Las peores pesadillas se han hecho realidad en la Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha. La lluvia lo ha arrasado todo, dejando tras de sí decenas de muertos y cientos de desaparecidos. La naturaleza ha jugado, una vez más, una de sus incomprensibles cartas. En estos casos, señalar culpables es tarea casi imposible, y, cuanto menos, desagradable. Pero la tragedia ha vuelto a reabrir uno de los debates más complejos en lo que a naturaleza se refiere: hasta qué punto son necesarios o no los pantanos, los embalses y las presas.
Ante tan grandes consecuencias, el campo español ha recuperado una de sus grandes defensas y se ha revuelto contra el Gobierno por la gestión previa al desastre. Diversas fuentes del sector agrario dejan claro su punto de vista en conversaciones con Vozpópuli: las presas y los embalses son necesarios.
El debate sobre los pantanos lleva años dividiendo a la sociedad. Mientras algunos consideran que es una buena solución para las épocas de sequía, otros consideran que es un exceso del pasado, ya sea por ideología o por pura objetividad. Gran parte del sector agrario considera que las presas y los embalses son necesarios y apuestan por construir más infraestructuras de este estilo que recojan el agua tras grandes periodos de sequía, evitando así que se pierda, por ejemplo, en el mar. Por su parte, el Gobierno apuesta más por la reducción progresiva de las mismas.
En este contexto de tragedia, el campo ha arremetido contra el Gobierno y ha asegurado que las consecuencias podrían haber sido mucho menores si se volviera a apostar por infraestructuras de gestión del agua. "La eliminación de barreras que quiere llevar a cabo este gobierno demuestra su ignorancia y falta de rigor a la hora de gobernar. ¿Las riadas no se podrían controlar mejor con una serie de espacios que fuesen controlando el volumen del agua y las crecidas de los ríos?", denuncian fuentes del sector.
Estas palabras resumen la sensación interna del sector agrario, que desde hace años defiende seguir fomentando su construcción. De esta manera, diversos trabajadores del sector agrario, uno de los más afectados por esta terrible DANA, ya que han perdido el 100% de las cosechas, han aprovechado las consecuencias de la DANA para reinvindicar el papel de los embalses y las presas en el control del agua. Como ejemplo recurren al papel que ha jugado el embalse de Forata, que jugó un papel crucial al frenar el agua y evitar un desastre de dimensiones mayores.
¿Una solución también para la sequía?
También los representantes del sector del regadío se han manifestado en repetidas ocasiones a favor de los embalses y las presas como herramienta de gestión del agua, aunque su defensa está más orientada a la lucha contra la sequía. De hecho, en más de una ocasión, desde Fenacore, la Federación Nacional de Regantes de España, han señalado al Gobierno como parte responsable de la sequía, y, bajo su punto de vista, mucho tiene que ver con la gestión de los embalses.
"El ministerio de Transición Ecológica es responsable de la aprobación de caudales ecológicos, de manera a veces demasiado optimista, sin haber hecho los estudios previos de qué impacto van a tener los caudales ecológicos sobre la disponibilidad de agua. [...] Si preguntamos ahora por qué hay sequía en España, todos dirán que es porque no llueve. La realidad es que un 16% de la falta de agua en España se debe a los caudales ecológicos promovidos sin criterio por el Gobierno. No todo es culpa de la sequía", denunció en marzo de este año Juan Valero de Palma, presidente de Fenacore.
Polémica por los supuestos cierres de presas
Estos días, con el objetivo de tratar de entender qué estaba ocurriendo, cientos de personas se han lanzado a asegurar a través de redes sociales que las graves consecuencias de la DANA han sido provocadas por la demolición de cuatro pantanos y más de 200 embalses en España en estos últimos años.
Ante este estos rumores, que circularon con fuerza a través de redes sociales, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) tuvo que salir a negar que el Gobierno haya demolido cuatro pantanos en Valencia y más de dos centenares en el resto de España, un dato que considera "falso" e "imposible".
Según el Ministerio, ambas afirmaciones falsas parten de equiparar estas infraestructuras con la eliminación de obstáculos fluviales. La política al respecto está orientada "principalmente "a pequeños azudes o saltos de agua de pocos metros que hoy están en desuso, entre otras razones por el riesgo que suponen durante inundaciones o avenidas porque aumenta la virulencia de las mismas".
En concreto, MITECO ha señalado que las "únicas infraestructuras demolidas en la provincia de Valencia en las últimas décadas son el azud del Corindón en 2017, en el cauce del Turia, con una altura de 1,50 metros; y los azudes en la Rambla de L'Algoder en 2006.