Recientemente, Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE), ha hecho públicas una serie de reflexiones sobre el tan convulso episodio que ha sufrido la sanidad de nuestro país durante este año 2024 con la renovación del concierto de Muface, el cual, aún a día de hoy, sigue teniendo seguidores y detractores.
Carlos Rus denuncia que el Gobierno de España ha tenido durante todo el año en el punto de mira la colaboración público-privada, un modelo sanitario que, según el propio Rus, "ha demostrado su eficacia durante décadas". Esto, en parte, viene precidido de los planes que tenía la propia Mónica García, ministra de Sanidad, de disolver el sistema Muface, un sistema que, a ojos de varios gobernantes, "está obsoleto" y que, además, según la propia ministra Mónica García, la Sanidad Pública "está preparada para acoger a los 1,5 millones de funcionarios" que se quedarían sin cobertura sanitaria por el fin de la mutualidad.
Para nada está de acuerdo con esto el presidente de ASPE. Y es que, como él mismo manifiesta en una publicación suya, este modelo mixto (permite a funcionarios públicos elegir entre la sanidad pública o la atención a través de aseguradoras privadas) ha demostrado su eficacia durante más de tres décadas. Según él, no solo ha ofrecido una atención sanitaria de calidad a millones de personas, sino que ha descargado de forma significativa la presión sobre el Sistema Nacional de Salud (SNS), algo que quizás el ministra no tuvo en cuenta. Sin embargo, Carlos Rus afirma que la continuidad de Muface ha estado en jaque y que el riesgo de desaparición ha sido real.
El sistema Muface, innegociable
Para Carlos Rus, el sistema del mutualismo administrativo está totalmente infravalorado y que, en lugar de reconocer su éxito, desde el Gobierno se ha intentado dejarlo morir, asfixiándolo por falta de financiación.
Es un ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede ofrecer soluciones eficientes y sostenibles
Según el representante de la sanidad privada, el modelo Muface no es una "anomalía" ni un "privilegio", como algunos han querido presentar. Para él, es un ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede ofrecer soluciones eficientes y sostenibles.
En cuanto a la insuficiente financiación, presente en los últimos años, Rus considera que había afectado la accesibilidad sanitaria del mutualista y aumentado los tiempos de espera, ya sea por la restricción de cuadros médicos por parte de aseguradoras o por la retirada de prestadores ante las tarifas actuales. Un problema a solventar también.
Ley de Universalidad del Sistema Sanitario, el otro frente abierto
Otro frente abierto para la sanidad privada ha sido el proyecto de la Ley de Universalidad del Sistema Sanitario, que introduce límites significativos a los conciertos con entidades privadas. Esta ley, aún en trámite, plantea restricciones a un instrumento que ha permitido reducir listas de espera, agilizar diagnósticos y ofrecer una atención más ágil a los ciudadanos. "Parece que se olvida que las entidades privadas no son rivales del sistema público, sino aliados", afirma Carlos Rus, además de añadir que negar esta realidad sería privar a la ciudadanía de opciones de atención sanitaria y de los beneficios de una colaboración que funciona.
¿Quieres participar en la conversación?