El 6,79% de Iberdrola en Energias de Portugal (EdP) lleva años "en la nevera", como acostumbraba a decir el presidente de la primera eléctrica española, Ignacio Sánchez Galán, pero la compañía abrió este jueves la puerta a la posibilidad de desprenderse por fin de esa participación, que llevaba tiempo clasificada como un activo listo para la venta.
Así lo subrayó a los analistas, durante la presentación de los resultados anuales, el propio Galán: "Si encontramos un buen precio, se puede desinvertir. No es un activo estratégico ahora mismo".
A los precios actuales, el 6,79% de Iberdrola en EdP está valorado en 469 millones de euros, un buen pellizco que permitiría a Iberdrola acelerar su plan de reducción de deuda. Al cierre de 2012, esta alcanzaba los 30.324 millones (1.400 millones menos que un año antes), incluyendo 2.409 millones de déficit de tarifa que todavía no se ha cobrado. El grupo anunció en octubre un plan de desinversiones de 2.000 millones, de los que ya lleva completados 850 millones.
EdP forma parte del 'plan B' de desinversiones de Iberdrola, pero la compañía no descartó ayer "acelerar" ese programa de venta de activos. Analistas del sector dan por seguro que Iberdrola vendería sin duda su paquete de EdP si lograra unos 3 euros por acción, un precio que, sin embargo, está muy lejos de la cotización actual (2,34 euros). Máxime, tras el batacazo de ayer (-3,17%), propiciado por la venta del 4,144% de EdP que todavía mantenía el Estado luso en la empresa a inversores extranjeros, en una operación coordinada por Morgan Stanley.
El accionariado de EdP está en plena reestructuración, tras la entrada, el año pasado, de la china Three Gorges, que compró un 21,3% del capital al Estado luso, obligado a vender por la Troika.
En el capital también están presentes Liberbank (5%), cuya salida tampoco se descarta; la argelina Sonatrach (2,3%) y la Autoridad de Inversiones de Qatar (2,2%), que a su vez es el primer accionista de Iberdrola (8,3%).
Si finalmente se concreta la salida de EdP, la eléctrica pondría fin a una relación de tres lustros marcada por los desencuentros. Iberdrola, que entró en la compañía portuguesa (propietaria de HC Energía en España, cuarta empresa del sector) a través de un intercambio de participaciones en 1998, llegó a tener el 9,5% del capital, pero nunca logró acceder a su consejo de administración.
