Los sindicatos afilan los cuchillos tras el anuncio de la salida de Ángel Ron de Banco Popular, prevista para el primer trimestre de 2017. UGT ha hecho público un duro comunicado en el que exige que el equipo directivo del banco devuelva todos los bonus cobrados desde 2014. En el caso del hasta ahora presidente implicaría reintegrar algo más de 1,3 millones, según cálculos de este medio con información pública de la entidad.
Ron tiene también pendiente el cobro de distintas retribuciones variables pendientes de años anteriores. En total, casi 600.000 acciones que percibiría entre principios de 2017 y 2019, aunque dicho cobro depende de resultados y la evolución del banco en los últimos años invita a pensar que el reparto será escaso.
Junto a ello, están los 8,18 millones en pensiones para la jubilación cuyo derecho ha devengado Ron. UGT no reclama que el consejo de administración del banco le anule dicho pago, pero sí afirma que no es un buen ejemplo dado el estado del banco y que hay en marcha un plan de bajas para 2.600 trabajadores. Estos 8,18 millones deben ascender ya a unos 8,4 millones si el ritmo de contribución ha seguido la misma línea en 2016 que en 2015.
A pesar de las cifras millonarias, las retribuciones de Ron y el resto de directivos de Popular son mucho más bajas que la de otros competidores. Además, han renunciado al bonus dos años, en 2012 y 2015, debido a las pérdidas sufridas. Y presumiblemente ocurrirá lo mismo este ejercicio.
Las retribuciones de la cúpula de Banco Popular son mucho más bajas que la de otros competidores
"UGT espera que el Consejo de Administración no cometa errores pasados pagando indemnizaciones millonarias a quien no se lo merece, y le anima a reclamar judicialmente los bonus millonarios que han cobrado desde 2014 todos los que son responsables de haber arruinado la entidad. Todos esos millones son ahora imprescindibles para asegurar la viabilidad futura del Banco. A Ángel Ron, al menos, le quedará el consuelo, aunque devuelva todos los millones, de que su despido es debido a sus propias decisiones. Otros compañeros y sus familias no han tenido tanta suerte", expone el escrito del sindicato.
UGT también pide que los nuevos responsables de Popular, Emilio Saracho, presidente a partir de 2017, y el consejero delegado Pedro Larena lleven a cabo una reestructuración de la cúpula del banco.
Por su parte, CCOO también está preparando un comunicado, aunque más pacífico que el de UGT. Se centrará en que los nuevos gestores de Popular busquen la solución para el banco que más ayude a preservar el empleo.
