Como cada año el día 1 de julio da inicio el mercado de agentes libres de la NBA, una gran lonja de jugadores de baloncesto cuyos contratos han terminado y que aspiran a asegurarse una buena tajada de cara a las siguientes temporadas. Si la locura ya acostumbra a alcanzar límites muy altos, este año podría desbordarse. La 2016/2017 será la temporada con mayor límite salarial de la historia de la NBA. La estratosférica cifra de 24.000 millones de dólares por nueve temporadas arrojada por el nuevo contrato televisivo permitirá a los equipos disponer de hasta 2.820 millones para gastar durante la agencia libre, lo que cifra en 94 el límite salarial del que dispondrá cada equipo, 30 millones más que la temporada pasada y 45 más que hace una década.
Pero lo que realmente convertirá este mercado en un auténtico derroche al estilo 'El lobo de Wall Street' no es la posibilidad de gastar este dinero, sino la obligación de hacerlo. Y es que la NBA obliga a cada franquicia a gastar al menos el 90% del tope, es decir unos 83 millones, teniendo que pagar una multa en caso de no cumplirlo. Es decir, este año el mínimo que cada equipo deberá gastar son 20 millones más que el máximo de la pasada temporada. Ante esta situación, no solo grandes estrellas como LeBron James o Kevin Durant podrían lucrarse, sino que otros jugadores de rango inferior comienzan a frotarse las manos ante la lluvia de millones que se avecina. Otro dato: el salario máximo fijado por la liga es de 30 millones de dólares. Hasta ahora, solo Michael Jordan y Kobe Bryant habían alcanzado esas cifras, probablemente tras este verano dejen de estar tan solos en esta estadística.
Muchas estrellas libres y demasiadas franquicias desesperadas
Un año más, la nómina de agentes libres disponibles en este mercado es de relumbrón, lo que afila las cañas de las franquicias. Sin duda la estrella del verano será Kevin Durant. El aleron de Oklahoma City Thunders ha terminado su contrato y ahora puede firmar sin restricciones por cualquier equipo. Los pretendientes son variados. Desde superpotencias que quieren sacar aún más músculo como San Antonio Spurs o Golden State Warriors hasta franquicias desesperadas por reconstruir su historia, como New York Knicks o Los Ángeles Lakers. Incluso Washington Wizard, equipo de la ciudad natal de Durant, tratará de tocar la fibra sensible del jugador para arrastrarlo a la capital. Lo único claro es que el alero se embolsará 30 millones de dólares durante unos años. Menos dudas hay sobre el futuro de otros agentes libres como LeBron James, Dwyane Wade o DeMar DeRozan, quienes salvo sorpresa renovarán con sus equipos previo acuerdo por el máximo salarial.
Pero la nómina de grandes jugadores que firmarán un nuevo contrato y recibirán el máximo salarial no se queda aquí. Mike Conley, base de los Grizzlies, dejará de servirle balonces a Marc Gasol en busca de un equipo campeón. En la misma situación se encuentran grandes anotadores como Jennings, Beal o Parsons, antiguos campeones de la NBA como Rajon Rondo o Harrison Barnes o incluso veteranos de mil batallas, como el alemán Dirk Nowitzki, que ha roto su contrato con Dallas Mavericks para inspeccionar el mercado. No se descarta su renovación, pero esta leyenda del baloncesto también podría buscar un destino más triunfador, como los Golden State Warriors, para buscar su segundo anillo.
Los pivots, una millonaria especie en peligro de extinción
Mención aparte merecen los pivots. Ellos son una especie diferente al resto de jugadores. Cada vez hay menos y de peor calidad. El juego no para de derivar hacia el tan cacareado smallball y, ya sea como consecuencia o como causa de esto, el nivel de los jugadores más altos decrece. Por eso están sobre pagados, y eso justifica que las franquicias paguen auténticas millonadas por jugadores que estadísticamente no lo justifican, pero se imponen a sus homónimos. Este año la locura de los pivots amenaza con rebasar cualquier expectativa. Tres de ellos parecen tener asegurados un contrato máximo: Hassan Whiteside, Al Horford y Andre Drummond. La situación del último es especialmente particular, ya que es agente libre restringido, lo que significa que podrá aceptar cualquier oferta que le llegue, pero tendrá que continuar en Detroit Pistons, su anterior franquicia, si éstos igualan la oferta.
Más particular es la situación del mejor jugador de nuestra historia, Pau Gasol. El español ha decidido romper su contrato con Chicago Bulls y salir también al mercado de agentes libres. Conseguirá un buen contrato, debido a que su rendimiento es perfectamente equiparable o incluso superior al de los pivots más jóvenes, pero no será muy duradero debido a sus 36 años de edad. Su destino parece cercano a los Spurs, quienes se han marcado su contratación como prioritaria, pero también se ha rumoreado que los Warriors podrían hacer una tentativa si no consiguen a Durant. Otros jugadores altos también buscarán el máximo salarial, aunque no lo van a tener tan fácil. Entre ellos están antiguas estrellas como Dwight Howard o Roy Hibbert, revelaciones de la pasada campaña como Zaza Pachulia o Bismack Biyombo, y jugadores experimentados como Joakim Noah y Al Jefferson.
Tentación europea
Ante este aumento salarial, se espera que muchos jugadores que hasta el momento no se habían atrevido a dar el salto a Estados Unidos se decidan. El primero ha sido el español Sergio Rodríguez, que parece decidido a volver a la NBA y ya se le vincula con Brooklyn Nets y Denver Nuggets. Pero también han indicado que van a seguir sus pasos el también español Willy Hernangómez, el italiano Alessandro Gentile, el serbio Bogdan Bogdanovic, el croata Dario Saric o el americano emigrado Ekpe Udoh, que ahora se muestra muy interesado en regresar. Antiguamente, marcharse a la NBA suponía un contratiempo económico para algunos jugadores, que tenían que renunciar a su sueño americano por dinero, como fue el caso de Juan Carlos Navarro.
En cuanto a los equipos con más margen disponible, a la cabeza de la tabla se encuentran los Philadelphia 76ers con 74 millones disponibles para gastar, y 63 obligatorios, lo cual hará que el conjunto de Pensilvania abandone al menos parcialmente su política austera de fichajes. 70 kilos le quedan por gastar a los míticos Lakers, siempre con una capacidad de atracción innata a la que unirán la monetaria, y 65 de restan a los Mavericks del multimillonario Mark Cuban, siempre dispuesto a tirar de talonario para hacer a su equipo competitivo. El único equipo que a día de hoy está por encima del límite son los actuales campeones, los Cleveland Cavaliers, que tienen comprometidos 100 millones de dólares en su plantilla, seis más del máximo, de modo que tendrán que pagar el impuesto de lujo.
Temor a la desigualdad en la liga
Si en algo se basa la NBA es en la igualdad entre todas las franquicias de la liga, lo que favorece a la competitividad. Por eso Adam Silver, el comisionado de la competición, ha mostrado su preocupación por este aumento salarial sin precedentes que podría hacer que las grandes estrellas se unan en las mismas franquicias. El comisionado expresó que “habrá consecuencias no intencionadas que pueden ser dañinas para la NBA. Desde nuestro punto de vista, preferimos que los grandes jugadores estén distribuidos en diferentes lugares en vez de concentrados en un mismo mercado. Ya veremos qué pasa este verano”. Veremos como afecta a la idiosincracia de la NBA esta auténtica lluvia de billetes que mañana comienza en la mejor liga de baloncesto del mundo.