Mitos sobre el sexo hay unos cuantos. Esos tabúes que se han convertido para algunas personas en realidades, pueden afectar de manera notoria a cómo nos relacionamos con los demás en lo que tiene que ver con la vida sexual. Es hora de desterrar algunas de esas casi leyendas urbanas que pueden llegar a provocar diferentes disfuncionalidades sexuales tanto en hombres como en mujeres.
La desinformación es una de las causas principales que provoca que esos tabúes sexuales se instalen en la cabeza de algunos seres humanos y que les hagan cambiar sus hábitos y les condicione su manera de comportarse a la hora de mantener relaciones sexuales. Algunos de estos mitos pueden llevar incluso a una aversión al contacto sexual o a miedos irracionales que no están fundamentados en ninguna situación real y comprobable.
Relaciones y menstruación
Un mito que hay que echar abajo definitivamente es el que hace creer que las mujeres no pueden quedarse embarazadas si mantienen relaciones en los días en los que tienen la menstruación. Es verdad que es improbable, pero esa posibilidad existe y depende en buena parte de la duración del ciclo menstrual de cada mujer. En la mayoría suele durar 28 días y entre tres a cinco días después aparece la menstruación, momento en el que se eliminan los óvulos no fertilizados y el revestimiento uterino.
La ovulación generalmente tiene lugar entre 12 y 16 días antes del inicio del próximo período. Sin embargo, algunas mujeres tienen ciclos más cortos y además los espermatozoides pueden vivir dentro del organismo hasta cinco días, por lo que tendrían el tiempo suficiente para sobrevivir al período y llegar a un óvulo fresco produciendo un embarazo.
¿Más cantidad, mayor placer?
Este tabú sobre la frecuencia en la que se tienen relaciones también es conveniente que sea derribado de nuestras cabezas. Si se mantienen más relaciones, no significa que se vaya a obtener un mayor placer en ellas. Tanto si se llevan a cabo en solitario o en pareja, lo importante es, de nuevo, la calidad antes que la cantidad.
Lo más importante es conseguir la satisfacción personal o de la otra persona y para eso, en este caso, es fundamental la comunicación y tomarse las cosas con más calma. Las prisas, como en muchos aspectos de la vida, tampoco son buenas para que la sexualidad sea plenamente satisfactoria.
Los hombres ¿siempre tienen ganas?
Otra gran leyenda es pensar que a los hombres siempre les apetece mantener relaciones. No es cierto y quizá esto proviene de una mentalidad machista en la que el hombre siempre estaría predispuesto a cualquier hora del día. En muchas ocasiones, esto es justo al revés y es ella quien puede sentir un mayor deseo sexual que él. Según una encuesta de Journal of Personality and Social Psychology, el 71% de las mujeres dijeron que les gustaría tener más relaciones sexuales de las que tenían habitualmente.
Lo ideal es hablarlo si se está en pareja, saber qué está provocando esa ausencia de libido que puede darse por múltiples causas (estrés, un tratamiento médico…) y llegar a un punto de consenso para que ambos estén de acuerdo en cuál es el momento perfecto para compartir esos ratos de intimidad. El equilibrio es algo que siempre habrá que buscar para que ambos estén satisfechos.
No hay solo una forma de llegar al orgasmo
Algunas mujeres creen que la única manera de llegar al clímax es a través de la penetración, pero en realidad existen múltiples formas de alcanzar el orgasmo. Es más, según datos extraídos del libro 'Essentials of Obstetrics and Gynecology', “el 25 por ciento de las mujeres logra el orgasmo con penetración y el 75 por ciento restante necesita estimulación adicional del clítoris", que cuenta con más de 8.000 terminaciones nerviosas. Así, hay que diferenciar entre orgasmo vaginal y clitoriano. Conoce tu cuerpo y si tienes pareja, explícale qué es lo que te gusta, lo que no y cómo podéis entre los dos hacer que el sexo sea más placentero.
Vergüenza para usar juguetes
Existe una cierta vergüenza ante la posibilidad de utilizar juguetes sexuales tanto de manera individual como si es en pareja. Pero este tabú vuelve a ser algo irracional, ya que estos productos pueden ser muy útiles para mejorar las relaciones de pareja siempre y cuando los dos miembros acepten su uso y lo hagan de manera consensuada. Algunos piensan que solo son las mujeres las que los utilizan, otro gran mito, ya que con esos productos pueden disfrutar tanto ellos como ellas.
El tamaño del pene
Muchos hombres aún hoy piensan que el tamaño del pene influye a la hora de mantener sexo. Es algo que genera una inseguridad en algunos hombres y que puede provocar que sientan vergüenza al intimar con otra persona e incluso a eliminar el contacto íntimo por completo por miedo al rechazo.
Debemos derribar este mito también, ya que las mujeres no piensan en este aspecto, sino en la satisfacción que se puede sentir al mantener una relación. Según un informe de la revista Plos One, a la hora de mantener una relación duradera, el tamaño no interviene en absoluto para la mayoría de las mujeres.
Consecuencias de la masturbación
En algunos casos se piensa de manera errónea que la masturbación puede llegar a provocar disfunción eréctil, uno de los problemas que más hombres pueden sufrir a lo largo de su vida. Eso no es así. Lo que puede suceder es que si dedicas poco tiempo a satisfacerte a ti mismo, luego puedas hacer lo mismo con una pareja formal o esporádica. Lo ideal es dedicar más tiempo a ambos momentos, para que la diferencia no sea tan notable.
Sexo y deporte, ¿malos compañeros?
Durante años ha habido un mito entre los deportistas por el que se decía que no podían mantener relaciones sexuales antes de una competición importante. El motivo que se daba era que durante una relación se produce un agotamiento físico y mental que podría empeorar el rendimiento deportivo. Pero esto se ha comprobado científicamente que no es así y para nada mantener un encuentro sexual el día antes de competir afecta a este aspecto del deportista.
Solo los genitales son zonas erógenas
¡Gran error! Según el estudio Zonas erógenas y organización cortical somatosensorial publicado por Cortex, aparte de las conocidas como zonas primarias, con las que nos referimos al clítoris y la vagina en el caso del sexo femenino, y al pene y los testículos en el de los hombres, el cuerpo humano tiene otras zonas tan estimulantes como a primera vista pueden parecernos estas.
Para las mujeres, los labios, los pechos y los pezones, la parte interna de los muslos, la nuca, las orejas y, finalmente, el trasero, son partes que también les provocan placer. Por el lado de los hombres, después del pene, la zona erógena por excelencia son los labios y luego los testículos, la parte interna de los muslos, el cuello, los pezones, el perineo, la nuca y las orejas.
El sexo desaparece a partir de los 60
Para nada. Nuevo mito que se viene abajo. En el caso de las mujeres, la menopausia puede provocar que el sexo pase a un plano secundario, pero no tiene por qué desaparecer. Es bueno consultar a un médico para que nos dé las pautas a seguir en esas circunstancias en las que nuestro cuerpo sufre grandes cambios (como la sequedad vaginal) que pueden afectar también a nuestra salud mental y a la sexualidad.
Algo similar sucede a partir de los 60 años en los hombres, pero no en todos, por lo que hablar de esta caída del deseo sexual y consultar a un médico que nos diga cómo actuar, es una buena solución para seguir manteniendo una actividad satisfactoria incluso en la tercera edad.