Empresas

Yahoo, la empresa que apuntaba a gigante y no supo crecer

La compañía ejemplifica como pocas los fallos de gestión, que le impidieron alcanzar un tamaño suficiente para medirse hoy con Google o Microsoft

  • Logotipo de Yahoo.

Jerry Yang nació en Taipéi (Taiwán) en 1968 y, debido a la muerte de su padre, su familia se trasladó a California cuando él tenía 10 años. Demostró gran capacidad de aprendizaje, primero con el idioma inglés, después consiguiendo un doctorado en ingeniería eléctrica en la Universidad de Stanford. Allí conoció a David Filo (1966), que ya había estudiado un curso de ingeniería computacional. Ambos crearon en 1994 una web que era un directorio de otras páginas llamado “Jerry´s Guide to the World Wide Web”. Como no era un buen nombre comercial, en enero de 1995 registraron el dominio Yahoo.com, si bien hasta marzo no se formalizó la empresa, que comenzó a cotizar en bolsa muy pronto: el 12 de abril de 1996 con una capitalización de 848 millones de dólares.

Como vemos, el éxito les llegó muy pronto y muy rápido. ¿Y por qué el nombre de Yahoo? Ellos defienden que es un acrónimo de ‘Yet Another Hierarchical Officious Oracle’ (algo así como ‘otro oráculo oficioso jerárquico más’), pero parece una referencia al libro Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift. Concretamente, al apelativo que les dedicó el padre de David Filo a los cofundadores por su supuesta similitud con estas criaturas salvajes, sucias e inquietas llamadas ‘yahoos’. El futuro parecía sería de ellos, alcanzando un valor en bolsa de 125.000 millones de dólares en plena burbuja “.com”.

En 1998 nació Google, que en sus inicios pidió financiación a Yahoo, por lo que seguramente podían haberse asociado con ella, pero desecharon la oportunidad. Y resultó que el algoritmo de búsqueda de Google era bastante mejor que el de Yahoo, hasta el punto de que el propio buscador de Yahoo a veces redirigía a Google cuando no encontraba por sí mismo un resultado. Esto provocó que la empresa fuera dejando de lado cada vez más esa función y se centrara en otros servicios como el contenido de su portal (por ejemplo Yahoo finance sigue siendo, incluso hoy, página de referencia en los mercados financieros) y el mail.

En el 2000 Yahoo adoptó Google como buscador. Por eso fue tan extraño que perdiera la oportunidad, ya que tras la debacle bursátil “.com” (de la que se libró Google al no salir a bolsa hasta 2004 pero que secó la financiación en el sector) el buscador necesitaba fondos para su expansión y en 2002 con 5.000 millones de dólares podía haber comprado Google (que hoy ronda los dos billones de capitalización bursátil), pero Yahoo sólo ofreció 3.000. Incluso pudo comprar Facebook en 2006 por 1.000 millones de dólares (hoy capitaliza más de un billón) y en plenas negociaciones, bajó su oferta a 850 provocando el rechazo de Zuckerberg.

En 2004 adquieren Altavista -otro buscador pionero del que pocos nos acordamos ya- para dejar de usar Google y en 2009 llegan a un acuerdo con Bing (el fracasado motor de búsqueda de Microsoft). En 2005 compran Flickr, red social para compartir fotos que no supieron desarrollar. Poco a poco, además de estos errores, la pérdida de ingresos publicitarios y los fallos de seguridad de hackeo de sus cuentas, precipitaron la decadencia de la empresa. Para colmo, el 13 de abril de 2007 Google compró DoubleClick, la startup de gestión de publicidad que hizo que, en breve plazo, también se quedara con el pastel de la publicidad online que no había sabido aprovechar Yahoo, que años antes también había rechazado comprar DoubleClick.

En 2008, en plena Gran Recesión, el CEO de Microsoft, Steve Ballmer, se interesó por Yahoo y ofreció 44.600 millones de dólares, una cantidad que superaba, de lejos, la valoración de la compañía, ya que suponía un sobreprecio del 62% sobre la cotización bursátil de ese momento. Microsoft buscaba la enorme base de clientes que aún tenía Yahoo, pero incomprensiblemente rechazaron la oferta. No invertían cuando debían, no compraron cuando debieron, tampoco supieron vender… y encima lo que compraron, fue muy caro. Un ejemplo: en 2013 Yahoo compró Tumblr por 1100 millones de dólares, cuando Facebook acababa de comprar Instagram por 1000 millones. No hay mejor ejemplo.

Los errores de Yahoo

¿Por qué tantos errores cuando la compañía empezó tan bien? El consenso dice que los fundadores no supieron encontrar buenos ejecutivos, y que fueron los sucesivos CEOs los que arruinaron la empresa que tanto futuro tenía. El 25 de julio de 2016 fue anunciada la compra de Yahoo por parte de la telefónica Verizon​ por 4.800 millones de dólares y deja de cotizar en bolsa. No obstante, Verizon no compró la participación de Yahoo en el gigante chino Alibaba ni Yahoo Japan, que juntos podían valorarse en ese momento en unos 40.000 millones de dólares, y se refundaron como Altaba (que desapareció en 2019).

No acaba ahí la historia, en 2021 Verizon, tras no conseguir rentabilizarla, vende Yahoo al fondo de inversión Apollo Global Management (especializada en utilizar su enorme liquidez para comprar empresas que consideran una oportunidad y venderlas con beneficio tras un corto periodo gestionándolas, en España lo hicieron por ejemplo con Evo Banco), y éste nombra como máximo ejecutivo de la compañía al que hasta entonces era el consejero delegado de la web de contactos Tinder, Jim Lanzone. Éste, el verano pasado afirmó en una entrevista en el Financial Times que tiene planes para volver a sacar a Yahoo a bolsa dado que son “muy rentables” y “están entre los cinco sitios con más tráfico a nivel mundial”.

Pero no ha habido más noticias al respecto desde entonces… Por cierto, Jerry Yang siguió invirtiendo, e incluso fundó alguna startup, y Forbes le calcula una fortuna de 2.600 millones de dólares mientras que a David Flo le asigna una de 3.500 millones. Ambos están muy ligados a la Universidad de Stanford: Yang fue presidente del consejo directivo de la universidad y la esposa de Flo forma parte de su consejo de administración. 

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli