Los resbalones y las caídas están a la orden del día durante el invierno. En lugares en los que llueve mucho o nieva, seguro que en más de una ocasión has tenido algún percance que si bien puede parecer algo de poca importancia, dependiendo de la edad puede ser muy peligroso para la salud.
La nieve puede ser preciosa y es ideal para practicar algunos deportes al aire libre y llenar nuestros pulmones de aire puro y nuestra cabeza de pensamientos positivos. Pero caminar sobre un asfalto nevado o helado es realmente peligroso si no se hace con especial cautela y cuidado. Si no es absolutamente necesario salir de casa si ha caído una gran nevada, deberíamos evitar hacerlo como medida de precaución general.
Resbalones, tropiezos y caídas son los causantes de unas 684.000 muertes al año en todo el mundo, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, en 2021, las caídas accidentales suponen la segunda causa de muerte no natural y ese año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, perdieron la vida por esta causa 3.655 personas. Según el INE, los resbalones, los tropiezos y las caídas representaron además en el año 2019 el 17 por ciento de los accidentes con baja laboral en el lugar de trabajo.
Consecuencias de los resbalones
Un resbalón o una caída puede tener diversas consecuencias, dependiendo de la gravedad del incidente y del entorno en el que ocurra e incluso de la edad de la persona que lo sufra. Aunque muchas veces se suele quedar en un susto o un pequeño golpe, puede tener consecuencias de mayor importancia. Las lesiones resultantes de una caída pueden afectar la movilidad y la independencia de una persona, lo que puede tener un impacto significativo en su calidad de vida.
Por supuesto, si se produce un resbalón o una caída y notamos que nos hemos hecho daño, es imprescindible acudir de inmediato al médico y más si hablamos de personas mayores. Algunas posibles consecuencias serían:
-Problemas musculares y articulares a largo plazo. Después de una caída, es posible que se desarrollen problemas musculares o articulares crónicos, especialmente si la persona no recibe tratamiento adecuado o rehabilitación.
-Lesiones leves. Contusiones, moretones o rasguños son comunes después de un resbalón. Estas lesiones generalmente no son graves y pueden curarse en unos días.
-Lesiones moderadas. Esguinces, torceduras o fracturas pueden ocurrir tras caernos, especialmente si la persona trata de evitar la caída y se lesiona en el proceso. Su tratamiento suele ser más largo y en ocasiones puede requerir que se tenga que poner una escayola o incluso alguna intervención quirúrgica.
-Lesiones graves. Caídas desde alturas significativas o en escaleras o incluso una mala caída que podría parecer tonta pueden dar lugar a lesiones más graves, como fracturas más severas, lesiones en la cabeza o la médula espinal.
-Conmociones cerebrales. Si la cabeza golpea el suelo durante la caída, existe el riesgo de sufrir una conmoción cerebral u otras lesiones en la cabeza.
Después de un resbalón, algunas personas pueden experimentar miedo o ansiedad al caminar, lo que puede afectar su confianza y su calidad de vida diaria.
Consejos para evitar resbalones
Evitar caídas en invierno es crucial para prevenir lesiones. Lo primero que debes hacer es conocer tus límites. Si las condiciones son extremadamente peligrosas, considera quedarte en casa si es posible. Aquí te damos algunas sugerencias para reducir el riesgo de caídas y resbalones durante el invierno:
-La importancia de usar un calzado adecuado. Utiliza zapatos con suelas antideslizantes y resistentes al agua que harán que la adherencia al suelo, aunque esté mojado o con nieve, sea mucho mayor. Considera el uso de calzado con agarre adicional, como botas para nieve o crampones, dependiendo de las condiciones climáticas y del lugar en el que estés.
Además, asegúrate de que las suelas de tus zapatos estén en buen estado, limpia y quita la nieve o el hielo de tus zapatos antes de entrar a un edificio para evitar que se derritan y creen superficies resbaladizas en los interiores.
-Camina con precaución. Parece algo obvio, pero muchas veces vamos con prisas y no nos damos cuenta de que podemos poner en riesgo nuestra salud por no fijarnos en la superficie por la que caminamos. Da pasos más cortos y tómate tu tiempo al caminar sobre superficies resbaladizas. Si hay nieve, pisa con seguridad y no corras para evitar resbalones. Levanta ligeramente los pies para evitar tropezones.
Es bueno, si hay nieve, caminar con los pies ligeramente girados hacia fuera (como los pingüinos). Si es necesario, usa un bastón o un andador para brindar apoyo adicional y mantener el equilibrio.
-Uso de sal o arena. Mantén las entradas y escaleras de tu hogar libres de nieve y hielo. Si hay nieve sobre la superficie o en el suelo a la salida de tu casa, espolvorea sal de roca o arena en las aceras y entradas para derretir el hielo y proporcionar tracción adicional. Es importante estar atento a los anuncios meteorológicos y evitar salir si las condiciones son peligrosas. Puedes además colocar alfombras absorbentes en las entradas para evitar que el agua se acumule y se convierta en hielo.
-Iluminación adecuada. Asegúrate de que las áreas exteriores estén bien iluminadas para ver con claridad las condiciones del suelo.
-Cuidado al entrar y salir de los vehículos. Esto es muy importante también. Agárrate a algo al entrar o salir para evitar caídas en superficies resbaladizas y mira siempre al bajar del coche o el autobús si hay algún charco, agua o hielo.
-Se recomienda además no andar por la carretera, aunque esté mucho más limpia que las aceras. Cuando hay hielo es fácil que los coches patinen y pueden arrollar a los peatones.
-Mantén la flexibilidad y el equilibrio. Realiza ejercicios para mantener la flexibilidad y el equilibrio, ya que esto puede ayudarte a evitar resbalones y caídas.
-Aunque no tiene que ver con los resbalones, es bueno si ha nevado alejarse de los edificios y árboles nevados. Cuando nieva mucho se acumula gran cantidad en los tejados y las cornisas y hay riesgo de desprendimiento que puede caernos encima. De igual forma las ramas de los árboles se pueden romper, con el peligro que esto supone. Por todo ello, lo recomendable es andar por el centro de la calle y no justo debajo de los edifici
