Ha pasado casi un año desde que Froilán de Marichalar se instaló en Abu Dabi para iniciar una nueva vida alejado de los escándalos y cerca de su abuelo, el rey Juan Carlos, quien se ha convertido en su mejor apoyo allí y al que acompañó el pasado 5 de enero en su 86 cumpleaños. Sin embargo, y a pesar de que la infanta Elena se muestra feliz con la vida de su hijo, el sobrino mayor del rey Felipe VI no encaja en Emiratos Árabes.
Así lo han asegurado diferentes fuentes en los últimos tiempos que desvelan que, aunque contento con su trabajo allí, Froilán sueña con poder regresar a España. Algo que parece dispuesto a conseguir, aunque sea poco a poco.
Fue en febrero de 2023 cuando, alentado por su madre, la infanta Elena, y propio rey Juan Carlos, Froilán de Marichalar hizo las maletas para instalarse en Abu Dabi. Una ciudad a la que llegaba sin apenas conocer a nadie, pero con un trabajo muy bien remunerado. Algo que no ha servido para que el hermano de Victoria Federica se adapte a la tranquila vida que tiene allí.
Froilán, dispuesto a viajar con más frecuencia a España, cansado de su vida en Abu Dabi
Mucho se ha hablado de la vida de Froilán en Abu Dabi. Una vida mucho más discreta y tranquila que la que tenía en España, y en la que no termina de encajar. Así lo aseguran fuentes solventes de su entorno a ‘Monarquía Confidencial’.
“Froilán se siente como pez fuera del agua (en Abu Dabi), aunque cuente con la compañía de su abuelo, el rey Juan Carlos” señala el citado portal, que desvela que el hijo de la infanta Elena asegura estar “bastante saturado de su vida en Emiratos Árabes”.
Y es que, al parecer, a pesar de llevar ya un año viviendo en Abu Dabi, “no consigue congeniar del todo con la cultura y no acaba de formar allí un grupo de amigos a su gusto”. Así lo aseguran desde su entorno: “No termina de encajar. Su vida allí se reduce a trabajar y a pocos planes de ocio. Por eso, cuando regresa a España se desata”.
Froilán echa de menos su vida en España. Algo por lo que habría decidido viajar con más frecuencia para poder reunirse con sus amigos y familia. Así ocurrió el pasado fin de semana cuando fue descubierto a la salida de un restaurante del madrileño barrio del Niño Jesús, cerca del parque del Retiro, donde vive la infanta Elena, donde estuvo cenando en compañía de unos amigos ingleses, “y junto a una amiga especial”.
Según desvela el portal, Froilán llegó a España el jueves 1 de febrero dispuesto a disfrutar de varios días con los suyos. Una visita inesperada, para la que no contó con escolta, y que forma parte de la nueva rutina de viajes que está dispuesto a mantener. “Ha decidido viajar con más frecuencia a Madrid ante la soledad que siente en Emiratos” afirman.
La soledad de Froilán en Abu Dabi, que ya sufrió en Estados Unidos
Estas no son las primeras fuentes que hablan de la soledad que siente Froilán en Abu Dabi. Algo que ni la compañía del rey Juan Carlos puede aliviar. Y es que, aunque aseguran que abuelo y nieto pasan mucho tiempo juntos, el hijo de la infanta Elena echa de menos su vida en España, a sus amigos y sus planes.
Este sentimiento habría sido el causante de que el pasado verano, tras sus vacaciones, Froilán se mostrase reticente a volver a Emiratos Árabes. Algo que, tal y como aseguraron, le provocó una fuerte discusión con su madre. Una pelea tras la que el nieto del rey Juan Carlos decidió regresar a Abu Dabi para retomar sus compromisos profesionales. Aunque parece que con la vista siempre puesta en su siguiente viaje a España.
Esta no es la primera vez que Froilán sufre por estar lejos de los suyos. Así lo señala la periodista Silvia Taulés en su libro ‘Los sobrinos del Rey’, en el que recuerda la temporada que su familia lo mandó al otro lado del charco a estudiar.
A la vista de los malos resultados académicos en España, donde “parecía casi imposible que lograra el Bachillerato”, Froilán se marchó a estudiar en “la Blue Ridge School de St. George, un minúsculo pueblo aislado, rodeado de bosques y lobos, en el estado de Virginia”.
“Cuando llegó, se quedó paralizado, no quería quedarse, sabía que ni siquiera se podía escapar porque no había nada más que bosque en los alrededores, fue un shock absoluto para él, pero con el tiempo y con mucho esfuerzo, logró adaptarse y terminar sus estudios” señala la periodista en su libro citando a un miembro de la familia.
“Felipe llegó en verano, poco antes de que empezase el curso en septiembre, y ese verano fue para él un infierno. Pero la pesadilla se convirtió en su salvación” señala Taulés, que cuenta los días de Froilán allí, donde le acompañó un coronel “al servicio de su abuelo, que le cocinaba la cena cada noche. Le hacía tortillas y comida española para la que la añoranza no fuera tan profunda”.
Una añoranza que ahora, años después, Froilán vuelve a sentir desde Abu Dabi. Una nostalgia que está dispuesto a superar, visitando siempre que pueda a los suyos.
