Gestión de riesgos inadecuada. Ausencia de informes de analistas en la compra de participadas. Refinanciaciones de préstamos para evitar su entrada en mora. Inexistencia de tasaciones en operaciones de compra de suelos... El Banco de España halló hasta 23 irregularidades en las políticas de riesgos e inmobiliaria de Unicaja, tras una inspección a la caja malagueña en marzo de 2007. El mismo examen, adelantado la pasada semana por Vozpópuli, que denunciaba que su presidente Braulio Medel no ejercía en exclusiva la presidencia de la entidad y ponía bajo sospecha sus retribuciones.
La cascada de deficiencias encontradas por el supervisor se repiten en las inspecciones efectuadas a otras antiguas cajas que han acabado nacionalizadas y recapitalizadas con fondos europeos, como son los casos de Caja Madrid o Bancaja, o vendidas antes del rescate, como la CAM. Buena parte de estas irregularidades atacan al corazón de una entidad financiera, su política de riesgos.
En este sentido, el Banco de España urge a Unicaja a modificar su política de riesgos por considerarlos insuficientes y erróneos. El supervisor denuncia que los manuales de riesgos no han sido aprobados por el consejo de administración y que el contenido de los mismos sólo afecta a los órganos por debajo del Comité de Créditos. Además, los inspectores ponen especial énfasis en que la caja malagueña "no tiene establecido ningún límite al riesgo crediticio que está dispuesto a asumir por sectores de actividad, áreas geográficas, grupos económicos o acreditados".
La inspección evidencia que la caja malagueña no efectuaba una correcta contabilización y cobertura de las operaciones de crédito
La inspección, que se centró en una cartera de 101 préstamos (13,8% de la inversión crediticia en 2007), con unos riesgos de 2.909 millones de euros, no sólo obliga a reclasificar a dudosos y subestánadar determinados activos sino que obliga a Unicaja a poner especial interés en la correcta contabilización y cobertura de las operaciones crediticias. "Se recuerda", prosigue el documento de inspección, "que los riesgos considerados de especial seguimiento o subestándar por pertenencia a colectivos en dificultades, constituyen escalones de aviso previo a su posible calificación como dudosos, por lo que deben registrar como tales todos los así identificados internamente y extremar el control sobre los mismos".
La advertencia del supervisor se centra en este punto ante las refinanciaciones para compra de suelo, aprobadas por Unicaja, sin aportación de garantías reales ni cobro de intereses, interrumpiendo su entrada en mora. Los inspectores, además, denuncian que la financiación de suelos sin hipoteca "no está codificada como tal dentro de la base de datos interna de la caja". "Ello desvirtúa", prosigue el documento, "los volúmenes globales que destina la entidad a esta clase de financiación e impide el tratamiento en el modelo interno de la caja de riesgos subestándar".
La deficiente gestión de las operaciones relacionadas con el suelo también se trasladan a Acinipo, la inmobiliaria de Unicaja. Los inspectores constatan que se han efectuado compras de suelo que no cuentan con ningún tipo de tasación. Además, otras operaciones de adquisición de suelo realizadas por sociedades dependientes de Acinipo, no se han decidido previamente por el consejo de la filial inmobiliaria de la caja malagueña. "Los riesgos, en algunos casos, no cuentan con la opinión explícita de los analistas, o se concedieron por Acinipo antes de que fueran analizados por la caja", detalla el documento.
La inspección constata que Braulio Medel es el único consejero de la caja que tiene sillón en el consejo de Acinipo, otra prueba más del exceso de poder que acumula el financiero sevillano, denunciado por los inspectores en esta visita a Unicaja en marzo de 2007.
Los inspectores se sorprenden de que Medel sea el único representante de la caja que ocupe sillón en Acinipo, la filial inmobiliaria
De hecho, el consejo de administración de Unicaja únicamente se limita a ratificar determinadas operaciones que le llegan ya formalizadas, como constatan los inspectores, sin posibilidad de poder discutir acerca de su viabilidad. "Ciertas compras de paquetes significativos de empresas cotizadas se han realizado sin la aprobación preceptiva del consejo de administración de Unicaja", cita el documento, situación que se repite en las decisiones de inversión de las empresas participadas indirectamente por la caja. Incluso, gran parte de las operaciones analizadas no cuentan con los informes de los analistas ni incorporan la suficiente información para la toma de decisiones.
También resulta significativo para el documento que firma Javier Aríztegui, director general de Supervisión en 2007, que el consejo de administración no haya aprobado el manual de participaciones empresariales. "Es aconsejable que se cree una estructura organizativa uniforme dentro del grupo consolidado de la caja para la toma de decisiones y que se asegure el control por parte del consejo de administración de todas las operaciones que, por su importe o por el riesgo que incorporen, lo demanden".
Como sucedió en las inspecciones a la CAM, Caja Madrid o Bancaja, los inspectores denuncian que la entidad malagueña está concediendo préstamos a promotores que no va a poder recuperar. "Se han concedido facilidades crediticias a sociedades que presentan incertidumbres en cuanto a la generación de recursos para devolver las financiaciones, autorizadas normalmente con plazos excesivos...", asegura el documento.
"Se han concedido facilidades crediticias a sociedades que presentan incertidumbres para devolver las financiaciones", asegura el documento
"En ocasiones, se han renovado operaciones con ampliación de importes y garantías insuficientes en proporción al riesgo asumido...". "Los riesgos, en algunos casos, no cuentan con la opinión explícita de los analistas o se concedieron por Acinipo antes de fueran analizados por la caja", incide el documento de inspección. La lista de irregularidades alcanza hasta 23 deficiencias en la gestión inmobiliaria y de riesgos de la caja presidida por Medel. Denuncias que quedaron macerando en el cajón de Miguel Ángel Fernández Ordóñez.