Palacio de Naviego es una localidad situada en un valle del sur occidente asturiano en la que están censados unos 20 vecinos. La primera televisión a color llegó en los 80 y el primer teléfono públicos se instaló en los 90. Desde hace años, la pelea de este y otros pueblos de orografía compleja se centra en conseguir un Internet de calidad.
Es un problema que afecta especialmente a la formación de quienes se encuentran en edad de estudiar. Los pocos adolescentes que viven en Palacio de Naviego deben desplazarse 14 kilómetros hasta una ciudad que sí tiene escuelas. A esto hay que añadir que tampoco están en igualdad de condiciones -o más bien de conexiones- que sus compañeros de pupitre. No pueden consultar la Wikipedia, ver un mapa de España o utilizar Netflix subtitulado para mejorar su nivel de inglés. O como poco no pueden hacerlo con la naturalidad que lo hacen sus compañeros.
Tampoco ayuda a los dos únicos negocios que sobreviven en Palacio de Naviego. Se trata de un par de apartamentos rurales que dependen del teléfono e Internet para gestionar las reservas y dar un servicio de calidad al cliente.
A pesar de que España lidera el despliegue de fibra óptica en Europa y la cobertura de banda ancha está muy extendida, sigue habiendo poblaciones, principalmente en zonas rurales, despobladas o de difícil orografía, que carecen de acceso a Internet"
La mayoría de los vecinos utiliza conexiones 3G y 4G tanto para el ocio como para el negocio. Pero este tipo de servicios no ofrecen tarifas planas, por lo que cuando se agotan los gigas contratados la velocidad se reduce y navegar por Internet se convierte en un pulso a la paciencia.
La posibilidad de conectarse a través de ADSL directamente no existe y la fibra óptica es un canto de sirena tan irreal, que no se contempla ni en el corto ni en el largo plazo.
La opción, el satélite
Así las cosas, los hogares rurales que quieran disponer de una conexión a Internet en banda ancha y con descargas y navegación ilimitadas deben confiarse al satélite.
Es el único sistema que permite disponer de ambas particularidades -barra libre de datos y velocidad- pero el precio que hay que pagar está lejos de los en torno a 13 euros de media que los clientes de las grandes ciudades pagan por la conexión a fibra dentro de sus paquetes convergentes básicos. El coste es de 40 euros por 30Mbps de velocidad.
Eurona, el operador y proveedor de servicios de Internet, voz, datos y televisión satelital, e Hispasat, el operador español de satélites de comunicaciones, han reforzado su alianza para para contribuir a la reducción de la brecha digital en España mediante el uso de conectividad de banda ancha vía satélite.
El coste mensual de la conexión satelital es de 40 euros por 30Mbps de velocidad, lejos de los en torno a 13 euros de media que se paga en las grandes ciudades por el mismo servicio
Han anunciado un acuerdo para la comercialización de la capacidad en banda Ka de los satélites Hispasat 36W-1 e Hispasat 30W-6 que será lanzados al espacio este mismo mes. Ambos satélites cuentan con haces en banda Ka sobre España, Europa y el norte de África. La banda Ka ofrece mayor capacidad y a la posibilidad de reutilizar frecuencias, ofreciendo unas coberturas más potentes sobre áreas más reducidas, lo que mejora la eficiencia de las transmisiones satelitales y permite alcanzar velocidades de hasta 30 Mbps.
"A pesar de que España lidera el despliegue de fibra óptica en Europa y la cobertura de banda ancha está muy extendida, sigue habiendo poblaciones, principalmente en zonas rurales, despobladas o de difícil orografía, que carecen de acceso a Internet o lo tienen a muy baja velocidad. El acuerdo firmado por Eurona e Hispasat tiene como objetivo ofrecer a las personas que viven en estas zonas una solución tecnológica vía satélite", explica la compañía.