Bienestar

¿Hay un número de orgasmos que sea ‘excesivo’? Los expertos nos dan la respuesta

Respondemos a la cuestión sobre si hay un número de orgasmos máximo o si nos podemos hacer daño al sentir demasiados orgasmos

  • ¿Hay un número de orgasmos que sea ‘excesivo’? Los expertos responden. -

Los orgasmos se producen después de un momento de excitación durante las relaciones sexuales. No todas las personas lo sienten con la misma intensidad ni con la misma duración o frecuencia. Según el Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), aproximadamente el 70 por ciento de los españoles reportaban tener relaciones sexuales una vez a la semana o más. 

En cuanto a la frecuencia de orgasmos, no todos los participantes de este tipo de estudios suelen llegar al clímax en cada relación sexual. La proporción de hombres que afirmaron alcanzar el orgasmo es mayor que la de mujeres. En la frecuencia de los orgasmos influyen factores como la calidad de la relación de pareja, si es estable y hay confianza, la comunicación sexual para saber qué quiere o qué no quiere la otra persona, e incluso el estado de salud, entre otros factores.

Además, según un estudio de la Sociedad Española de Medicina Sexual existe una diferencia considerable entre hombres y mujeres en la experiencia del orgasmo. En el caso de los hombres, ellos tienden a alcanzar el orgasmo en una mayor proporción que las mujeres durante las relaciones sexuales. En general, los estudios afirman que la mayoría de los hombres alcanzan el orgasmo con regularidad.

Si hablamos de las mujeres, un porcentaje significativo tiene dificultades para llegar al clímax o no lo experimentan en todas las relaciones sexuales. Este fenómeno se conoce como la "brecha orgásmica" y refleja una diferencia en la frecuencia de orgasmos entre los géneros. Según otro estudio llevado a cabo por Durex, el 65 por ciento de los encuestados en España afirmaron estar satisfechos con su vida sexual. Sin embargo, cerca del 30 por ciento de las mujeres indicaron tener dificultades para alcanzar el orgasmo regularmente, mientras que los hombres tendían a reportar menos problemas al respecto.

Pero es cierto que hay ocasiones en las que se puede sentir un orgasmo con mucha frecuencia. La pregunta es: ¿cómo afecta la excitación prolongada o repetida al estado emocional y físico de una persona? “La excitación prolongada o repetida sin deseo puede afectar considerablemente al estado emocional de una persona”, nos explica Alba Povedano, sexóloga clínica y encargada de Amantis Gràcia (Barcelona).

No hay un número máximo de orgasmos, depende de cada persona.No hay un número máximo de orgasmos, depende de cada persona. Foto: Pixabay.

A nivel físico, es importante recordar que el proceso de excitación conlleva un aumento del flujo sanguíneo en los genitales y, en el caso de las mujeres, un incremento en la producción de secreciones. “Si sometemos al cuerpo a estas sensaciones sin un deseo auténtico, es probable que necesite un descanso para recuperarse de tanta activación, ya que puede resultar incómodo manejar esta situación”, añade la sexóloga.

En los últimos meses se ha hablado de este asunto por la película 'Babygirl', protagonizada por Nicole Kidman. La actriz ha explicado en alguna entrevista que tuvo que detener el rodaje en varias ocasiones porque no quería tener más orgasmos, ya que las escenas íntimas eran tan intensas que le resultaron emocionalmente agotadoras. 

“En el caso de Nicole Kidman en la película, hablamos de una persona que debe interpretar un rol donde utiliza su cuerpo para grabar escenas, exponiéndose al contacto físico y a sensaciones en su propio organismo que podrían llevarla a experimentar excitación de manera involuntaria, aunque mentalmente no sienta deseo alguno. Esta exposición prolongada puede, en muchas ocasiones, resultar en un gran desgaste emocional, especialmente porque la sexualidad sigue siendo una de las esferas más íntimas y personales de cada persona”, nos explica Povedano. 

Es decir, “nuestro cuerpo puede brindarnos placer incluso sin que nuestra mente o deseo estén enfocados en la otra persona, simplemente por el hecho de experimentar sensaciones. Una vez activado el placer sexual, se despiertan muchas emociones, ya que esta esfera íntima está conectada con creencias, juicios, experiencias personales, entre otros factores, que determinan cómo vivimos estas sensaciones”, afirma.

Muchos orgasmos: ¿es bueno o malo?

Ante esto nos podemos preguntar si hay un número de orgasmos que sea “excesivo” y si nos podemos hacer daño al sentir muchos orgasmos. La experta tiene la respuesta: “No existe ningún estudio que indique que experimentar orgasmos pueda considerarse “excesivo” o perjudicial. La cantidad ideal depende de cada persona y de cómo se siente física y emocionalmente. En sí, experimentar orgasmos no representa un riesgo para la salud, siempre y cuando ocurra de forma natural y acorde a los propios deseos y necesidades”.

Sin embargo, intentar forzar el cuerpo a alcanzar orgasmos repetidamente o sin tener demasiadas ganas “puede llegar a ser incómodo o incluso doloroso. En estos casos, más que el número en sí, lo importante es escuchar al propio cuerpo y respetar los límites personales porque no necesariamente tener muchos orgasmos va a ser resultado de una mayor satisfacción sexual. Así que, mientras la búsqueda de orgasmos esté en sintonía con las ganas y el bienestar de cada uno, no hay motivo de preocupación”, asegura Povedano.

La brecha orgásmica sigue existiendo entre hombres y mujeres.La brecha orgásmica sigue existiendo entre hombres y mujeres. Foto: Pixabay.

Sexo en la edad madura

En los últimos años, cada vez vemos más películas sobre mujeres maduras y su sexualidad, ¿por qué es importante normalizar la sexualidad femenina en todas las etapas de la vida? “Es importante y esencial que se normalicen y visibilicen las relaciones sexuales en etapas más maduras. La sexualidad es uno de los pilares fundamentales del ser humano: nacemos y morimos como seres sexuados, con mayor o menor deseo, con una identidad, una forma de expresarnos y de vivirnos. Aun en la madurez, la sexualidad no deja de existir, sino que se transforma al igual que lo hace nuestro cuerpo”, nos dice la sexóloga. 

“La sociedad y la historia se ha encargado durante muchísimos años de castigar la sexualidad femenina y establecer esos roles de “mujer casta y pura” en muchas etapas, especialmente después de acabar con su función reproductiva, es decir, tener hijos/as. Esto es totalmente falso, y es momento de reivindicar y hacer ver y entender a las personas y al público en general que las mujeres siguen vivas y sus deseos persisten aún después de haber sido madres. Me parece esencial que podamos ver otras realidades para que formen parte también de nuestro imaginario colectivo y las integremos para darles sentido y querer que también formen parte de nosotras”.

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