Pese a que los ministros de la Unión Europea se han esforzado por evitar cualquier sensación de contagio y pese a que los mercados parecen haberlo creído por el momento, la solución impuesta por la troika a Chipre ha roto varios de los tabús económicos que parecían inviolables. El último y más importante, el de la moneda única. Los bancos de inversión hacen esa lectura a largo plazo al que pone voz Nomura: “Parece bastante claro que un euro en un banco de Chipre ya no vale exactamente lo mismo que un euro en un banco alemán. Quizá lo sean en el futuro, pero no ahora”.
Casi idéntico diagnóstico comparten otros grandes bancos y las consultoras económicas de la city: “un euro en un banco de Chipre no es igual a un euro en un banco de la zona euro”, concluye la consultora G+ de Londres.
La consecuencia del nuevo escenario es algo más que teórica porque puede provocar dos efectos prácticos inmediatos de los que ya trata de protegerse la gran banca internacional:
- En primer lugar, el nuevo escenario puede suponer un refugio del dinero en los bancos más seguros, previsiblemente los alemanes. La UE ha fijado la doctrina de que los depósitos de más de 100.000 euros pueden ser confiscados si los bancos no están lo suficientemente capitalizados. Eso puede provocar la inercia de que los fondos más importantes, que suelen ser los más móviles, busquen refugio en los bancos más fuertes y pongan en apuro a entidades más débiles, argumentan las grandes entidades que ya recomiendan a sus fondos buscar refugio en entidades germanas.
- En segundo lugar, el rescate puede suponer costes adicionales a los depósitos de los bancos periféricos. El coste de los instrumentos de esos seguros, los llamados CDS (Credit Default Swaps), se han disparado en las últimas semanas.
- A largo plazo, sería lógico pensar que los ahorradores demanden más rentabilidades a los bancos más expuestos también, concluye Hugo Dixon, el analista jefe de Breaking Views.
Quién es quién en el mapa del riesgo
Ese doble impacto se dejará sentir, fundamentalmente, en los países más expuestos a la fuga de capitales. Nomura advierte que Grecia es el principal afectado donde "los ahorradores extranjeros querrán reducir su exposición, anticipando posibles quitas en el futuro". De igual modo, Irlanda estaría entre los perdedores mientras que la banca alemana puede convertirse en la gran beneficiaria de esta estrategia.
Según los datos del BCE, entre los países más expuestos, estarían también aquellos con mayor tasa de depósitos no comunitarios sobre el total del sistema bancario. Esos territorios son Malta (donde uno de cada tres euros son inversión extranjera), Luxemburgo (16% del total) y Estonia (13% de sus depósitos globales).
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La exposición española es limitada, por el momento
La exposición española a ese contagio es relativamente baja. De la cantidad de depósitos españoles, en torno a un 12% corresponde a inversores internacionales y de ellos, apenas un 1% corresponde a inversores ajenos a la zona euro, según los datos del Banco de España. Por ese motivo, los grandes bancos internacionales consideran que la exposición española es limitada por ahora. Sin embargo, si continúa el contagio a países como Grecia, Irlanda o Portugal, la situación podría cambiar, advierten esas entidades.