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"Durante diez minutos hubo un parte de defunción; ahora voy más despacio por la vida"

El 3 de julio de 2012, la piloto madrileña estuvo a punto de morir al volante de un Marussia. Sin embargo, María De Villota vive para contarlo y este jueves lo hizo en Santander, donde no dejó a nadie indiferente.

"Dos minutos después de subir al coche ocurrió el accidente y durante diez minutos hubo un parte de defunción". El 3 de julio de 2012, María de Villota volvió a nacer. La piloto sobrevivió al grave accidente que sufrió en el aeródromo de Duxford (Reino Unido) al volante de un Fórmula 1 de la escudería Marussia.

Un año y quince días después, la madrileña participó en el encuentro organizado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte en los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander. "Pensad, ¿qué es lo más importante en esta vida? Lo más importante es estar viva. Tengo que dar las gracias por ello. Ahora puedo ver a mi hermano casarme, me voy a casar yo. Ahora voy más lenta en todo, pero estoy viva, sigo aquí". 'Conduciendo el Futuro' se llamaba su charla.

"Después de eso me di cuenta de que siempre había visto la vida a través de un casco y que ahora la tenía que ver de otra manera", siguió narrando María. "Os digo algo: haceros fuertes con las dificultades que supereis. Lo primero que hice yo por mi misma después del accidente fue hacer la cama. La pude hacer y ya no dejo a nadie que me ayude. Y así con todo", añadió.

Aunque reconoce que le cuesta, "pues ha pasado poco tiempo", María mantiene la calma cuando recuerda su accidente. "Aún se están estableciendo las causas y todo va muy lento. Pensaban que me moría. Estuve varios días en coma y cuando desperté me dijeron que había perdido el ojo. Se lo reproché al médico. Le dije 'usted opera y es cirujano, pues yo necesito mis dos ojos porque soy piloto de carreras'. Lo pagué con él y se lo recriminé como si pudiera ponerme el ojo. Después me arrepentí y me fui recuperando de aquello", contó De Villota ante la atenta mirada y las caras de admiración de todos los asistentes.

La piloto de Fórmula 1 confesó que su meta era lograr un volante oficial en el 'gran circo' en este 2013 y deseó suerte a la escocesa Susie Wolff en las pruebas para jóvenes pilotos en el circuito de Silverstone, "para que las niñas como lo fui yo tengan un referente". María siente un sentimiento "de conquista, de orgullo" cuando le preguntan por Susie y por la posibilidad de que conduzca un coche oficial en la Fórmula 1. "Esta es la segunda vez y es una oportunidad por la que ha luchado mucho tiempo. La otra vez me dijo: 'Allí no he pilotado yo sola, lo hemos hecho las dos. Ése fue un regalo", recordó.

De Villota, hija del expiloto español de F1 Emilio de Villota, "que fue uno de los primeros españoles, pero no el primero", recordó cómo le surgió la posibilidad de probar un monoplaza en el circuito Paul Ricard el 3 de agosto de 2011, después de hablar con el patrón Bernie Ecclestone en el Gran Premio de Valencia. "Me preguntó: '¿Estás preparada?'. Y yo pensé mucho hasta que le respondí: 'Lo que importa no es lo que piense yo sino lo que dice el crono'", evocó la expiloto probador de Marussia, que dijo que "desayuno, como y ceno coches".

Después de su grave accidente, María reconoce que su escala de valores ha cambiado. Así, y ayudándose de un volante de Fórmula 1 y de los diferentes botones que éste tiene, la piloto explica el significado de cada uno de elos.  "La V es vida. Hay tantos cosas que habría dejado por hacer... La G es gratitud. La H, humor. Sólo con él he podido superar los momentos más duros. La C es compromiso. La A, alerta o alarma. La E, esperanza. La D, determinación. Y, por último, la P. Mi pasión por los coches es esencial, pero ahora voy más despacio en la vida", aseguró.

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