La presidenta del Congreso, Ana Pastor, va a acaparar muchos focos la próxima semana. Es ella quien tiene que poner fecha a la moción de censura que ha presentado el PSOE en el Congreso de los Diputados y en sus manos está la opción de que se vote antes o después de que se aprueben de forma definitiva los Presupuestos de 2018 el próximo 19 de junio.
Según el calendario previsto, esa es la fecha prevista para que las cuentas se voten por última vez en la Cámara Alta. Si no se introduce ningún cambio durante la negociación, quedan blindadas y listas para entrar en vigor. Si Pastor quiere que la moción no afecte al Presupuesto, tendrá que fijar la fecha de debate después del 19 de junio.
Y todo apunta a que así será porque a nadie, incluso al PSOE, le interesa que no haya Presupuestos para 2018, sobre todo después de las mejoras que se han ido incluyendo a lo largo de su tramitación, como la subida extra de las pensiones o la mejora de la partida para la lucha contra la violencia de género.
Elecciones
En cualquier caso, para poder tumbar las cuentas no vale solo que salga adelante la moción, sería necesario convocar elecciones. ¿Por qué? Porque una vez que el Presupuesto se ha aprobado en la Cámara Baja, como ha ocurrido esta misma semana, solo la disolución de las Cortes por una convocatoria electoral anticipada podría tumbarlas.
Así que Sánchez tendría que conseguir primero los apoyos para la moción de censura. Y después tendría que anunciar antes del día 19 la convocatoria de elecciones. Parece difícil que todo eso llegue a ocurrir en 25 días. Si ganara la moción y no convocara elecciones rápidamente, tendría que asumir el Presupuesto diseñado por el PP.
En la última moción de censura, la que presentó Podemos en el año 2017, pasaron 25 días desde que se presentó la moción en la Cámara Baja, hasta que se debatió y votó en el Congreso. Fue también Ana Pastor la que puso las fechas, así que todo apunta a que no habrá ningún problema para blindar las cuentas.