Los recientes episodios de WannaCry y Petya han tenido el mismo modus operandi: el secuestro de equipos y la petición de un rescate por ellos.
El rescate siempre es solicitado en moneda virtual, generalmente en bitcoins, debido a que es una moneda difícilmente rastreable. Esto se debe principalmente a que no están asignadas a nombres, sino a códigos, lo que permite mover el capital de forma anónima.
Los bitcoins pueden ser convertidos a moneda de curso legal. Se pueden transferir a cajeros automáticos o tarjetas prepagadas pero normalmente los ciberdelincuentes prefieren utilizarlos para comprar en internet otro tipo de vienes que aceptan el cobro en bitcoins, como servidores informáticos para seguir ciberdelinquiendo. Esta es la forma más sencilla de mantenerse a salvo y hacer uso de los rescates.
La idea es poner al servicio de los investigadores herramientas informáticas que permitan rastrear transacciones en bitcoins asociadas a hechos criminales
Para luchar contra este nuevo ecosistema cibercriminal la Comisión Europea ha lanzado Titanium, un proyecto a tres años vista que cuenta con una dotación de 5 millones de euros. Durante los próximos 36 meses el consorcio, formado por policías de varios países y diversos centros de investigación, desarrollará herramientas informáticas para que los cuerpos de seguridad puedan investigar las transacciones en moneda criptográfica cuando detrás exista una actividad criminal, caso del terrorismo o del cibercrimen.
Estas herramientas se centrarán principalmente en mejorar el rastreo de todo lo que suceda con los bitcoin para saber de dónde vienen, dónde están y qué se ha hecho con ellos.
El Ministerio del Interior y la Policía Nacional
En el caso de España, tanto el Ministerio del Interior como la Policía Nacional formarán parte de Titanium, proyecto en el que también está la Interpol y otros servicios policiales, tanto del ámbito físico como virtual, de países como Finlandia, Holanda o Alemania.
La idea, según fuentes de Bruselas consultadas por Vozpópuli, es "proveer a los investigadores herramientas tecnológicas que les permitan seguir el trazado de las transacciones en moneda virtual asociadas a actividades criminales".
Bitcoin está basado en la tecnología blockchain -o cadena de bloques- que permite tener un fichero con la vida de cada bitcoin: qué se ha hecho con él, cuándo, etcétera. Es un fichero abierto a todo el mundo, con lo que manipular cuál ha sido el pasado de la moneda, su registro histórico, es muy complicado. Harina de otro costal es saber quién hay detrás.