La austeridad se ha impuesto desde hace años como principal leitmotiv del debate político internacional. Pero en la palabra 'austeridad' existen varios sentidos que, según los países de la Eurozona, conducen a diferentes políticas de rigor. Varios economistas, entre ellos Paul Krugman, habían anunciado que las políticas de austeridad de la zona euro iban a reducir su crecimiento económico. Tal y como lo ha publicado esta semana la OCDE en sus últimas perspectivas económicas, en las que habla, sobre la zona euro, de "la consolidación fiscal excesiva y un crecimiento más lento". Incluso advierte que "si nada se hace ahora, la crisis europea puede empeorar y extenderse más allá de la zona euro". La Comisión Europea también prevé una contracción del PIB en toda la zona de un 0,3% en 2012.
Analizando la zona euro economía por economía, se deja ver cómo los países de la moneda común llevan políticas de austeridad muy diferentes entre sí. Este gráfico extraído del informe de la OCDE, publicado el pasado martes, enseña el cambio en los próximos años del déficit primario de los países ricos. Este déficit revela los efectos de las medidas fiscales sobre la deuda pública sin tomar en cuenta el pago de los intereses de ésta.
Algunos países, como Italia, intentan consolidar su presupuesto principalmente con el aumento de los ingresos. Otros, como Grecia, España y Portugal, confían mucho más en los recortes de gastos, con el riesgo de entrar en el círculo vicioso de la deuda insostenible. Lo esencial, si hay que controlar el presupuesto, es encontrar el justo equilibrio entre el aumento de ingresos y recortes en gastos. Ahora bien, España asume los recortes más duros de la Eurozona, lo que explica necesariamente por qué tiene también las perspectivas económicas más pesimistas de todos los grandes países de la zona euro en términos de crecimiento como de paro o de consumo.
Justo equilibrio
Los pueblos no se enfrentan en igualdad de condiciones a la austeridad. Algunos países lideran en la reducción del déficit estructural por recortes de gasto. Son con toda evidencia los países rescatados como Grecia, Portugal y Irlanda, sin olvidar a España. Otros países, como Alemania o Francia, se han conformado con algunas medidas que consistieron en aumentar pocas tasas o crear nuevas y recortar lo menos perjudicial para la población. Igualmente, hay que destacar países europeos como Austria y Países Bajos, Polonia o, fuera del euro, Estados Unidos, que llevaron políticas de austeridad bien equilibradas entre recortes y elevación de tasas. Más original: los países de Escandinavia, como Finlandia, en los que la austeridad se definió como una manera de mejorar la productividad y fomentar el crecimiento.
En el caso de España, el Gobierno de Mariano Rajoy parece llevar la misma política de rigor que los países rescatados de la zona euro, aunque nuestro país no ha sido rescatado. A largo plazo, tal política no es llevadera sin una inyección masiva de liquidez para sostener la economía real o un programa real de fomento del crecimiento. Es lo que hizo un país como Suecia a través de su banco nacional Riksbank, a pesar de haber sólo recortado sus gastos. Lo cierto es que seguir únicamente por la vía de la austeridad es correr el riesgo de quebrar la zona euro, arruinar sus economías y provocar la ira del pueblo. Todavía es posible escapar de este destino.