Los traumas que afrontamos a lo largo de nuestra vida pueden enquistarse y llevar a diferentes problemas relacionados con la salud mental. Los traumas son sucesos o eventos extraordinarios en nuestras vidas en los que nos pasan cosas o situaciones que no sabemos cómo manejar. Nos llegan por sorpresa y no estamos preparados para enfrentarlos.
La palabra trauma deriva del griego y significa herida. Una definición más exacta es que un trauma es una herida duradera que puede ser provocada por variadas situaciones. Un trauma surge tanto porque has sufrido recientemente un miedo de gran intensidad (terror) o porque te has sentido incapaz de manejar un peligro real o potencial.
Los síntomas más comunes que pueden provocar los traumas son: no poder dormir y sufrir pesadillas por las noches; una mayor irritabilidad o mayor sensibilidad a cualquier circunstancia y fundamentalmente a todas aquellas parecidas a la situación que ha dejado un trauma; ansiedad y nerviosismo a todas horas; miedo ante cualquier situación, incluso en las más normales del día a día.
Los traumas pueden hacer daño en mayor o menor medida tanto a la salud física como a la salud mental. Pasar página de determinados momentos vitales o situaciones que nos han comprometido o nos han hecho sentir mal o incómodos no es una tarea fácil muchas veces, por lo que acudir a un experto siempre es la mejor solución. Él te puede dar las claves para solventar los traumas o problemas del pasado que pueden llevarnos a situaciones aún peores. No dudes en acudir a un experto profesional y pedir ayuda.
“La hipnoterapia somática es un tipo de hipnosis clínica que combina la terapia somática con la propia hipnosis. Para cualquier tipo de terapia somática existe una clara relación entre cuerpo y mente y trata los síntomas a través del trabajo corporal. En el caso de la hipnosis somática, conectando al consultante con su cuerpo para hacer consciente cualquier tipo de sensación, de dolor o de tensión que pueda experimentar”, nos explica Ángela Vazi, terapeuta experta en desarrollo personal, psíquico y espiritual.
“Durante el siglo XX surgieron corrientes que intentaban buscar conectar experiencias emocionales con el cuerpo y W. Reich, discípulo de Freud, sugirió que tal vez se almacenaban. Entre las investigaciones más relevantes están los de la doctora Helene Langevin, que ha estudiado ampliamente cómo los traumas emocionales se almacenan en la fascia muscular, pudiendo quedar afectada”, añade.
Además, “el doctor en psicología Peter Levine propone que toda respuesta traumática influye en el sistema nervioso autónomo, somatizándose en el cuerpo. Y, si entramos en el campo de la neurociencia, podemos ver que el trauma realmente tiene un impacto duradero con múltiples manifestaciones somáticas (doctor Bessel Van der Kolk, psiquiatra)”, explica.
A esto se añade que “los factores ambientales pueden incluso alterar la expresión genética sin necesidad de hacer una secuencia de ADN. Podemos hablar también de una memoria epigenética del trauma. Sobre este punto ya existen estudios al respecto como los de Frotiers in Psychology o la revista Nature”.
¿Es recomendable para traumas?
¿Cuándo y en qué casos es recomendable aplicarla? “Es muy habitual en casos de TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático), ansiedad, depresión, dolor crónico, alteraciones del sueño… No obstante, también tiene aplicación ante cualquier tipo de diagnóstico clínico.
Yo misma descubrí esta técnica a raíz de padecer una patología genética rara llamada Síndrome de Ehlers Danlos junto con Lupus Eritematoso Sistémico”, dice la experta.
“Ambas cursan con altas dosis de dolor corporal y, gracias a la hipnoterapia somática, he reducido la tensión física y emocional asociada. También la toma de analgésicos. Asimismo, he podido comprobar cómo en otras personas ha sido altamente efectiva, tanto para condiciones emocionales como físicas”, explica la terapeuta.
¿Cómo nos ayuda a la hora de superar traumas?
El trauma queda atrapado en el cuerpo, por eso es importante realizar una liberación emocional del mismo. “Es asombroso ver en una sesión cómo surgen emociones de las que el consultante ni siquiera es consciente. En algunos casos, no sabe poner nombre a ese sentimiento, en otros, de dónde provienen. Y es por ello que en este punto la hipnosis es crucial para encontrar el recuerdo inconsciente”, explica Vazi.
Con el objetivo de llegar al trauma inicial debemos desbloquear memorias corporales. “Lo hacemos a través del síntoma. En la sesión he podido ver incluso cómo un dolor de lumbares crónico sin causa médica aparente estaba relacionado con una memoria infantil de abandono. Ahí el trabajo se centra en el reprocesamiento del trauma, es decir, revivirlo en un ambiente de seguridad para procesarlo y sanarlo”, cuenta.
¿Qué pasos se siguen en la hipnoterapia somática? El primer paso se basa en una entrevista con la persona en la que se debe realizar “una completa anamnesis para conocer su dolencia (física o emocional), obtener una imagen retrospectiva del caso e información valiosa sobre su sistema familiar, social y ambiental.
A partir de ahí, se realiza la inducción hipnótica, que no es más que una relajación profunda a través de la visualización. Se lleva al consultante a reconectar con su malestar y cuando se identifica, se trabaja en encontrar la causa (trauma programante) a través de la visualización, el movimiento corporal, la respiración, la expresión verbal… con el fin de poder liberarlo”.
Cuando el trauma inicial no se revela (nuestro inconsciente puede protegernos de hechos dolorosos que no estamos listos a transitar), es muy útil practicar una hipnosis prospectiva, es decir, programar nuevas formas de reacción ante hechos venideros. “La hipnosis prospectiva es muy recomendable, por ejemplo, en casos de ansiedad, agorafobia, adicciones o procesamiento del dolor, ya que podemos programarnos para reaccionar de una forma distinta ante determinados estímulos”, dice Vazi.
¿Qué beneficios experimenta la persona? “Toda patología y malestar físico o emocional conlleva dosis de estrés, por lo que la persona los ve inmediatamente reducidos, siendo realmente útil en los casos de ansiedad anticipatoria. Además, se puede observar reducción de dolor, mejora de hábitos, abandono de adicciones, liberación emocional o sanación de trauma. En definitiva, permite una mayor calidad de vida de la persona”, concluye la terapeuta.