La privatización del gestor aeroportuario AENA quema sus últimas etapas, centradas todas ellas en la salida a Bolsa del 28% del capital, tras el proceso de selección del núcleo duro de accionistas de la empresa. La compañía afronta el desafío de plantarse ante los inversores como una opción atractiva con una red de aeropuertos notablemente desequilibrada, que combina gigantes como Barajas y El Prat con pistas en las que el número de pasajeros no llega a diez por día.
La compañía llega al momento cumbre de la privatización con unas previsiones de beneficio bruto de explotación (Ebitda) para el ejercicio en curso por encima de los 1.700 millones de euros, lo que ha permitido que los accionistas que compondrán su núcleo duro la hayan valorado entre 7.300 y 8.000 millones de euros.
Además, el proceso de saneamiento también ha hecho que AENA tenga en la actualidad 15 aeropuertos en beneficios, cuando en los últimos años esta cifra no superaba los diez y las pérdidas del resto de aeropuertos no compensaban los resultados positivos de los pocos privilegiados que esquivaban los números rojos.
Sin embargo, el desequilibrio de su red hace que AENA también se presente ante los inversores con cifras inquietantes. Sin ir más lejos, con los últimos datos publicados, hasta 19 de sus aeropuertos han albergado menos de 100 pasajeros al día en los nueve primeros meses del año. Entre ellos se encuentran aeropuertos como los de San Sebastián, Valladolid y Pamplona.
Aeropuertos semidesiertos
Además, la mayoría de ellos, en concreto 15, presentan una cifra de afluencia inferior a los diez pasajeros al día. Entre ellos destacan casos como el de León, ampliado entre pompa y boato en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno, con una inversión de 80 millones de euros.
Sus planes pasaban por llevar la capacidad del aeropuerto hasta los 580 pasajeros por hora. Pero la realidad indica que para acumular tal cantidad de viajeros, el aeropuerto precisa de casi un mes.
Salamanca, Logroño, Córdoba y Vitoria se encuentran también en este grupo de aeropuertos escasamente frecuentados, aunque la palma se la lleva el de Huesca, que había registrado una afluencia de 27 pasajeros desde que se inició el año, es decir, una media de tres viajeros por cada mes.
Ultimos pasos
El próximo viernes está previsto que AENA entregue el folleto de la OPV a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para su verificación definitiva. El supervisor de los mercados ya ha otorgado a la compañía el código ISIN, una especie de DNI que identifica a las empresas emisoras de valores, tanto de renta variable como de renta fija.
El inicio de la cotización se espera para la segunda semana de noviembre, con lo que se cumpliría el calendario esbozado por la ministra de Fomento, Ana Pastor, poco antes del verano, cuando anunció la puesta en marcha del proceso de privatización de AENA.
Precisamente, Fomento esperaba más interés de inversores institucionales para entrar a formar parte del núcleo duro de la compañía. Pero el Ministerio no ha tenido prácticamente que elegir por la escasa presencia de institucionales que, finalmente, han mostrado verdadero interés en entrar en el capital de AENA, como ha sido el caso de Corporación Financiera Alba, Ferrovial y el fondo Children's Investment Fund.