Habrá dinero comunitario para defensa, pero no se repartirá en forma de subvenciones. La Comisión Europea ha dado este miércoles el pistoletazo de salida a la nueva estrategia militar. Habrá un 'manguerazo' de 150.000 millones a disposición de los países miembros en forma de préstamos. Con ellos se pretende movilizar 800.000 millones, la partida necesaria -según Bruselas- para revitalizar la industria de defensa en la UE.

Se trata de armar una respuesta coordinada frente al tremendo desafío de Donald Trump, que ha puesto patas arriba el tablero geopolítico mundial. La respuesta está expuesta en el denominado Libro Blanco de la Defensa.Lo han presentado en la capital belga la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas; y el comisario europeo de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius. El documento prepara el terreno para el momento decisivo: la cumbre de jefes de Estado de este jueves. Los mandatarios de la UE tienen la última palabra en el asunto más importante: quién, cuándo y cómo se financia la apuesta.

Es en este punto donde persisten las diferencias. España o Francia abogan por introducir subvenciones, que podrían cobrar la forma de eurobonos o imitar a los fondos Next Generation. El objetuvo es endosar la factura a las arcas comunitarias y eludir un aumento del endeudamiento nacional. Sin embargo, Alemania y otros países 'frugales' consideran que la renovación de la industria debe financiarse con préstamos. En condiciones preferentes, sí, pero con compromiso de devolución.

"A corto plazo, creemos que con la simple activación de la cláusula de escape hay suficiente espacio para responder desde el ámbito nacional", advirtió el titular de Economía, Carlos Cuerpo, en su última visita a Bruselas. Para el ministro español, la defensa debe considerarse como un "bien público europeo". Por eso, su financiación debe tratarse como "un elemento mancomunado". 

Nuevo mecanismo

Los préstamos están recogidos en un nuevo instrumento denominado Seguridad y Acción para Europa (SAFE). "Apoyará significativamente un aumento sustancial en las inversiones de los Estados miembros en las capacidades de defensa de Europa, tanto en el presente como en la próxima década", explica el Libro Blanco. "Juntos somos más fuertes", ha asegurado Kaja Kallas al inicio de su presentación.

"Esto supone el inicio del camino, pero no va a ser fácil", ha añadido Kubilius. "Putin no se amilinará con nuestro Libro Blanco, pero sí se preocupará si pasamos del dicho al año. Esa es nuestra intención: frenarlo con una economía y una democracia más fuertes, pero también una industria militar más potente", ha aseverado el comisario de Defensa.

Este instrumento "respaldará la industria de defensa europea a través de adquisiciones conjuntas que involucren al menos a dos países", añade. El dinero servirá para  cubrir necesidades "simples y urgentes, como la munición o la movilidad militar", o más complejas como los sitemas de alta tecnología, la inteligencia artificial o la defensa aérea.  

El Libro Blanco confirma lo que Bruselas ya había avanzado. El Ejecutivo comunitario permitirá activar de forma coordinada la Cláusula de Escape. Esta 'válvula' permite a los Estados miembros aumentar el gasto sin que compute como déficit, ni -por tanto- altere las reglas fiscales. 

"Esta flexibilidad permitirá una desviación del camino de gasto acordado, equivalente al aumento del gasto en defensa", precisa el Libro Blanco. La Cláusula de Escape estará activa para este fin durante cuatro años. "Gracias a esta flexibilidad, los Estados miembros podrían movilizar un gasto adicional en defensa de hasta el 1,5% del PIB", añade el documento.  

Otros fondos

Bruselas también abre la puerta a usar fondos de cohesión para financiar determinados proyectos de defensa. "Las autoridades nacionales, regionales y locales pueden, de manera voluntaria, utilizar la revisión intermedia de las políticas de cohesión para reasignar fondos dentro de sus programas actuales hacia prioridades emergentes, incluida el fortalecimiento de las capacidades de defensa y seguridad", señala el Libro Blanco. La justificación es la sigiente: "El desarrollo de una industria europea de defensa fuerte y resiliente impulsará la competitividad y promoverá el desarrollo regional y el crecimiento económico".

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) también jugará un "papel claro y decisivo" en la financiaci. La institución que lidera Nadia Calviño duplicará su inversión anual hasta los 2.000 millones de euros para financiar proyectos como drones, espacio, ciberseguridad, tecnologías cuánticas, instalaciones militares y protección civil. 

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