La ministra de Fomento, Ana Pastor, anunciaba hace unos días que 2015 se cerrará con una cifra de pasajeros de alta velocidad y larga distancia superior a los 30 millones. Pastor aprovechó para comparar el dato con el que se registró a finales de 2011, coincidiendo con el fin de la anterior legislatura, cuando apenas se alcanzaron los 20 millones. Pero el sustancial incremento del 50% en estos cuatro años no es ni de lejos suficiente para que la actual red sea rentable. Es más, aún restaría al menos un 65% adicional.
Hace un año, el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, aseguró en un foro del sector, ante el asombro de la mayoría de los asistentes, que la red de alta velocidad no tenía “ni pies ni cabeza” teniendo en cuenta el número de usuarios que se registraban. Por entonces, Ferre esgrimió los datos de 2013, al cierre del cual la cifra de pasajeros del AVE se situaba en el entorno de los 24 millones.
Por entonces, Ferre estimó que sería necesario duplicar esta cifra para que la red pudiera ser rentable y se marcó como objetivo alcanzar esos números en 2018 o 2019, aunque admitió que habría que “echarle mucha imaginación para conseguirlo”.
El pasado 2014 se cerró con un notable incremento sobre el ejercicio anterior y una cifra de 29,4 millones de pasajeros. Sin embargo, los datos de 2015 apuntan a una evolución más moderada.
De acuerdo con los expertos, el número de usuarios de AVE y larga distancia podría situarse en el entorno de los 31 millones, un incremento en línea con el que se está dando en los últimos meses en relación con los datos de 2014.
Más kilómetros operativos
De esta forma, el año en curso concluirá con un 40% menos de pasajeros de lo que sería necesario para hacer que la red fuera rentable o, al menos, que no perdiera dinero. Aunque el porcentaje se incrementaría por el hecho de que el tramado de alta velocidad en España no para de incrementarse. Solamente en el último año, han entrado en funcionamiento unos 500 kilómetros adicionales.
La red de alta velocidad está siendo clave para la mejora de los resultados de Renfe y la evolución del tráfico de pasajeros, considerado como indicador adelantado de la recuperación económica, ha destapado el optimismo en el seno del Ministerio de Fomento. Sin embargo, los expertos consideran prácticamente imposible llegar a los 50 millones de usuarios en 2019.
“Se podría lograr si para entonces se pusiera en servicio prácticamente toda la red que está actualmente en construcción. Pero entonces, también habría que corregir al alza la cifra de pasajeros necesaria para rentabilizar la inversión”, asegura un consultor ferroviario. Los trabajos publicados por Fedea y el Tribunal de Cuentas pusieron de manifiesto que la rentabilidad de la alta velocidad ferroviaria en España es prácticamente un imposible.