La segunda parte de la temporada NBA de Ricky Rubio continúa siendo escandalosamente buena. El base catalán se ha desmelenado tras los rumores de traspaso que le tenían con pie y medio fuera de los Timberwolves hace un par de meses y ha roto a jugar el mejor baloncesto de su vida.
En su último encuentro, Rubio consiguió otro doble-doble de 33 puntos (su mejor marca profesional) y 10 asistencias, cifras que ayudaron a Minnesota a conseguir la victoria (119-104) ante los alicaídos Lakers de Los Ángeles.
Rubio dominó todas las facetas del juego al anotar 12 de 20 tiros de campo, incluidos 4 de 5 triples, y acertó 5 de 6 desde la línea de personal. Su acierto en el tiro, gran lastre durante su carrera, es inusitadamente bueno en estas semanas.
El jugador de El Masnou, que estuvo 38 minutos en la pista del Target Center de Minneapolis, también tuvo protagonismo dentro de la pintura al capturar cinco rebotes, incluidos 4 defensivos; recuperó dos balones, perdió tres y recibió una falta personal.
"Al inicio de la temporada no tenía la confianza que ahora poseo y que me permite sentirme en plenitud", declaró Rubio al concluir el partido que dejó a los Timberwolves con marca de 30-44, sin opciones ya, lamentablemente, de estar en la postemporada. "Creo que podríamos estar ahora compitiendo por los Playoffs -añadió-. Para eso llegue aquí. Espero que podamos construir a partir de ahora y que la próxima temporada sea la buena".