Sonsoles Ónega, de 43 años, está pasando por una etapa muy dulce. En el terreno profesional triunfa como escritora -su último libro 'Mil besos prohibidos' (2020)- y con el programa que presenta 'Ya es mediodía'. En su vida personal, ha recuperado la ilusión en el amor gracias al arquitecto gallego César Vidal Abellás, de 55 años.
Aunque es poco dada a hablar de su vida privada, la periodista ha hablado de la enfermedad crónica que padece uno de sus hijos y de cómo les afecta esta en su día a día.
Sonsoles tiene dos hijos, Yago y Gonzalo, fruto de su matrimonio con el abogado Carlos Pardo, del que se separó en 2019 tras once años de matrimonio. La pareja que se casó en verano de 2008 en el pazo de San Lorenzo (Santiago de Compostela). Una boda a la que asistieron los entonces Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia Ortiz, que es amiga suya desde que se conocieron trabajando en la cadena CNN+ entre los años 1999 y 2000, y con la que sigue viéndose. Sonsoles también fue testigo de la boda de los actuales Reyes.
Sonsoles Ónega desvela cómo es su día a día con la enfermedad de su hijo
Sonsoles, que es hija del también periodista Fernando Ónega, ha hablado de la enfermedad que padece su hijo Gonzalo, al que le diagnosticaron diabetes de tipo 1 en 2016 cuando tenía 4 años después de saber que también es celiaco.
La presentadora ha señalado que esta dolencia les ha condicionado la vida ya que inevitablemente, “todas las enfermedades crónicas te condicionan”, ha señalado en la revista 'Lecturas'. “En el caso de la diabetes, te condiciona la alimentación, te condicionan sus ritmos”, añade.
Por su puesto nos ha condicionado la enfermedad
Sonsoles Ónega ha explicado después: “Cuando tiene una hiperglucemia, tiene que esperar a comer para que le baje el azúcar, o a la inversa, tiene que comer inmediatamente”. Algo que por supuesto “nos ha condicionado”.
Sin embargo, la presentadora prefiere sacarle el lado positivo. “Yo he aprendido muchísimo a evitar los procesados. Estoy agradecida, porque este aprendizaje ha sido una parte positiva”.
Ónega tiene la filosofía de vida de quedarse con la parte buena de las cosas incluso en las situaciones más difíciles. “Es que, si no, ¿qué hacemos?”. Aunque, como todos, también tiene sus momentos de bajón. “Tengo mis momentos de verlo todo negro y no querer salir de casa”.
Sonsoles: "La enfermedad ha cambiado nuestra vida, la dieta, la rutina… De la noche a la mañana, entré en batalla"
No es la primera vez que Sonsoles habla de la diabetes de su hijo, anteriormente confesó que la enfermedad les supuso muchos cambios en su vida y algún que otro quebradero de cabeza.
"La enfermedad de Gonzalo, que se le diagnosticó con cuatro años, ha cambiado nuestra vida, la dieta, la rutina… De la noche a la mañana, entré en batalla, estudiando una barbaridad y desenmascarando a la industria alimentaria", señaló en la revista '¡Hola!'.
La periodista compartió su experiencia y vivencias de la enfermedad en un blog personal. Al principio padeció una sensación de miedo atosigante a todo y a todos. Hubo momentos de dificultad en los que lloró y se desesperó, pero logró sacar también de todo ello una lección positiva: cambiaron sus hábitos alimentarios, desenmascaró a la industria alimentaria y comenzó a seleccionar los ingredientes más beneficiosos.
En una entrevista anterior señaló: "Todo está adulterado. He adelgazado 12 kilos"
"Me convertí casi en una activista. Todo está muy adulterado y en el límite permitido por la ley. Fue un grandísimo desengaño, pero he adelgazado 12 kilos, así que, dentro de todo lo que conlleva una enfermedad, tengo que pensar que es lo mejor que nos ha podido pasar", manifestó.
Además aprendió "a cocinar de otra manera". También a investigar "alternativas al azúcar procesado, que nos hace tantísimo daño".
Está tan volcada en esta lucha, que hace dos años participó en una iniciativa organizada por el Día Mundial de la Diabetes en la que incidió en lo importante que es cuidar la alimentación, hacer deporte, y hacerse controles médicos de manera periódica.
A través de su experiencia, también ayuda a otros padres a relativizar la enfermedad y tranquilizarles contando que su hijo es feliz y que lleva una vida normal igual que la del resto de sus amigos.