La selección rusa de fútbol ha igualado su mejor racha de victorias consecutivas con siete triunfos seguidos, un logro que recuerda a la serie que consiguieron en 2019 durante la fase de clasificación para la Eurocopa 2020. Sin embargo, la diferencia entre ambas es abismal: en aquel entonces, Rusia se medía en partidos oficiales a selecciones europeas, mientras que ahora, excluida de las competiciones internacionales por la FIFA y la UEFA tras la invasión de Ucrania, ha tenido que conformarse con amistosos contra rivales de nivel muy bajo. Sólo Serbia ha sido un oponente de cierta enjundia en este carrusel de amistosos, la única vía que le ha quedado a Rusia para poder jugar partidos, porque lleva vetada desde que invadiera Ucrania en febrero de 2022.
Desde noviembre de 2021, cuando disputó su último partido oficial, Rusia ha quedado al margen de los grandes torneos. Perdió su derecho a disputar la repesca para el Mundial de Catar 2022 y se ha visto obligada a tejer su propio calendario de partidos amistosos, sumando ya 17 encuentros fuera del circuito competitivo tradicional.
La Rusia de Valeri Karpin iguala su racha de 2019
El actual seleccionador ruso, Valeri Karpin, ha llevado al equipo a encadenar siete victorias consecutivas, igualando la marca de 2019. Sin embargo, mientras en aquel entonces Rusia lograba triunfos en la fase de clasificación para la Eurocopa ante selecciones como Escocia, Chipre o Kazajistán, esta vez el contexto es muy diferente.
La racha actual comenzó con un 8-0 ante Cuba, seguida de una victoria 4-0 ante Serbia, un 0-4 ante Bielorrusia, un 0-3 ante Vietnam, una goleada 11-0 ante Brunei, un 4-0 ante Siria (días antes de la caída de Bashar al-Ásad) y, por último, un 5-0 ante Granada, el pasado miércoles. Un balance de 39 goles a favor y ninguno en contra, pero con un nivel de oposición que deja muchas dudas sobre la competitividad real de la selección rusa.
En comparación, la racha de 2019 se consiguió con un 0-4 ante Kazajistán, un 9-0 ante San Marino, un 1-0 ante Chipre, un 1-2 ante Escocia, un 1-0 ante Kazajistán, un 4-0 ante Escocia y un 0-5 ante Chipre. Rivales que, sin ser de primer nivel, sí competían en un contexto oficial con puntos en juego.
La única victoria de peso: el 4-0 ante Serbia
Dentro de esta serie de triunfos, el único rival de cierto peso al que ha vencido Rusia ha sido Serbia, con un contundente 4-0. El resto de selecciones a las que ha derrotado tienen una presencia muy limitada en el fútbol internacional, con goleadas contra equipos como Brunei, Granada o Cuba, lo que relativiza mucho el valor de la racha.
La única derrota en el serial de 17 partidos amistosos
Desde que Rusia quedó excluida de las competiciones internacionales en 2022, ha disputado un total de 17 partidos amistosos, tratando de mantenerse activa en el escenario futbolístico a pesar del veto. Su primer encuentro en esta nueva etapa fue una victoria 1-2 ante Kirguistán en septiembre de ese año, un rival de nivel muy modesto.
A lo largo de esta serie de partidos, Rusia ha conseguido algunos triunfos de cierto peso, como el logrado ante Camerún o Irak, pero también ha dejado dudas con empates frente a selecciones como Catar, Kenia o Irán, equipos de menor entidad con los que no pudo imponerse.
La única derrota en estos 17 partidos llegó ante un rival inesperado: la selección sub-23 de Egipto, que logró imponerse a los rusos en un amistoso, dejando en evidencia las carencias de un equipo que, pese a sus goleadas ante adversarios débiles, sigue sin poder medirse a selecciones de mayor nivel.
El próximo 25 de marzo, Rusia podría batir su propio récord si consigue una octava victoria consecutiva ante Zambia. De lograrlo, superaría la marca de 2019, aunque seguirá siendo un éxito construido en un contexto de aislamiento y con rivales de segunda fila.
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