No han sido fáciles los últimos años para Rodrigo Rato. Una etapa marcada por los problemas con la justicia y las tragedias familiares que, inevitablemente, han hecho mella en el que fuera vicepresidente del Gobierno de José María Aznar y director gerente del Fondo Monetario Internacional quien, el pasado mes de diciembre, conocía la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid de condenarle a casi cinco años de prisión y a multas por más de dos millones de euros. Una sentencia que podría hacerle volver a la cárcel, y que asegura que recurrirá.
Pero no todo son malas noticias para Rodrigo Rato quien, desde que se le concediera la libertad condicional en febrero de 2021, lleva una discreta vida centrada en su familia, sus aficiones y el voluntariado. Y es que el expolítico se prepara para ejercer de padrino en la boda de su hija mayor, que contraerá matrimonio a finales de la próxima primavera.
Una alegría para Rodrigo Rato en esta etapa, marcada de nuevo por los problemas judiciales -y por la trágica muerte por atragantamiento de su hermana Ángeles en 2022-, en la que cuenta con el gran apoyo de sus tres hijos y de su mujer.
Rodrigo Rato, a la salida de la Audiencia Provincial de Madrid el pasado 20 de diciembre. Foto: Europa Press
Su matrimonio con Ángeles Alarcó y su discreta vida con Alicia González
Fue el 9 de septiembre de 2015 cuando Rodrigo Rato contrajo matrimonio con Alicia González, su segunda mujer con la que, tal y como apuntó ‘El Mundo’, todavía vive en el lujoso piso de 300 metros en la madrileña calle Don Ramón de la Cruz en el que fue detenido, apenas dos semanas después de su boda.
Desde entonces, Alicia González ha sido su principal apoyo. Junto a ella, el expolítico disfruta de una discreta vida alejada del foco mediático, centrado en su familia y volcado en sus aficiones, entre ellas el yoga y el golf, y en su labor solidaria.
“Un día a la semana, habitualmente los miércoles, aparca su moto cerca de la calle Doctor Cortezo, en el populoso barrio madrileño de Lavapiés, y se dirige al comedor social Ave María. Allí friega, cocina y reparte bocadillos para las colas de desfavorecidos bajo la batuta del padre Paulino Alonso, que regenta la institución y es también capellán de la cárcel de Soto del Real” señaló hace un año el citado diario.
Rodrigo Rato conoció a Alicia González, 18 años más joven, cuando ella, periodista económica, trabajaba en el departamento de Prensa del Ministerio de Economía que él dirigía. Por entonces, él estaba casado con Ángeles Alarcó, la mujer con la que compartió su vida 15 años, y con la que tuvo a sus tres hijos.
A pesar de su divorcio, Ángeles Alarcó mantiene una buena relación con el padre de sus hijos, sobre el que ha realizado escasas pero buenas declaraciones. “Siempre hemos tenido una buena relación, seguimos siendo familia” señaló en 2015 a ‘Vanity Fair’ en un reportaje donde defendió a su exmarido de las acusaciones que se le hicieron por entonces: “Para mí es impensable, sabiendo lo que sé de él, que la gente piense que se aprovechó. Si Rodrigo hubiera sabido que había algo, es imposible que hubiera consentido eso. Es imposible pensar mal de una persona que lo único que ha hecho es trabajar muchísimo por su país. Jamás le he visto un comportamiento que reflejase una doble moral, jamás. Es una persona con valores, que los ejerce de forma natural, sin tener que forzarse a ello”.
Rodrigo Rato y su mujer, Alicia González, con quien se casó en 2015. Foto: Europa Press
Los tres hijos de Rodrigo Rato y la gran boda familiar que preparan para esta primavera
Rodrigo Rato es padre de tres hijos, fruto de su primer matrimonio. La mayor, Ángeles, a la que todos llaman Gela, tiene 34 años y estudió, al igual que sus hermanos, en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo, cerca de la casa familiar en El Viso. En 2007 comenzó la carrera de Business Administración and Management en CUNEF (Centro Universitario de Estudios Financieros). El tercer curso de la carrera lo estudió en Reino Unido y pasó un año en la Regent´s University de Londres.
Un año antes de comenzar su trayectoria profesional, pasó casi un año de voluntaria en Camboya, ayudando en la misión de su tío, monseñor Enrique Figaredo. A su regreso a España, fichó por Telefónica. Dos meses después del ingreso en prisión de su padre, se marchó a trabajar a Inglaterra, como jefa de desarrollo de negocio de la empresa Wayre UK.
Siempre en un discreto segundo plano, Gela Rato acapara ahora los titulares tras el anuncio de su boda. Un enlace que, tal y como ha confirmado la revista ‘¡Hola!’ se celebrará el próximo 14 de junio en Madrid, donde vive su familia, y donde su padre tiene una finca, que acogerá la fiesta posterior a la ceremonia.
Se trata de una propiedad que Rodrigo Rato compró hace años en la localidad de Carabaña, al suroeste de Madrid. Una finca de dos hectáreas de extensión, que cuenta con un molino restaurado de 300 años de antigüedad y un edificio adyacente.
Según la revista, la familia Rato prepara con ilusión esta boda, en la que el expolítico ejercerá de padrino, y a la que se espera asistan “al menos 200 invitados, entre los que podrían incluirse, además de las familias al completo de ambos y su nutrido grupo de amigos, algunos de los rostros más conocidos de la época política del padrino, entre los que figurarían el matrimonio Bárcenas”.
Al enlace también acudirán los otros dos hijos de Rodrigo Rato, Ana, de 29 años, que estudió ADE y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia de Comillas; y Rodrigo, de 26 años, que, según ‘El Mundo’, comenzó a estudiar una carrera de Finanzas en Enschede, una pequeña población de los Países Bajos, y en 2016 se mudó a Reino Unido para seguir sus estudios en la Coventry University.
Rato, en la firma de ejemplares de su libro 'Hasta aquí hemos llegado', en 2023. Foto: Europa Press
La polémica fortuna por la que podría regresar a prisión
Mucho se ha hablado de la fortuna de Rodrigo Rato. Un polémico patrimonio que inició una investigación en 2015 por presuntas irregularidades con su fortuna en el extranjero.
Según afirmó la fiscal Elena Lorente en sus conclusiones durante el juicio, en el que solicitaba más de 63 años de cárcel, “desde al menos 1999 y hasta 2015, (el expolítico) ha gestionado por un lado un enorme patrimonio en el extranjero, con inversiones y reinversiones constantes, desconocidas para el erario público; y además, por otro lado, ha eludido el pago de impuestos por sus servicios profesionales parapetándose tras una red de sociedades interrelacionadas entre sí”.
Tras casi una década de investigación sobre el presunto incremento ilícito de su patrimonio, la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, que todavía no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, condena a Rodrigo Rato a una pena de cuatro años y nueve meses de cárcel por tres delitos contra la Hacienda Pública, otro de blanqueo de capitales y un quinto de corrupción entre particulares; e impone una multa de 2,1 millones y el pago de las costas.
Tras conocer la sentencia, el propio Rodrigo Rato anunció en un comunicado que recurrirá el fallo judicial: “Defenderé mis derechos en los correspondientes recursos ante un fallo que me parece injusto y falto de base jurídica”.
Rodrigo Rato, en el III Congreso Nacional de la Sociedad Civil, en el Wizink Center, en abril de 2023. Foto: Europa Press
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