El precio de las cajetillas de tabaco subirá de media entre 20 y 25 céntimos, dependiendo de las marcas, después de que el Gobierno aprobara una reestructuración fiscal del Impuesto sobre las Labores del Tabaco, que implica un “incremento encubierto de los impuestos especiales que no beneficia a nadie” según fuentes del sector consultadas por Europa Press. Sin embargo el Gobierno insiste en que no se ha subido el impuesto, “sólo se ha redistribuido”, y destaca que la con la medida se podrá recaudar hasta 150 millones de euros más al año.
Concretamente, el Consejo de Ministros incrementó el tramo específico por cada 1.000 cigarrillos, a 19 euros desde los 12,5 anteriores; al tiempo que bajó el tramo 'ad valorem' (que depende del precio de venta) al 55% desde el 57% previo.
Las tabaqueras analizan ahora cómo afectará al mercado la reforma y cómo reaccionará la competencia al nuevo esquema fiscal, aunque todas coinciden en que conllevará un alza de precios que iniciarán probablemente las marcas líderes.
"La nueva estructura obliga a incrementar en 20, 23 o 25 céntimos el precio por cajetilla en función de la marca. Lo que está por verse es si las empresas están dispuestas a absorber la subida fiscal, aguantar el tirón e ir contra la rentabilidad", apuntan las mismas fuentes.
Los estancos se lanzan a comprar tabaco
Una vez anunciado el cambio en el sistema de tributación, se produjo una gran demanda de tabaco por parte de los estancos ante la previsión de que las tabaqueras suban los precios próximamente. Los estanqueros coinciden en que se trata de un "alza fiscal en toda regla" que puede causar un auge de las marcas más baratas.
Desde el sector critican que el Ejecutivo no haya acompañado esta medida con un incremento del impuesto mínimo, que limita la competencia de las marcas más baratas, y la falta de un mecanismo de actualización automática; así como que no haya "tocado" el tabaco de liar, lo que, según pronostican, provocará un traspaso del consumo a categorías de precio inferior.