El director de Caja de Ávila, José Manuel Espinosa, ha renunciado a percibir los 400.000 euros de indemnización que el Consejo de Administración de la entidad aprobó durante la reunión celebrada a principios del pasado agosto. Así lo ha anunciado este viernes en rueda de prensa el presidente de la entidad, Pablo Luis Gómez, quien ha valorado positivamente el gesto de Espinosa. A partir del próximo 27 de noviembre dejará el cargo, coincidiendo con la disolución de los órganos de gobierno de Caja de Ávila, al iniciarse su proceso de transformación en Fundación.
Gómez ha elogiado que Espinosa no vaya a "ejercitar su derecho" a percibir esta cantidad, tras adoptar esta decisión "voluntaria y personal", algo que en su opinión "le engrandece a nivel moral y personal". Tras el anuncio realizado en el marco de un acto en el que Caja de Ávila ha entregado varias ayudas económicas a una decena de asociaciones e instituciones abulenses entre las que figuraban las dos fundadoras de la entidad -Casa Social Católica y Casa de Misericordia-, los asistentes han ovacionado la decisión adoptada por José Manuel Espinosa.
Cuando surgió la polémica, el entonces presidente de Caja de Ávila, Agustín González, explicó que esos 400.000 euros eran "fruto del contrato que tenía de alta dirección", aunque esta cantidad "no es ni el 10 por ciento de lo que le correspondía" desde el punto de vista legal -cerca de 5 millones de euros-.
El actual presidente de la entidad ha comunicado esta decisión de Espinosa a los periodistas "media hora después" de hablar con el aún director de la entidad. "Hace media hora me ha comunicado que no ejercitará su derecho legal a percibir una indemnización que tenía pendiente por su rescisión del contrato de alta dirección con Caja de Ávila", tras pasar a pertenecer, como el resto de la plantilla, a Bankia, donde ejerce como director de Relaciones Institucionales en Castilla y León, ha explicado el presidente. Pablo Luis Gómez ha reiterado que el contrato que le vinculaba con Caja de Ávila era mercantil y "de coste cero" para Caja de Ávila.
Por su parte, el director de la Obra social de Caja de Ávila, Gonzalo Jiménez, ha comentado que para adoptar esta decisión, José Manuel Espinosa "ha tenido en cuenta la situación de la Caja", al mismo tiempo que "ha pesado el cariño que la tiene y su generosidad". Al respecto, ha apuntado que con su renuncia era consciente de que la futura fundación "con más dinero y más posibilidades", algo que en su opinión "le dignifica aún más, si es que esto es posible".
Este anuncio se produce días antes de que el 27 de noviembre Caja de Ávila "deje de existir como tal", al iniciarse el proceso de transformación en Fundación de carácter especial, lo que hará que se disuelvan ese día los órganos de gobierno y el protectorado de la Junta tome las riendas designando una comisión gestora.
El pasado lunes Caja de Ávila presentó a la Junta tres informes para llevar a cabo este proceso que establecía un plan de viabilidad que incluía el despido de la mitad de la plantilla -veintitrés-, un presupuesto para 2013 y un borrador de estatutos. Gómez, que aseguró la continuidad de Caja de Ávila como fundación durante una década, ha señalado hoy que tras ese primer contacto con la Junta el pasado lunes, no ha vuelto a mantener contactos con la Administración autonómica.
El documento entregado al Ejecutivo regional establecía que en caso de disolución, las entidades fundadoras -Casa Social Católica y Casa de Misericordia- se quedarían todo el patrimonio de la Caja.