Compartir nuestro hogar con un perro no solo significa disfrutar de su compañía incondicional, sino también asumir la responsabilidad de su bienestar. Al igual que nosotros, nuestras mascotas pueden sufrir de molestias digestivas que, a veces, resultan difíciles de descifrar. Si bien no pueden expresar su dolor con palabras, existen señales sutiles en su comportamiento que, como atentos dueños, debemos aprender a interpretar.
Más allá de un simple gesto, este comportamiento puede ser un llamado de auxilio silencioso que nos alerta sobre un posible problema digestivo, como el reflujo gastroesofágico (RGE). El RGE se produce cuando el ácido del estómago refluye hacia el esófago, causando irritación, incomodidad e incluso dolor. Uno de estos indicadores clave es el acto de lamer el aire de forma repetitiva.
¿Qué es el reflujo gastroesofágico en perros?
Este movimiento, a menudo acompañado de eructos o regurgitaciones ácidas, puede ser un síntoma de reflujo gastroesofágico (RGE) en perros. El RGE se produce cuando el ácido del estómago refluye hacia el esófago, causando irritación e incomodidad. Las causas del reflujo según la veterinaria nutricionista Carmen Barreiro Lamas son diversas, incluyendo:
- Sensibilidades alimentarias. Ciertos ingredientes en la dieta de tu perro pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en su sistema digestivo, lo que aumenta la probabilidad de reflujo.
- Exceso de grasas. Una dieta rica en grasas puede ralentizar la digestión y debilitar el esfínter esofágico inferior,permitiendo que el ácido del estómago escape con mayor facilidad.
- Dieta inadecuada. Una alimentación desequilibrada o de baja calidad puede afectar la salud digestiva en general, aumentando el riesgo de RGE.
Barreiro añade: "No siempre que hagan este movimiento significa que haya reflujo. Estar pendientes del resto de sintomatología, así como de las señales de incomodidad que emita tu perro es imprescindible para poder valorar la situación, todas implican una revisión de su dieta, valorad con un veterinario nutritivo".
¿Cómo abordar el problema?
Si observas que tu perro lame el aire de forma excesiva, es importante consultar con un veterinario para un diagnóstico preciso. El veterinario evaluará la situación y, en caso de confirmar reflujo, te ayudará a diseñar un plan de tratamiento adecuado. La clave para abordar el problema de forma efectiva radica en identificar y abordar la causa subyacente. En muchos casos, la solución estará en realizar cambios en la dieta de tu perro.
La veterinaria nutricionista Carmen Barreiro Lamas a través de su cuenta @pataconpata, puede ayudarte a crear una dieta personalizada que sea adecuada para las necesidades específicas de tu perro. "Este movimiento es muy característico cuando tenemos reflujo" añade la veterinaria en su post.
La mejor manera de abordarlo para ayudarle desde la raíz del problema ya que los suplementos no te van a ayudar en absolutamente nada si no tratas la causa. Evitar los alimentos que desencadenan sensibilidad, reducir la ingesta de grasas y optar por una dieta de alta calidad son algunos de los pasos clave.
Es importante recordar que los suplementos por sí solos no son una solución viable. Si bien pueden proporcionar cierto alivio sintomático, no abordan la raíz del problema. Un enfoque integral que combine cambios en la dieta, terapia médica (si es necesario) y un seguimiento veterinario regular es fundamental para garantizar la salud digestiva a largo plazo de tu perro.
Presta atención a otras señales de tu perro
Si bien lamer el aire puede ser un indicio de reflujo, no siempre es el único síntoma. Es importante observar a tu perro de cerca y prestar atención a otras señales de malestar digestivo, como:
- Vómitos
- Diarrea
- Pérdida de apetito
- Letargo
- Dolor abdominal
Recuerda, tu perro no puede expresar su dolor con palabras, pero a través de su comportamiento te está dando pistas sobre su bienestar.