Una alimentación sana y equilibrada no solo es la clave para gozar de una buena salud, también es algo imprescindible para controlar el peso. Sin embargo, en algunas ocasiones, queremos (o necesitamos) conseguir resultados cuanto antes. Es entonces cuando todos recurrimos a algunos de los famosos planes para adelgazar que inundan las redes sociales. Planes como la dieta de la manzana, la dieta de la avena o la dieta de la fresa.
Y precisamente esta última recobra cada año popularidad cuando comienza la temporada alta de esta deliciosa fruta que, aunque ya podemos disfrutarla prácticamente durante todo el año, es principalmente durante la primavera cuando las fresas maduran.
Como es de imaginar, este plan para adelgazar esta protagonizado por esta fruta baja en calorías y con interesantes valores nutricionales que hacen de la dieta de la fresa una de las favoritas para adelgazar en estos meses del año. Aunque existen diferentes variedades, la más seguida promete ayudarnos a perder hasta tres kilos en tan solo una semana. Eso sí, nadie dijo que fuera fácil.
Y es que aunque a priori resulta atractivo disfrutar durante una semana del dulce sabor de esta fruta, hay que tener en cuenta que la dieta de la fresa es un plan restrictivo. Y es que la fresa, con tan solo 33 calorías por cada 100 gramos, es una fruta con bajo contenido energético, por lo que sumado a la restricción nutricional que supone, no puede alargarse en el tiempo.
Beneficios y propiedades de la fresa
Protagonista absoluta de esta dieta, las fresas tienen propiedades antiinflamatorias, son ricas en fibra y cuentan con más del 80 por ciento de su contenido en agua, algo que no solo favorece la depuración del organismo, sino que también ayuda a aumentar la sensación de saciedad, aspecto importante a la hora de perder peso.
Tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición (FEN), tanto la fresa como el fresón (popularmente consideradas la misma fruta aunque en realidad son diferentes) son una importante fuente de vitamina C “con un porcentaje incluso superior al que posee la naranja. Una ración media de fresas, 150 gramos, contiene 85 mg de vitamina C, siendo la ingesta diaria recomendada de esta vitamina de 60 mg”.
Además, según la FEN, “las fresas son una de las frutas con mayor capacidad antioxidante, la cual contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo”.
Cómo se hace la dieta de la fresa: ejemplo de menú
Tal y como comentábamos, existen diferentes versiones de la dieta de la fresa, desde la que tiene una duración de solo tres días a la que se alarga una semana. Así, mientras la más corta solo recomienda el consumo de fresas, permitiendo la ingesta de alguna otra fruta durante las principales comidas del día, la de siete días sí incluye otro tipo de alimentos.
Eso sí, ambas versiones tienen las mismas pautas recomendadas: hacer cinco comidas, incluir una media de 300- 400 gramos de fresa en cada ingesta, beber al menos dos litros de agua, incluir alguna infusión, y eliminar las bebidas alcohólicas y los refrescos azucarados.
Siguiendo las recomendaciones para seguir la dieta de la fresa durante una semana, te proponemos un ejemplo de menú diario. Un menú que no es muy variado, motivo por el que son muchos los que aseguran que este tipo de planes no son fáciles de llevar a cabo durante tantos días seguidos.
Así, en el desayuno podemos comer 400 gramos de fresas acompañadas de un yogur o de leche vegetal o desnatada con una porción de avena. En la merienda y a media mañana, tomaremos 350 gramos de fresa. En la comida incluiremos verduras, en menestra, sopa o hervidas, acompañadas de una pechuga de pollo o un lomo de merluza a la plancha, y 300 gramos de fresa. Y para terminar el día, en la cena, 450 gramos de fresas con yogur desnatado.