de yoga, una caminata enérgica…) y que duren una hora o menos, puede que no sea necesario desayunar antes de la sesión. Sin embargo, cuando es un entrenamiento más vigoroso, como una carrera, un HIIT o una sesión de fuerza con pesas, puedes necesitar comer algo que te dé mayor energía. Puedes tomar, por ejemplo, una tostada y una pieza de fruta.
Es recomendable hacerlo al menos 30 o 45 minutos antes de hacer ejercicio. Como siempre, lo mejor es dejarte asesorar por experto que te indique qué es lo mejor para ti según tu forma física, estilo de vida y objetivos.