"Tan pronto como sea posible" y dentro de los próximos cinco días. Esta es la precisión temporal que ha sido capaz de transmitir Santander Consumer USA (Scusa) al regulador de los mercados estadounidense (SEC). La filial de crédito al consumo en EEUU del Grupo Santander ha remitido este pasado lunes una nota a la autoridad reguladora para confirmarle (como ya había adelantado) que publicará las cuentas correspondientes al segundo trimestre del año con retraso. Según ha podido saber Vozpópuli, será como muy tarde el próximo 15 de agosto, si bien la entidad no ha sido capaz de concretar una fecha determinada para publicar sus resultados semestrales.
En un escueto comunicado remitido a la SEC, Santander Consumer USA reconoce que "se está retrasando en la cumplimentación de su informe de resultados trimestral" porque no ha sido capaz de completar sus estados financieros correspondientes al segundo trimestre del año. "La compañía está discusiones con su actual [PwC] y antiguo [Deloitte] auditor respecto de ciertos asuntos contables, sobre todo relacionados con la acreción de descuento de Scusa y las metodologías de las ayudas por pérdida de crédito, y los controles relacionados con estos", tal y como señala la entidad en su nota.
En este sentido, los responsables de Scusa reconocen que están en contacto con la propia SEC y con el Jefe de la Oficina Contable para rellenar de forma preliminar los informes requeridos por el regulador de los mercados estadounidense "respecto del tratamiento contable de la compañía en concepto del descuento neto para estimar las ayudas por pérdidas de crédito", según consta en la nota pública remitida por Scusa, que insiste a continuación en que "la resolución de estos asuntos pendientes está previsto que impacte en informes financieros anteriores", por lo que podría obligar a reformular cuentas de ejercicios antiguos.
Santander dice que "no tendrá impacto material"
Durante la presentación de resultados del Grupo Santander correspondientes al segundo trimestre del año, su consejero delegado, José Antonio Álvarez, dio más detalles respecto a las "discusiones entre sus actuales y anteriores auditores", en lo que supone un nuevo contratiempo en un país en el que se le acumulan los tropiezos al principal banco español. Tal y como señaló, existen discrepancias entre PwC y Deloitte "relacionadas con cómo se contabilizan las comisiones de los concesionarios cuando financiamos los préstamos subprime. Hay una discusión ahí. Por eso hicimos ese comunicado, para potencialmente retrasar los resultados, si bien no esperamos un efecto material en el grupo", explicó Álvarez, quien trató de quitar hierro a los posibles efectos adversos en las cuentas del banco (efectos que podrían afectar también a ejercicios contables anteriores).
Santander asegura que su problema con las cuentas de Scusa no tendrá "impacto material en resultados, dado que la cifra en cuestión "es en principio poco material. La discrepancia radica en si el reflejo en las cuentas va por devengo o va por upfront", explicó Álvarez. ¿Por qué ahora? "Porque hemos cambiado de auditor ahora", recalcó. Es decir, que las discusiones con el auditor se localizarían en las carteras de crédito subprime vinculado a la compra de vehículos, aquellas que aglutinan los préstamos más arriesgados, concedidos a los clientes con menores probabilidades de devolver el dinero tomado. Precisamente por su condición de subprime, este tipo de créditos permiten obtener unos mayores ingresos vía intereses, ya que los mismos se fijan en función del riesgo.
¿Qué volumen de subprime para la compra de vehículos hay a día de hoy en Scusa? La entidad no facilita cifras concretas y desglosadas de sus créditos de alto riesgo, si bien en las últimas cuentas publicadas por la financiera de Santander en Estados Unidos, del primer trimestre del año, sí que dan algunos datos. Del total de créditos nuevos concedidos para la adquisición de un vehículo (unos 6.782 millones de euros) por Scusa entre enero y marzo de 2016, unos 1.242 millones consistían en préstamos subprime, cuyo índice FICO estaba por debajo de 640, el valor considerado por el mercado como mínimo para ser un acreedor seguro. Es decir, que cerca de una quinta parte de los nuevos préstamos para la compra de coches originados por la financiera entrarían dentro de esta clasificación más arriesgada. Este porcentaje fue más alto en ejercicios anteriores, toda vez que el banco lleva algunos años tratando de mejorar el mix de su cartera crediticia para que tenga más calidad. Actualmente la financiera controla unos 37.900 millones de dólares de activos en su balance, según una reciente presentación para inversores. De estos, una parte relevante del negocio son los créditos para la compra o adquisición de un vehículo.