La cerrazón no conoce límites. No respeta ni a los niños. Ni siquiera a un bebé, Manuela Puyol Lorenzo, a la que su padre, Carles Puyol, ha hecho socia del Barça. Así, algunos independentistas catalanes la tomaron hace unos días con el jugador azulgrana, por una razón más simple que su inteligencia: haberle puesto a su hija el nombre de Manuela.
Y es que esos 'tolerantes' catalanes consideran que Manuela es un nombre "español". Así lo expresaron por escrito, por ejemplo, buena parte de los cientos de comentarios que tuvo la noticia en el diario catalán -y catalanista- Ara y, sobre todo, en su cuenta de Facebook. O varios talibanes en Twitter.
Los moderados se apiadaron de la recién nacida por "tener que cargar" con su nombre durante toda la vida y luego están los que se llevaron las manos a la cabeza por que Puyol y su pareja, Vanessa Lorenzo no han elegido para su nena algún nombre catalán como Montserrat o Mercé. Y a partir de ahí ya empiezaron los faltones. Los xenófobos. Y los machistas.
Los que insultaron a Puyol y a otros jugadores del Barcelona por los nombres que les ponen a sus hijos: Milan (Piqué), Lia (Cesc), Bryan (Pedro) o Dylan (Valdés). Y los que acusaron al central internacional del Barça, no sólo de "mal catalán", sino de "calzonazos". Porque, claro, dieron por supuesto que ponerle Manuela a la niña es una imposición de Vanessa al capitán azulgrana.
Por último, no faltaron los graciosos que, a modo de burla, recordaron la canción 'Porompompom Manuela', canción infantil popularizada a finales de los años 70 por Los Payasos de la Tele. Incluso publicaron el vídeo de youtube. Ese es el nivel intelectual y de educación de algunos independentistas catalanes.