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El comprador de Catalunya Caixa recibirá un mínimo de 1.600 M. en créditos fiscales

Santander o BBVA podrían recibir más de 4.000 M. por este concepto en función de las pérdidas del pasado ejercicio de la entidad catalana que pueden superar los 8.000 M. La difícil situación financiera de Catalunya Caixa no se compensa con las ventajas fiscales.

  • Imagen de la sede central de Catalunya Caixa

En dos semanas, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tendrá ya sobre la mesa las ofertas no vinculantes por Catalunya Caixa. Una prueba determinante para conocer si el proceso de adjudicación sigue adelante. El apetito inicial por parte de las entidades, especialmente Santander y BBVA, se ha ido enfriando después de empezar a conocer en profundidad la verdadera situación patrimonial de la entidad catalana. Unos duros números que no se compensan siquiera con el mínimo de 1.600 millones en créditos fiscales que activaría el comprador, según ha podido saber Vozpópuli.

La cifra viene determinada por la valoración negativa de Catalunya Caixa cifrada por el FROB en 6.674 millones de euros. Sin embargo, la cuantía de las ventajas fiscales será mayor debido a las importantes pérdidas del pasado ejercicio que presentará la entidad en las próximas semanas, que pueden superar con creces los 8.000 millones, según fuentes conocedoras de los números de la entidad nacionalizada.

La norma internacional contable permite activar hasta el 30% de las pérdidas de una entidad en créditos fiscales en función de futuros beneficios. En el caso de Catalunya Caixa, los créditos fiscales se referenciarían a las ganancias del comprador. Este es el motivo por el que Santander o BBVA podrían llegar a recibir más de 4.000 millones por este concepto, muy por encima de los créditos fiscales que podrían activar Sabadell, Popular (algo más de 2.000 millones en el caso de estos dos bancos) o Kutxabank, que también estudian la operación.

Hasta 2014, las entidades pueden apuntarse la cuantía de los créditos fiscales como capital de primera calidad. Sin embargo, los cambios regulatorios de Basilea III obligan a dejar de computarlo como capital, dato que supone otro importante obstáculo a la operación.

La 'due dilligence' muestra que hay que reclasificar a promotor un volumen de créditos que puede llegar a los 3.000 millones

Todas estas cantidades podrían verse incrementadas si el ministerio de Hacienda aprobase las contigencias fiscales, solicitadas al FROB y Economía, para cubrirse ante futuras pérdidas, como adelantó este medio el pasado 24 de enero. Los interesados en Catalunya Caixa solicitaron esta medida especial ante la negativa de las autoridades económicas a conceder un Esquema de Protección de Activos (EPA). Economía aún espera la respuesta del departamento que dirige Cristóbal Montoro.

De aprobarse la medida, el comprador de Catalunya Caixa dejaría de pagar impuestos por la cuantía de las pérdidas. Para ello, es necesario que el nuevo dueño de la entidad catalana genere beneficios en el futuro, condición que no se discute entre los aspirantes a adjudicarse la entidad catalana.

Pese a las importantes cantidades, por encima de 4.000 millones en créditos fiscales, que podrían recibir Santander o BBVA, la 'due dilligence' está mostrando a los interesados una difícil situación financiera de Catalunya Caixa que estaría por encima de estas ventajas.

Por un parte, según fuentes conocedoras de la operación, Catalunya Caixa tiene una importante partida de créditos (alrededor de 3.000 millones) que se evitó clasificar como promotor para sortear las provisiones de los dos decretos Guindos. Esta ventaja en cuanto a capital se ha convertido en desventaja puesto que la entidad catalana no ha podido transferir esta importante cartera creditica al banco malo. Ahora, el comprador tendrá que digerirlo.

La entidad catalana, sin embargo, niega que haya que reclasificar ninguna cartera. Según fuentes de Catalunya Caixa, tanto el Banco de España como KPMG realizaron una revisión exhaustiva de la cartera de crédito durante el ejercicio de Oliver Wyman, sin encontrar ningún crédito que hubiera que revisar a promotor. El mismo resultado se produjo en el traspaso de los activos a la Sareb.

El cambio regulatorio de Basilea III es otro obstáculo para la operación puesto que, a partir de 2014, los créditos fiscales dejarán de contabilizar como capital

Además, los posibles compradores han detectado que hay un importante volumen de préstamos a pymes e hipotecas a particulares que acabarán entrando en mora a corto plazo, lo que implica que seguirán generando cuantiosas pérdidas.

"El balance de Catalunya Caixa es poco equilibrado. Tiene muchos clientes particulares con los que pierde dinero y pocas empresas con las que lo gana", aseguran desde una entidad que estudia la operación.

A todos estos peligros relacionados con el crédito se une la importante cuantía que supondrá la reducción de capacidad de Catalunya Caixa, que tendrá que ser asumida por el comprador. Según los cálculos del sector, la rebaja de plantilla y el cierre de oficinas podría tener un coste de entre 500 a 600 millones de euros. El coste de la reducción de capacidad que hay que afrontar en la entidad catalana tendrá un coste para el comprador entre 500 y 600 millones

En total, la operación podría tener una cuantía para el comprador, tras la compensación de los créditos fiscales, muy por encima de los 1.000 millones que exige el FROB para adjudicar la entidad. Esta situación ha provocado el enfriamiento de todos los interesados.

“Mantenemos el máximo interés por CataluñaCaixa, pero actuaremos en función de lo que digan los números”, aseguró Botín hace una semanas, en la presentación de resultados anuales del Santander. Los números desaconsejan la operación, pero la anulación de las consecuencias administrativas del indulto a Alfredo Sáenz pueden determinar la decisión del banco rojo.

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