Bienestar

No te asustes: así cambia tu cuerpo durante el embarazo

El embarazo es un momento inolvidable, pero en algunas ocasiones puede provocar algunas molestias de lo más incómodas que es necesario conocer. Los cambios en el cuerpo de la mujer

  • No te asustes: así cambia tu cuerpo durante el embarazo. -


El embarazo
es un momento inolvidable, pero en algunas ocasiones puede provocar algunas molestias de lo más incómodas que es necesario conocer. Los cambios en el cuerpo de la mujer durante los nueve meses de gestación -algunos pueden empezar incluso antes de saber que se está embarazada- generan algunas sensaciones que no siempre son placenteras.

Uno de los primeros síntomas que se notan en los primeros meses de embarazo es el cansancio. El cuerpo necesita adaptarse a la nueva situación que está viviendo y esto puede producir una fatiga que en algunos casos resulta incluso extrema.

La mujer puede tener más ganas de dormir de lo habitual por la noche (en algunas gestantes se puede dar el efecto contrario y pueden sufrir insomnio temporal) e incluso durante el día quizá necesite alguna pequeña siesta para poder continuar con la jornada con normalidad. Se recomienda dormir al menos ocho horas cada día. Lo habitual es recuperar la energía una vez se entra en el segundo trimestre del embarazo.

Las molestias más frecuentes

Además de esa sensación de fatiga constante, las mujeres embarazadas suelen sufrir algunas molestias durante los primeros tres meses de gestación. Estas son las más habituales y siempre habrá que mantener informado al ginecólogo para que nos asesore sobre cómo debemos actuar.

Las náuseas matutinas suelen empezar alrededor de la semana seis y deberían mejorar entre la 12 y la 14, aunque es posible continuar con las náuseas y la propensión a vomitar durante más tiempo. Aunque se suelen llamar ‘matutinas’, esa sensación de malestar puede darse a lo largo de todo el día.

“Alrededor del 80 por ciento de las mujeres embarazadas sufren náuseas. Una manera de ayudar a disminuirlas es comer poco y con frecuencia, mantenerse hidratada y usar pulseras de acupresión”, explica Paula Camarós, matrona que colabora con Lansinoh España, empresa especializada en maternidad y lactancia. Además de esa sensación de vacío en el estómago, pueden darse también un rechazo a algunos alimentos e incómodos ardores. 

Los primeros meses de embarazo, las náuseas pueden ser habituales.

Durante el primer trimestre también pueden aparecer mareos, que se producen por el incremento de las hormonas en el cuerpo, lo que causa el ensanchamiento de los vasos sanguíneos y un aumento del flujo de sangre hacia el bebé. Debido a esto, disminuye el flujo de sangre que llega, lo que hace que la presión arterial baje y se de el mareo. 

Los riñones trabajan con más intensidad desde el primer momento del embarazo ya que se encargan de filtrar el mayor volumen de sangre. Sin el embarazo, la actividad de los riñones aumenta al acostarse y disminuye al ponerse de pie. Esta diferencia se acentúa durante la gestación, por lo que la mujer embarazada suele tener más necesidad de orinar con más frecuencia al intentar dormir. El estreñimiento es otra de las consecuencias del embarazo, por lo que la alimentación siempre será fundamental para evitarlo.

Tu piel también nota el embarazo

Tanto la piel del rostro como la del resto del cuerpo puede verse afectada durante los meses de gestación. Un 90 por ciento de las mujeres ven cómo aparecen las estrías en varias partes de su cuerpo durante el embarazo. Al principio pueden tener un color más rojizo o casi morado oscuro, pero esto es algo normal cuando aparecen por primera vez. Una vez que la piel se contrae de nuevo, las estrías se volverán de un color más blanquecino. 

Lo mejor es ganar peso de forma lenta y regular, hacer ejercicio suave (siempre siguiendo los consejos del médico) y llevar una alimentación saludable y equilibrada. Aunque es difícil que las estrías no aparezcan, se pueden usar algunas cremas hidratantes con movimientos circulares para favorecer la circulación en la zona afectada, que suele ser más frecuente en los muslos y en la tripa. 

Además, la piel del rostro puede volverse más grasa que de costumbre e incluso pueden aparecer algunas manchas oscuras. En algunas mujeres sucede lo contrario: la piel se vuelve más seca y se irrita con más facilidad. La conocida como máscara del embarazo o cloasma, son una serie de manchas oscuras o grisáceas (o más claras si la piel de la mujer es más oscura) que aparecen en las mejillas, en la frente, en la nariz y en el labio superior, y de forma menos habitual, alrededor de los ojos. 

Esto se da en la mitad de las embarazadas. A veces aparece en el cuello después del embarazo. Puede causar picor, pero sus consecuencias no suelen ir más allá. Si ese picor es fuerte, lo mejor siempre es consultar con el ginecólogo para que pueda recomendarnos qué hacer en nuestro caso concreto. 

Algo que hay que vigilar en esos meses es la posible aparición de varices, que se producen en el 50 por ciento de los casos. Para prevenirlas es bueno hacer ejercicios ligeros de piernas, darse duchas de agua fresca desde los pies hasta los muslos y evitar todo lo que le comprima las  piernas. Esa parte del cuerpo puede sufrir también incómodos calambres, debido generalmente a un aumento del fósforo en la sangre, y es recomendable reducir la ingesta de lácteos y aumentar suplementos de calcio (y evitar tacones o calzado muy apretado). 

En el último trimestre del embarazo se pueden sentir también dolores en las articulaciones pélvicas así como una fuerte presión cuando la cabecita se va encajando dentro de la pelvis preparándose para el parto.

Además, las encías pueden sangrar con mayor facilidad, por lo que es importante una higiene dental correcta y visitar al dentista durante el embarazo. Incluso, por el aumento de peso se pueden dar algunas lumbalgias, por lo que será importante mantener la zona lumbar fuerte.

Ante cualquier molestia, lo mejor es consultarlo con el ginecólogo.

El pecho también sufre

Desde el inicio del embarazo, los pezones se vuelven más sensibles y con toda probabilidad los pechos se hinchan (pueden aumentar hasta un par de tallas una vez incluso nacido el bebé). La piel de los pezones puede verse oscurecida en las primeras semanas del embarazo y también aquella de la línea media abdominal. Ese oscurecimiento en el pecho se da por una razón que tal vez muchas mujeres desconocen: cuando el bebé nace solo ve en blanco y negro y como el pezón aparece más oscuro, le resulta más fácil encontrarlo para poder alimentarse con leche materna

También suelen aparecer unos bultitos alrededor de la areola que comenzarán a producir una sustancia aceitosa diseñada para limpiar y proteger los pezones mientras la madre da el pecho, con un olor que atraerá al bebé hacia el pezón de manera instintiva. Incluso antes de dar a luz, algunas mujeres experimentan el goteo de leche materna (el calostro) y puede darse tanto al inicio como justo antes del parto, dependiendo de cada embarazada. Es algo normal, incluso hay mamás a las que solo les gotea un pecho y no el otro. Esto no afecta a la cantidad de leche que se produce.

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