El Libro Blanco de la Defensa presentado por la Comisión Europea recoge una referencia explícita a las amenazas que proceden del escenario conocido como ‘flanco sur’, especialmente entre las naciones meridionales de la Unión Europea, incluida España. O lo que es lo mismo, los desafíos para la seguridad procedentes del Sahel, con una creciente influencia rusa y la expansión de organizaciones terroristas yihadistas, así como de otros países africanos.
En el epígrafe recogido bajo el título "Un contexto estratégico que se deteriora rápidamente", la Comisión Europea esgrime que las amenazas a la seguridad europea “están proliferando de tal modo manera que plantean una amenaza destacada a nuestro modo de vida”: “Incluso antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022, había una creciente conciencia de cuán peligroso es el entorno de seguridad en el que operamos”.
Uno de los escenarios a los que se apela el Libro Blanco de la Defensa es el Sahel y otros países del continente africano, conocido entre esferas diplomáticas y militares españolas como el flanco sur. Un cóctel de inestabilidades sacude la región y se alimentan entre sí. A saber, la sangrienta carrera entre sucursales de Al Qaeda y Daesh por convertirse en la organización terrorista con mayor influencia en la región, unida a la propagación de los mercenarios de Vladimir Putin.
A mayor abundamiento, la fragilidad de los gobiernos locales alimenta la crisis de seguridad en la región, con algaradas militares en países como Mali, clave en la estabilidad del Sahel. La inestabilidad mundial también ha afectado a las economías locales, alimentando los flujos migratorios rumbo a Europa… y a las mafias dedicadas al tráfico de personas, que tienen en Islas Canarias uno de sus destinos principales.
En este sentido, el Libro Blanco de la Defensa detalla que “los conflictos, la inestabilidad y el creciente extremismo violento en África, incluyendo en el Sahel, Libia y Sudán, tienen implicaciones directas de seguridad y económicas para Europa y continuarán alimentando la inestabilidad”.
La Comisión Europea considera que la geografía de la UE la hacen “vulnerable” a ciertos tipos de desafíos en el vecindario europeo más amplio: “La proximidad a África del Norte y el Medio Oriente convierte a Europa en un receptáculo para el desbordamiento de las guerras, la migración y los efectos del cambio climático que han afectado a estas regiones”.
Entre las amenazas para la seguridad de la Unión Europea -aunque en este caso no haya una referencia explícita al Sahel-, destaca que están “cada vez más interconectadas” y “aumentando en prevalencia”: “Estas incluyen casos de terrorismo y extremismo violento, ataques híbridos, las acciones de grupos de crimen organizado internacional y redes de ciberdelincuentes. La evidencia de conexiones entre estos grupos y actores estatales hostiles está creciendo, habilitada por nuevas tecnologías que trascienden fácilmente las fronteras”.
Rusia, China, Ucrania
No obstante, el primero escenario que aborda, como cabría esperar, es el de Rusia, “una gran amenaza estratégica en el campo de batalla”: “Ha obligado a Europa y a nuestros socios a confrontar la realidad de una guerra mecanizada de alta intensidad en el continente europeo a una escala no vista desde 1945”.
En relación a China, argumenta que “las implicaciones de seguridad” de su ascenso son “igualmente estratégicas”. Según apunta el documento, el desafío que plantea China es “sistemático” en el sentido de que se basa en “un sistema de gobierno completamente diferente –autoritario y no democrático– al de la UE”.
La Comisión Europea recuerda que el futuro que el futuro inmediato de Europa está marcado por la guerra de Ucrania, pero que a largo plazo los desafíos que ahora se ciernen “se volverán más agudos”: “El resto del mundo está comprometido en una carrera hacia la modernización militar y la ventaja tecnológica y económica. Esta carrera se está intensificando, y Europa aún no ha logrado esbozar una respuesta completamente coherente para enfrentar la gravedad del momento actual”.
El Libro Blanco destaca también los vínculos de Irán con Rusia, así como la “frágil situación” de Israel, Palestina, Siria o Líbano, o los sabotajes en los mares Báltico y Negro. Y que “las crecientes amenazas híbridas incluyen ciberataques, sabotaje, interferencia electrónica en la navegación global y sistemas satelitales, campañas de desinformación y espionaje político e industrial, así como la utilización de la migración como arma”.
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