El presidente de Egipto, Abdel Fattah Al-Sisi, visita esta semana España con la intención de promover la confianza entre el empresariado español en la seguridad jurídica que aporta el país a las inversiones extranjeras. Al-Sisi se reunirá con el rey en el Palacio de la Zarzuela el jueves, donde se celebrará un almuerzo en su honor.
El exgeneral Al-Sisi accedió al poder en 2013 tras promover un golpe de Estado que derrocó al Gobierno de los Hermanos Musulmanes y a su líder Mohamed Morsi, el primer presidente del país elegido en unas elecciones democráticas, hoy en prisión. Once meses después de la "revolución popular" que acabó con el Gobierno de Morsi, Al-Sisi fue elegido presidente en unos nuevos comicios.
En este contexto representantes empresariales y judiciales españoles no perderán la ocasión para recordar al mandatario dos contenciosos que plantean dudas sobre la supuesta seguridad jurídica que ofrece Egipto tras el derrocamiento del Gobierno de los Hermanos Musulmanes: la situación del ciudadano Husein Salem, con nacionalidad española, retenido en Madrid y con las cuentas bloqueadas por orden de la Audiencia Nacional; y la inactividad de la planta de gas de Damietta, de Unión Fenosa Gas, la mayor inversión de una compañía española en Egipto, que ha supuesto una provisión de 485 millones de euros por parte de Gas Natural Fenosa en las cuentas de su ejercicio 2014.
Arrestado en 2011
El empresario egipcio Husein Salem, 81 años, con nacionalidad española desde el año 2006, amigo del expresidente Hosni Mubarak, fue arrestado en el año 2011 en Madrid, ciudad en la que trató de refugiarse tras el estallido de la Primavera Árabe, que supuso el derrocamiento de Mubarak. En un auto comunicado en junio de 2011 por el juzgado de instrucción número cinco de la Audiencia Nacional el juez Pablo Ruz explicaba que según las investigaciones Hussein Salem, con varias propiedades en la capital española y en Marbella, recibió en cuentas abiertas en España 17 millones de euros “existiendo indicios suficientes que indican que tales fondos proceden de la ilícita actividad desarrollada por Hussein Salem en Egipto y por la que se sigue procedimiento penal por estafa en dicho país, que motiva la petición de extradición y detención internacional cursada contra el mismo (...)”.
Las autoridades egipcias han reclamado la extradición de Salem, una de las mayores fortunas del país, solicitud que fue denegada por el Tribunal Constitucional en diciembre de 2012. En Egipto el empresario ha sido acusado, entre otros supuestos delitos, de vender gas a Israel a precios inferiores a los de mercado; Salem ha sido absuelto en algunos de los casos que se mantenían abiertos en El Cairo, aunque de acuerdo a informaciones de medios internacionales, órganos judiciales egipcios habría recurrido las sentencias.
En la actualidad Hussein Salem reside en una de sus viviendas en la urbanización de La Moraleja y tiene que acudir una vez al mes a comisaría mientras espera que se abra juicio. En la web de Interpol todavía es posible consultar la ficha de Salem y su hijo, Khaled, requeridos por la justicia egipcia.
Según fuentes conocedoras del asunto, el caso de Salem en España ha llegado a retrasarse porque no ha sido posible que las autoridades judiciales egipcias transmitieran las resoluciones absolutorias traducidas al castellano. De acuerdo a las mismas fuentes la representación legal del empresario en Madrid ha reclamado que el caso sea sobreseído.
Una inversión de 1.500 millones
El grupo Gas Natural Fenosa cruza los dedos para que la visita de Al-Sisi sea aprovechada por las autoridades egipcias para anunciar el desbloqueo del contencioso que mantiene inactiva la planta que la filial de la multinacional española Unión Fenosa Gas (UFG), en la que la italiana Eni participa al 50%, posee en Damietta.
A finales de 2012 Egipto, bajo el Gobierno de los Hermanos Musulmanes, interrumpió el suministro a la planta de Damietta, en la que UFG ha destinado inversiones valoradas en 1.500 millones de dólares desde que en el año 2000 se acordara la construcción de la planta de licuefacción en el puerto de la ciudad egipcia. La planta comenzó la producción en el año 2004 y en enero de 2005 se efectuó el primer cargamento de gas natural licuado con destino a la planta de regasificación de Huelva. Desde la interrupción del suministro la planta de Damietta ha estado inactiva, aunque el grupo español mantiene al personal necesario para no perder la maquinaria y poder activarla en cuanto sea posible.
Unión Fenosa Gas demandó un arbitraje en la corte internacional del Ciadi, organismo dependiente del Banco Mundial, denunciando a Egipto. El cierre del suministro a la planta de Damietta supuso en 2013 que la matriz de la compañía, Gas Natural Fenosa, provisionara más de 70 millones de euros por el contencioso, cifra que el grupo presidido por Salvador Gabarró disparó en su último ejercicio, hasta los 485 millones de euros, según informó el pasado mes de febrero el consejero delegado de la compañía, Rafael Villaseca.
De acuerdo a fuentes del sector energético, la opción viable hoy es la exportación de gas natural desde Israel a la planta egipcia del grupo español. En mayo de 2014 Unión Fenosa Gas firmó un acuerdo por 15 años con el grupo israelí Tamar para efectuar la importación del gas israelí, pero el acuerdo empresarial todavía no ha tenido el suficiente respaldo político. La reactivación de Damietta supondría posiblemente la retirada de la demanda en el Ciadi de la compañía española contra Egipto.